/0/6387/coverbig.jpg?v=8ab9b08522650361f00dbe1a52113381)
-Vuelve a ser mía -susurró en sus labios -Caso contrario, te aseguro que todas las noches que estés con él, vas a pensar en mí, vas a extrañar mis besos, mis caricias, vas a imaginar que soy yo -afirmó reflejándose en los aceitunados ojos de ella. -Ese será tu castigo por ser tan necia y no admitir lo que sientes -sentenció. La joven se estremeció al escuchar sus palabras, todo su ser sintió un cosquilleo, su corazón palpitaba con fuerza, inhaló profundo para hablar: -¿Quién te asegura eso niño bonito? -inquirió. -¿Piensas que soy igual a todas esas mujeres con las que...? -presionó sus labios-. Ni así fueras el último hombre sobre la faz de la tierra -resopló cruzando sus brazos, mirándolo a los ojos. Historia Registrada en el Instituto de Propiedad Intelectual de Ecuador. ©Angellyna Merida, 2019. Código de Registro en Safe Creative: 1905291024256 Prohibida la transcripción parcial o total de la obra sin la autorización de la autora.
Long Island, NYC.
La noche estaba tan fría y oscura como su vida, no podía dar marcha atrás, dio su palabra y la tenía que cumplir, pero:
«¿Valía la pena?»
Llegó a su edificio, mientras subía en el ascensor, a su mente se vino la imagen de ella, aquella joven que le enseñó a ver la vida de manera diferente, a su lado descubrió el verdadero amor. Se cuestionaba una y mil veces si la decisión que tomó días atrás era: la correcta.
«Si cancelo la boda» pensó para sí mismo, llevándose las manos a la cabeza, sin saber qué hacer.
Entró a su departamento. Se sorprendió al verla ahí. Su corazón entristecido saltó de alegría al mirarla. El joven contempló el hermoso rostro de la chica. Se reflejó en el verde intenso de su mirada, sin embargo, notó en aquellos ojos: angustia y tristeza, enseguida él se acercó para abrazarla. Ella, lo detuvo.
-Esta no es una cita romántica, no confundas las cosas -aclaró la joven.
-¿Entonces qué haces aquí? -interrogó él
La jovencita se frotaba las manos con nerviosismo, había pensado mucho antes de hablar con él, lo que tenía que confesar era algo delicado.
-Lo que voy a decir no es fácil, tampoco espero que suspendas tu boda, pero considero necesario que lo sepas -señaló la joven.
Él la miró con intriga, quizás más inquieto que ella.
-¿Qué quieres decirme? -interrogó con curiosidad él.
-Estoy embarazada -pronunció muy nerviosa, clavó su mirada en él, esperando una respuesta.
Él, palideció, se quedó absorto, no podía pronunciar una sola palabra.
Las ilusiones de la chica se fueron al piso ante la actitud de él, ella imaginó que, al enterarse de esa noticia, el hombre se iba a poner feliz, la iba a abrazar y besar, incluso llegó a creer que suspendería la boda, y huirían juntos.
-¿Embarazada? ¿Cómo sucedió? -interrogó desconcertado. La joven frunció el ceño, lo observó con enojo-. Perdón, obvio sé cómo pasó, pero es que no me lo esperaba -confesó él.
-Sí, ya me di cuenta de tu reacción, no espero que te hagas responsable, eres demasiado cobarde como para enfrentar a tu padre, prefieres abandonar a tu hijo, casarte con una mujer a la que no amas y ser infeliz por el resto de tu vida a cambio de dinero -recriminó llena de dolor, sintiendo como su corazón se rompía en miles de pedazos-. Me decepcionaste y si alguna vez te amé, ten por seguro que te voy a sacar de mi alma -afirmó la joven con un nudo en la garganta y todas sus esperanzas perdidas. Tomó su bolso para salir del departamento.
-¡Espera! -exclamó él. Ella giró, aun con la expectativa de escuchar de los labios de aquel hombre, lo que tanto anhelaba-. Perdóname, pero no es posible romper mi compromiso de la noche a la mañana -resopló con tristeza-, entiende mi familia renegaría de mí y no le puedo hacer esto a mi futura esposa -explicó con la voz temblorosa, lleno de confusión.
La chica salió corriendo del departamento, con la mirada nublada producto de las lágrimas, abandonó el edificio, siendo consciente que tenía que ser fuerte para sobrellevar todo lo que se le venía encima. En primer lugar: hablar con sus padres del embarazo, ocultar la identidad del papá de su niño, y sobre todo se preguntó:
«¿Cómo sobreviviría al día de mañana al ver al hombre que ella amaba, al padre de su hijo, casándose con su mejor amiga?»
****
En otra parte de la gran ciudad, los dedos de la chica acariciaban la seda de su vestido de novia. Era muy hermoso, sus padres no habían escatimado en gastos. Se suponía que el día de mañana sería el más importante de su vida, pero ella no lo sentía así, entonces se imaginó enfundada en aquel traje en corte princesa, bordado a mano, adornado con la más fina pedrería, caminando del brazo de su padre, para unir su vida, no precisamente al hombre con el que se iba a casar al día siguiente, sino con...
-¡Vas a parecer una verdadera princesa! -exclamó la voz de aquel hombre, que provocaba en ella un sinnúmero de sensaciones.
La chica se sobresaltó con solo escucharlo, giró su rostro para encararlo.
-¿Qué haces aquí? ¿No te quedó claro? -cuestionó sin dejar de mirar a sus ojos-. Te dije que no quería volver a verte. -¡Vete! -ordenó-, o no dudaré en gritar pidiendo ayuda.
-No me pienso ir -respondió con naturalidad-. Vocifera todo lo que quieras, no me importa. -Se encogió de hombros, acomodándose en la cama de ella, como era su costumbre.
La chica frunció el ceño, presionó los puños, indignada por el comportamiento de él.
- ¡No me tientes idiota! -amenazó llena de ira.
-¡Hazlo! -ordenó él, colocando sus brazos detrás de su nuca-. Quiero saber cómo le vas a explicar a tus padres que una noche antes de tu boda, tienes a otro hombre metido en tu cama. -Sonrió con ironía.
-¡Idiota! -exclamó, cruzando sus brazos, resoplando.
-¿Estás segura de casarte mañana? -inquirió él, sin perder de vista un solo segundo a la muchacha.
-Sí, lo estoy -contestó ella sin tener el valor de mirarlo a los ojos.
-Entonces te deseo toda la infelicidad del mundo, eres demasiado orgullosa, para admitir lo que en realidad sientes. Vas a ser infeliz toda tu vida, porque tú no amas a tu novio -aseguró él.
-Si lo amo - mintió ella. -¿Por qué piensas lo contrario? -Interrogó
-¿Quieres que te lo demuestre? -averiguó él.
La chica clavó su mirada en él, observándolo con curiosidad, entonces el joven se puso de pie, caminó hacía ella, la tomó entre sus brazos, y sin darle tiempo a reaccionar, la besó: fue una caricia cálida y dulce, apasionada e intensa y, sobre todo llena de amor.
La muchacha trató de resistirse, pero lo que sentía por él, la rebasaba, su cuerpo respondía a sus besos y caricias, haciendo acopio de sus fuerzas, logró zafarse, colocó su mano sobre el pecho de él.
-Por favor sale de mi habitación -suplicó, con voz trémula.
-Yo vine a darte mi regalo de bodas y no me voy a ir sin cumplir -afirmó él.
-Entonces dame lo que sea y vete -solicitó la joven.
Él se acercó de nuevo a ella y volvió a besarla.
-Vuelve a ser mía -susurró en sus labios -Caso contrario, te aseguro que todas las noches que estés con él, vas a pensar en mí, vas a extrañar mis besos, mis caricias, vas a imaginar que soy yo -afirmó reflejándose en los aceitunados ojos de ella. -Ese será tu castigo por ser tan necia y no admitir lo que sientes -sentenció.
La joven se estremeció al escuchar sus palabras, todo su ser sintió un cosquilleo, su corazón palpitaba con fuerza, inhaló profundo para hablar:
-¿Quién te asegura eso niño bonito? -inquirió. -¿Piensas que soy igual a todas esas mujeres con las que...? -presionó sus labios-. Ni así fueras el último hombre sobre la faz de la tierra -resopló cruzando sus brazos, mirándolo a los ojos.
-Eso lo veremos -bufó él-. Vas a suplicarme porque te haga el amor, ni siquiera vas a recordar el nombre de tu noviecito, porque el único nombre que va a salir de tus labios, será el mío -declaró el joven.
Con lentitud se fue acercando a la muchacha. Ella se quedó sin aliento al escuchar tal afirmación, abrió sus labios para pronunciar una frase, y él aprovechó ese momento para besarla; su lengua fue al encuentro con la de la chica, quién trataba de no ceder ante la tentación, no quería ser una más.
-¿Pretendes burlarte de mí? -cuestionó con voz temblorosa. -¿Qué hice para que me odies tanto? ¿Por qué no me dejas ser feliz? -preguntó, mientras su mirada se nublaba por las lágrimas que amenazaban por salir.
-¡Tú y yo hicimos una promesa! -bramó él-. ¡Juraste ser mi novia y casarte conmigo! -resopló, sintiendo su pecho arder de dolor-. Todo fue una mentira -expresó agitado-, te esperé durante años; no tuve ningún relación formal con otra mujer porque estaba comprometido contigo, mientras tú...-presionó sus puños, lleno de enojo.
-¡Éramos unos niños! -exclamó ella.
-Fue un compromiso para mí - aseguró él -. Y te vas a casar con un muñequito de pastel -bufó-, con un pobre hombre que no da un paso sin pedirle permiso a su padre -increpó con molestia.
-¡Es mi vida! -gruñó ella-. Tú no tienes ningún derecho a cuestionar mis decisiones -afirmó, arrugando el ceño.
-Lo tengo porque te amo -confesó él. En ese momento, ya nada le importaba, solo tenían en mente hacerla desistir de ese absurdo matrimonio.
El rostro de la jovencita se llenó de confusión, sus verdes ojos se abrieron de golpe al escucharlo, pero eran tantas las cosas que habían pasado, que ya no creía en él.
-No confío en tus palabra -declaró ella con los labios temblorosos.
Él, inclinó su rostro, se llevó la mano a la frente, avergonzado de su proceder, entonces al verla tan frágil, sintió su corazón estremecerse, se acercó a ella, y tomó su delicado rostro en las manos.
-Tú fuiste la primera que me restregó a la cara a tu novio -confesó con la mirada llena de dolor-. ¿Cómo piensas que me sentí? ¿Cómo crees que me siento al pensar que te vas a casar con él? -cuestionó con la voz fragmentada. -¡No soporto verte con otro! -exclamó, lleno de angustia; no podía perderla, había esperado toda su vida por esa mujer.
Los labios de la chica temblaron, su ser vibró al escucharlo.
-Yo...
Él colocó sus dedos sobre la boca de ella, para no dejarla seguir.
-Dime ¿cómo vas a hacer para vivir sin mí? -inquirió susurrando, mientras unía su frente con la de chica-. Responde -suplicó, sintiendo un profundo dolor en su pecho.
Ella estaba igual o peor que él, tenía claro que no amaba a su novio, pero había dado su palabra, y arrepentirse a estas alturas era imposible.
-No podré... vivir sin ti -confesó, elevando su mirada para verlo a los ojos, entonces sin dudarlo un segundo, se lanzó a los brazos de él, tomó los labios del chico en un desesperado beso, como si fuera el último de sus vidas. -Yo no me puedo hacer para atrás, di mi palabra y la tengo que cumplir -afirmó ella.
-Si puedes -propuso el joven-. ¡Huyamos juntos! -exclamó, con brillo en su mirada-. No voy a permitir que te cases con él -sentenció.
****
Queridos lectores, espero disfruten este libro. No olviden seguirme en redes sociales: Fb: Novelas Románticas Angellyna Merida. No olviden comentar.
Luciana Gómez no tuvo más alternativas en la vida que convertirse en escort para pagar la enfermedad de su hermano menor, era consciente que salir de ese mundo era difícil; sin embargo, jamás pensó que Juan Miguel Duque un joven empresario millonario quedaría prendado de su belleza. Varias noches contrató sus servicios sin atreverse a tocarla, solían conversar y abrir sus corazones, así fue naciendo un gran amor, y cuando él la sacó de ese mundo, sus enemigos idearon un plan para separarlos, y la alejaron de su vida haciéndole creer que ella lo engañó. Miguel no supo que ella estaba embarazada. A Luciana la encerraron y torturaron en un burdel, y el día que dio a luz a sus mellizos fue rescatada por un policía que dio su vida a cambio de la de ella, desde ese entonces tuvo que cambiar de identidad y fingir su muerte. Cuando Miguel quiso buscarla fue demasiado tarde, ella estaba muerta, consternado tuvo un terrible accidente que lo dejó en coma por más de un año, ahora no la recuerda, pero aparece en sus sueños cada noche; ahora solo sabe que ella lo engañó, y está por casarse con su novia de toda la vida, no imagina que ella fue la culpable de todo; sin embargo, el destino volverá a juntar los caminos de Lu y Miguel, cuando sus mellizos, dos pequeños superdotados, salven la vida de su padre. ¿Podrán volver a estar juntos? ¿Existirá una segunda oportunidad para esta pareja? ¿Qué hará Miguel cuando se entere de que tuvo dos hijos con una escort? Los invito a descubrirlo. Registro en Safe Creative 06/04/2023 23040XXXXX443 Queda prohibida la distribución de este libro sin permiso de la autora. Prohibidas copias, adaptaciones y demás, sin consentimiento de la autora, este libro y los demás de mi autoría, están debidamente registrados en el Instituto de Propiedad Intelectual de Ecuador, así que cualquier copia o adaptación ilegal será sancionada legalmente de acuerdo a las leyes vigentes en cuestiones de protección de derechos de autor.
Sinopsis. Juan Andrés Duque es un playboy millonario, acostumbrado a tenerlo todo, no hay cosa que con el dinero de sus padres no pueda comprar, eso incluye hasta mujeres. Jamás ha tomado la vida en serio, y cree que el mundo gira a su alrededor. Paula Osorio es una muchacha de origen humilde, que guarda un oscuro secreto, a sus veintidós años es madre soltera, tiene un pequeño de cinco años, y lucha cada día por sacarlo adelante, a pesar de la enfermedad que cada día la consume. Paula desesperada por conseguir dinero para su operación, decide aceptar un empleo que jamás imaginó, se convertirá en la esposa de mentira de Juan Andrés Duque, aliada con los padres de él, para darle una lección, y enseñarle que el mundo no es color de rosa como él piensa, y que la vida de una persona puede dar un giro de ciento ochenta grados de forma inesperada. Solo existe un pequeño problema, a ella solo le quedan tres meses de vida. Obra registrada en Safe Creative: 07/12/2022 2212072792693 Registrada en el Instituto de Propiedad Intelectual de Ecuador, por lo tanto, queda prohibida la distribución de esta obra sin permiso expreso de la autora, se prohíbe la reproducción total o parcial del libro. ©Angellyna Merida, 2022
Joaquín Duque vive sumido entre sombras y remordimientos. Su existencia se resume a: mujeres, licor, fiestas y derroche. María Paz Vidal es luz, alegría, seguridad, apareció para pintar de colores la vida gris de él; sin embargo él cree que ella es un lujo que no se puede dar. Dos seres distintos: Él es oscuridad. Ella es la aurora. Dos almas gemelas predestinas a estar juntos desde antes de nacer, pero: ¿Será suficiente el amor para rescatarlo de las tinieblas? ¿Podrá el amor vencer a la maldición que pesa sobre los miembros de la familia Duque? Obra registrada en Instituto de Propiedad Intelectual de Ecuador. ©Angellyna Merida, 2019. Registro de Safe Creative: Código: 1910082127863. Prohibida su reproducción total o parcial, transcripciones, plagios, adaptaciones.
Carlos y Joaquín Duque, siendo niños mantienen una relación de complicidad y hermandad inquebrantable, es así que meses antes de la navidad siembran una orquídea, esperando que florezca para jurar: cuidarse, protegerse y estar siempre uno al lado del otro. En la época navideña Carlos escucha una conversación que lo hace pensar que nadie lo quiere y decide irse de la casa, es así que Joaquín, al enterarse va tras su hermano. Los dos emprenden camino juntos y terminan perdidos en el bosque, en medio de una torrencial lluvia, descubren una casita humilde; en ese lugar son acogidos con generosidad por una humilde familia; es así que aquel 24 de diciembre Carlos y Joaquín, descubren el verdadero significado de la navidad, al día siguiente descubren que la orquídea ha florecido y realizan el juramento sin imaginar que años más tarde uno de ellos olvidaría aquella promesa. Los invito a leer la historia que nadie conocía de los hermanos Duque, con la esperanza de que algún día vuelva a florecer el cariño entre ellos y vuelvan a recuperar el tiempo perdido. PROHIBIDA SU REPRODUCCION TOTAL O PARCIAL. REGISTRO EN SAFE CREATIVE: 1912062630585 REGISTRADA EN EL INSTITUTO DE PROPIEDAD INTELECTUAL DE ECUADOR.
Paloma Borrero, a sus dieciocho años creyó haber encontrado el hombre de sus sueños, atento, caballero, educado, era el hombre con el cual había soñado toda su vida. El amor a veces no entiende de razones, ella lo dejó todo por él, y él se acercó a ella solo con un propósito... ¿Cuál fue el motivo que llevó a Iván Arellano a destrozar la vida de la persona que amaba? ¿Logrará Paloma, recomponer su corazón recogiendo los pedazos que se quebraron después de aquel engaño? ¿Existirán las segundas oportunidades? ¿Se podrá volver a creer y confiar en la misma persona? Si lo quieren descubrir los invito a leer esta historia, llena de dolor, lágrimas, mentiras, engaños, pero que al final nos dejará un gran mensaje. Obra registrada en SafeCreative Código de registro: 2003123287998 Registrada en el Instituto de Propiedad Intelectual de Ecuador. 2018. Derechos Reservados. Queda prohibido, copias, adaptaciones, transcripciones sin autorización de la escritora; las personas o grupos involucrados recibirán la respectiva sanción que la ley amerita.
Rena se acostó con Waylen una noche cuando estaba borracha. Y como ella necesitaba su ayuda mientras él se sentía atraído por su belleza juvenil, lo que se suponía que sería una aventura de una noche se convirtió en algo más. Todo iba bien hasta que Rena descubrió que el corazón de Waylen pertenecía a otra mujer. Cuando esa mujer regresó, dejó de volver a casa, dejándola sola por muchas noches. Finalmente, un día, la pobre chica recibió un cheque y unas palabras de despedida. Para sorpresa de Waylen, Rena solo sonrió y dijo: "Fue divertido mientras estuvimos juntos, Waylen. Pero espero que no nos volvamos a ver nunca más. Que tengas una buena vida". Sin embargo, por voluntad del destino, los dos se volvieron a encontrar. Al ver que Rena tenía a otro hombre a su lado, los ojos de Waylen ardieron de celos y gritó: "¿Cómo diablos lograste seguir adelante? ¡Pensé que solo me amabas a mí!". "¡Es pasado!", Rena se burló, "hay demasiados hombres en este mundo, Waylen. Además, tú fuiste quien pidió la ruptura. Ahora, si quieres salir conmigo, tendrás que hacer cola". Al día siguiente, Rena recibió un anillo de diamantes y un mensaje del banco de que alguien había transferido miles de millones a su cuenta. Waylen apareció, se arrodilló frente a ella y dijo: "¿Puedo saltarme la fila, Rena? Todavía te quiero".
"Tú no perteneces aquí. Lárgate". Hanna, la hija legítima de Wheeler, regresó sólo para ser expulsada por su familia. Su prometido la engañaba con la hija impostora, sus hermanos la despreciaban y su padre la ignoraba. Entonces, se cruzó con Chris, el formidable líder de la familia Willis y tío de su prometido. "Hagamos como si nunca hubiera pasado", dijo ella. Sin embargo, a pesar de la esperanza de Hanna de separarse, Chris insistió en que fuera responsable. Él amenazó con revelar los verdaderos talentos de Hanna como doctora sobresaliente, guionista brillante y cerebro de un famoso estudio de diseño, obligándola a casarse. Una vez le pidieron a Chris que protegiera a alguien. El destino los reunió en circunstancias delicadas. Él había planeado mantener su promesa y proporcionar un refugio seguro, sólo para descubrir que Hanna estaba lejos de ser la delicada mujer que parecía. Era ingeniosa y astuta...
En su borrachera, Miranda se acercó audazmente a Leland, sólo para encontrarse con su mirada fría. La inmovilizó contra la pared y le advirtió: "No me provoques. Dudo que puedas soportarlo". Poco después, su compromiso se canceló, dejándola en la indigencia. Sin otras opciones, Miranda buscó refugio con Leland. Con el tiempo, asumió el papel de madrastra, cuidando a su hijo. Llegó a comprender que la decisión de Leland de casarse con ella no se debía solo a que ella era obediente y fácilmente controlada, sino también porque se parecía a alguien que él apreciaba. Ante la solicitud de divorcio de Miranda, Leland respondió con un abrazo desesperado y una súplica para que reconsiderara su decisión. Miranda, impasible, respondió con una sonrisa de complicidad, insinuando un cambio en su dinámica. El señor Adams, que siempre fue el controlador, ahora parecía ser el atrapado.
A pesar de ser hija ilegítima, Lena tenía un parecido asombroso con la señorita de la familia Evans. Ante sus amenazas, se vio obligada a ocupar el lugar de su media hermana y casarse con Dylan. Como acto de rebeldía, Lena sedujo a Dylan noche tras noche, hasta tenerlo completamente atrapado. Aprovechando su afecto, se propuso socavar la familia Evans. Con el tiempo, Dylan empezó a notar algo extraño en su amada esposa...
Antes del divorcio, todos pensaban que Belinda era solo una ama de casa que no servía para nada. Incluso su esposo en ese momento, Russell, lo creyó. Sin embargo, después del divorcio, se reveló rápidamente que ella era la heredera de la familia Lindfield. No solo era competente en diseño, sino que también era una mujer de negocios astuta que sabía cómo obtener ganancias. Tenía varios hermanos que la adoraban. Al enterarse de que estaba soltera de nuevo, varios hombres guapos la persiguieron, decididos a ganarse su corazón. Cuando volvió a cruzarse en el camino de Russell, levantó con orgullo la barbilla y le preguntó: "¿Te arrepientes de divorciarte de mí?". El hombre respondió: "Sí. ¿Y si nos volvemos a casar?".
Tras una noche apasionada, Verena dejó algo de dinero y quiso marcharse, pero fue retenida por su acompañante: "¿No te toca a ti hacerme feliz?". Verena, siempre disfrazada de fea, se acostó con el tío de su prometido, Darren, para escapar de su compromiso con su infiel prometido. Darren gozaba de respeto y admiración, todos creía que era frío y temible. Corría el rumor de que lo habían visto besando a una dama contra la pared, pero muchos no lo creyeron. Después de todo, ¿quién podría conquistar el corazón de Darren? Entonces, sorprendentemente, Darren fue sorprendido agachándose para ayudar a Verena con sus zapatos, ¡todo para conseguir un beso de ella!