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Adler Remington, tercer Duque de Wellington y Giorgiana Cavendish, tendrán que luchar para recuperar lo que tenían y que ahora se encuentra perdido. Sin embargo, esto no será sencillo, pues Giorgiana Cavendish ha sido lastimada en lo más profundo de su corazón, de una forma tan despiadada, que ahora ella vive su vida con mucho dolor y sobre todo, con mucho miedo, ante la posibilidad de que su corazón vuelva a ser destrozado en mil pedazos. ¿Podrá Giorgiana aprender lo que el perdón realmente significa cuando, por culpa de la desconfianza, su vida fue arruinada tal vez para siempre? ¿El Duque de Wellington podrá demostrar de nuevo su amor y lealtad a la mujer que tanto ama? ¿Podrán ambos corazones recuperar la joya que un día perdieron?
Ante todo, este logro va dedicado a Jehová Dios, por haberme dado la vida suficiente, para terminar de escribir y publicar la primera novela de mi propia autoría. Esta era una de mis metas más anheladas, ya que mi fuerte pasión es escribir y el ver este sueño tan maravilloso hecho realidad me hace sentir muy feliz y satisfecha.
Por otra parte, esta novela se la dedico a mi familia, especialmente a mi madre, por todo el apoyo y recursos necesarios que me han brindado. Y aunque ya no está conmigo, esta dedicatoria va dirigida hacia mi padre, por haberme heredado y transmitido su amor por la lectura y por la escritura, algo que he guardado en mi corazón y lo atesoraré por siempre.
Y, por último y no menos importante, muchas gracias a todos mis lectores y lectoras, ya que, gracias a ustedes, esta maravillosa historia ha salido a la luz. Gracias a su apoyo, me he sentido muy motivada para escribir, y publicar la primera parte de esta bella y compleja historia, la cual será plasmada en una maravillosa trilogía. ¿Es posible recuperar una joya pérdida? es la historia de Giorgiana Cavendish y Adler Remington, el Duque de Wellington. Una historia que contiene romance, drama, misterio, suspenso e intriga, una historia tan compleja que he decidido dividirla en tres partes: ¿Es posible recuperar una joya pérdida? es la primera parte, de una trilogía llamada "Supremacía". Por lo tanto, esta novela va dedicada a todos los que disfrutarán de su lectura, la cual tocará los corazones de aquellos que lleguen a entender lo complejo, complicado y diverso que pueden llegar a ser el amor, la confianza y sobre todo, el perdón.
-No sabía como abordar el tema, pero tú me lo has facilitado todo. Hace unas horas, Seong-Jin y yo te vimos en el salón de las Dojagis, cuando estabas con... con la señorita Richmond. -Padre, yo... yo no sé a que te refieres. -dijo Lexter sumamente nervioso. -Claro que sabes de qué estoy hablando, Lexter. Sólo dime que lo que pasó entre ustedes, fue un impulso del momento, que tal vez quisiste darle a una Dojagi de palacio, la oportunidad de recibir su primer beso y ser querida sólo por un momento, dime que todo lo que le dijiste y las promesas que le hiciste, fueron producto de las emociones y del calor del momento, o que esto sólo es un capricho pasajero. -le dijo el Rey con tono serio. -Quisiera poder decirte eso, de verdad me gustaría decirte que lo que vieron, fue motivado por el calor del momento, o por algo pasajero. Sin embargo, me temo que lo que siento por Alondra Richmond, no es ni pasajero ni temporal. -le dijo Lexter con voz firme. -¿Eso quiere decir que te enamoraste de Alondra, hermano? -le preguntó el Príncipe Seong-Jin al Príncipe Lexter. -Si hermano. Estoy profundamente enamorado de la Nannyshi de Kitty y ya no pienso ocultarlo más, porque lo que siento por ella es tan profundo, que se ha fusionado con mi propia existencia. -le respondió Lexter a su hermano. -¿Acaso perdiste el juicio Lexter Salvatore? Tu trabajo es velar por el bienestar de las Dojagis de palacio, no involucrarte sentimentalmente con una de ellas. Ellas tienen prohibido desarrollar sentimientos románticos hacia cualquier hombre; y tú lo sabes, por lo que ahora no puedes venir a decirme que estás enamorado de una de ellas, la cual es para completar, la Nannyshi de tu hermana menor. -le respondió el Rey muy furioso. -Pues, lamento profundamente si mis sentimientos no son de tu agrado padre, porque yo no deseo causarte ningún tipo de disgusto, pero, lo que yo siento por la señorita Richmond, es lo más verdadero que he tenido en mi vida; y aunque todo el mundo se ponga en contra, yo pretendo luchar por mi felicidad a su lado. Padre, mis intenciones con Alondra van más allá de tener un romance pasajero, porque lo que yo deseo no es convertirla en mi amante oficial o en mi esposa secundaria, yo lo que realmente deseo es tener una relación amorosa con ella de manera formal y oficial, que todo el mundo la reconozca como mi novia, como mi prometida y como la futura Reina de la nación. Repito, no quiero que Alondra sea ni mi amante oficial ni una esposa secundaria, yo lo que realmente deseo es convertirla en mi esposa principal. -le respondió Lexter a su su padre. -¿Acaso perdiste la cabeza? ¿Cómo se te ocurre que una Dojagi de palacio se convertirá en la futura Reina de la nación? Si el simple hecho de que quieras tener una relación formal con ella, ya es una locura, ¡Imaginate el que pretendas convertirla en tu esposa principal y en la próxima Reina! -replicó el Rey.
Kallie era una muda. Su marido la ignoró durante cinco años desde su boda, no solo esto, ella hasta sufrió un aborto por culpa de su cruel suegra. Tras el divorcio, Kallie se enteró de que su exmarido se había prometido rápidamente con la mujer que realmente amaba. Sujetando su vientre ligeramente redondeado, se dio cuenta de que él nunca se había preocupado realmente por ella. Decidida, ella lo dejó atrás, tratándolo como a un extraño. Sin embargo, tras su marcha, ese hombre recorrió el mundo para buscarla. Cuando sus caminos volvieron a cruzarse, Kallie ya había encontrado una nueva felicidad. Por primera vez, él se humilló ante ella y le suplicó: "Por favor, no me dejes...". Pero la respuesta de Kallie fue firme y despectiva, cortando cualquier vínculo entre ellos: "¡Lárgate!".
Después de que Ellie recuperara su verdadera identidad, se encontró en un inesperado matrimonio con el Sr. Thorpe, un hombre lisiado que era despreciado por todos. Su exnovio infiel aguardaba su arrepentimiento, mientras los demás la miraban con sorna. Sin embargo, para Ellie, su aclamado bar no era más que un proyecto secundario. Su vasta colección de joyas parecía trivial. Los mejores diseñadores estaban a su disposición. Poseía autos de lujo, grandes mansiones e incluso islas privadas. Tenía el poder de ganar prestigiosos premios y vengarse de su infiel ex y de la amante descarada de este. No obstante, para los extraños, su vida parecía aburrida, ensombrecida por la discapacidad de su marido. Un día, el Sr. Thorpe se levantó de su silla de ruedas, incapaz de mantener la fachada por más tiempo. "Ya no puedo seguir fingiendo. Mi mujer es demasiado extraordinaria", declaró. Ellie, con las manos en la cintura y los dientes apretados, se enfrentó a él: "¿Y el divorcio que prometiste?". Tocándole suavemente el vientre ligeramente abultado, el Sr. Thorpe respondió en voz baja: "¡En tus sueños!".
Madisyn se quedó de piedra al descubrir que no era hija biológica de sus padres. Luego la verdadera hija de esa familia le tendió una trampa, haciendo que la echaran de casa y se convirtiera en el hazmerreír de todos. Creyendo que era hija de campesinos, Madisyn se sorprendió al descubrir que su verdadero padre era el hombre más rico de la ciudad y que sus hermanos eran figuras de renombre en sus respectivos campos. Todos la colmaron de amor, solo para enterarse de que Madisyn tenía un próspero negocio propio. "¡Deja de molestarme!", dijo su exnovio. "Mi corazón solo pertenece a Jenna". "¿Quién te crees que eres? ¿Mi mujer siente algo por ti?", reclamó un misterioso magnate.
El marido de Vivianna se casó con ella por su herencia, y después de quitarle todo lo que tenía, la mandó a la cama de un acompañante y le tomó fotos. La amenazó con divorciarse con esas fotos y la obligó a salir de su casa sin un centavo. Dejó su país de origen en desgracia. Cuatro años más tarde, regresó a casa como Jefa de Diseño de Joyas y tuvo un hijo de tres años. Su niño genio le dijo después de bajarse del avión: "¡Conseguiré que el hombre más rico del mundo sea mi papá y te respalde!" Ella lo tomó como una broma, pero dos días después, su asistente le dijo que el hombre más poderoso del mundo se había robado a su hijo y la invitó a cenar. Al encontrarse, ese hombre sostuvo a su hijito y le dijo dominantemente: "Es mi hijo!".
Se rumoreaba que Fernanda, recién vuelta con su familia, no era más que una violenta pueblerina. Pero Fernanda se limitaba a esbozar una sonrisa despreciativa. Otro rumor sugería que Cristian, normalmente racional, había perdido el juicio, locamente enamorado de Fernanda. Esto la frustró. Podía tolerar los cotilleos sobre sí misma, ¡pero calumniar a su amado era pasarse de la raya! Poco a poco, a medida que salían a la luz las múltiples identidades de Fernanda como célebre diseñadora, experta jugadora, reconocida pintora y exitosa magnate de los negocios, todos se daban cuenta de que eran ellos quienes habían sido engañados.
Dos años después de su boda, Ximena perdió el conocimiento en un charco de sangre durante un parto difícil, olvidando que su exmarido se iba a casar con otra persona ese día. "Nos vamos a divorciar, pero el bebé se queda conmigo". Estas palabras resonaron en su mente. Sabía que él no estaba allí para ayudarla, sino para quitarle a su hijo. Ximena preferiría morir antes que ver a su hijo llamar madre a otra mujer. Posteriormente perdió la vida en la mesa de operaciones con dos bebés en su vientre. Pero ese no fue el final para ella... Años más tarde volvió a encontrarse con Ramon, que ha cambiado mucho. Quería quedársela para él a pesar de que ya era madre de dos hijos. Y cuando supo que ella se iba a casar de nuevo, irrumpió como un loco. "Ramon, ya morí una vez antes, así que no me importa volver a morir. Pero esta vez, quiero que muramos juntos", gritó ella, mirándolo con angustia en sus ojos. Ximena pensó que él no la amaba y estaba feliz de estar fuera de su vida. Pero lo que ella no sabía era que la noticia de su inesperada muerte le había roto el corazón. Durante mucho tiempo lloró de dolor y agonía. Siempre deseó poder retroceder en el tiempo o ver su hermoso rostro una vez más. Todo esto fue demasiado para Ximena, cuya vida estuvo llena de idas y venidas. No sabía si debía volver al lado de su exmarido o seguir adelante con su vida. ¿Cuál elegiría ella?