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Haz cambiado todo mi mundo, tenia un rumbo claro, sabia el camino que queria seguir. Ahora tan solo conozco el destino a tus brazos.
Mi primera entrevista de trabajo después de mucho tiempo. Debía arreglarme formalmente para la ocasion..aunque no sabia absolutamente nada de moda, por lo general prefería usar ropa casual.....pero para esta ocasión debía ser algo especial. Por suerte tenia un vestido de color azul claro guardado en mi armario.
Salí de mi departamento hacia la empresa Walls Ford donde seria mi entrevista, esperaba realmente que el cielo se pusiera de mi parte para poder conseguir este trabajo y poder demostrarle a mi familia que puedo ser autosuficiente.
Hace ya cinco años había salido de casa. Quería buscar nuevos retos, empezar una nueva vida. De vez en cuando extrañaba a mi mama... y claro a mi papa también, pero sabia que debia aprender a cuidarme por mi misma, como cualquier otra persona.
Subí por el ascensor, me habían dicho que era el piso numero 12 así que presione uno de los muchos botones del ascensor.
Al llegar al piso, vi a lo lejos a una señorita en un gran escritorio, supuse que podría ayudarme.
- Disculpe...- ella me miro - ¿La entrevista para el cargo de recepcionista?
- Por el pasillo a la izquierda - dijo con una gran sonrisa -
- Muchas gracias.
El pasillo era muy elegante, estaba decorado con diversos colores que contrastaban a cuadros hermosos. Había una puerta al final del pasillo, con cristales y de un color marrón. Me imagine que debería ser aquella. Toque la puerta.
- Adelante - dijo una persona - Buenos días, mucho gusto mi nombre es Amber, me imagino que eres una de las del cargo - me tendió la mano.
- Buenos días, Megan Evans. Y si vengó por el cargo -dije correspondiendo el gesto.
- Bueno, primero sientate y cuentame de ti.
Para ser honesta..era una mujer muy linda la que estaba frente a mi, sus rasgos eran bastantes finos, parecía ser joven...quizas cerca de los 25 años.
- He tomado clases de mandarin e italiano. Trabaje en una empresa en California por dos años como recepcionista. Tengo mi curricular si desea leerlo.
- Eso seria de mucha ayuda, gracias.- lo tomo en sus manos y le dio una pequeña ojeada - Muy bien, por ahora te entregare esto - Tomo una hoja de su escritorio - Por favor llena esta solicitud con todos tus datos.
Tome la hoja que ella me dio y empece a rellenar cada espacio con la información requerida. Mi nombre completo, el nivel de educación que poseía, mis aspiraciones sobre este empleo, etc.
Una vez termine le entregue mi solicitud a la señorita frente a mi con una enorme sonrisa.
- Ahora, podrías decirme ¿Que sabes acerca de esta empresa?
No fue tan mala idea haber visitado una noche antes el sitio web de la empresa después de todo.
- Tengo entendido que es una de las empresas mas prestigiosas. Tiene un alto nivel empresarial y solo contratan personal capacitado.
- Entiendo, muchas gracias por su respuesta, ha sido todo por hoy.- se levanto de su asiento -
Le daré mi numero telefónico por alguna duda, y usted me dará el suyo para comunicarle si le dieron o no el puesto ¿Le parece?
- Si, gracias, déjeme buscar mi móvil...- Cartera..labial...celu....¡Donde demonios esta! ¡¿Donde lo abré dejado?!
[••••••]
POV LOUIS
¿Porque tomo esto a la primera hora del dia? ¿No se supone que es cafe?
- No, te los enviare mañana - George podía ser muy exigente en algunos momentos, y eso me irritaba - Te lo prometo.
- Esta bien Louis, solo porque somos amigos, nos vemos después.
- Adiós - colgué -
Quería tomar una café, mi desayuno típico del día. Salí a la puerta en busca de Amber mi secretaria. Pero no la vi por ningún lado.
Di unos pasos mas y me encontré con un télefono ¿De quien sería? Seguro alguien lo dejo caer por error.
Estuve a punto de preguntar en voz alta cuando me encontré con un par de ojos color chocolate. Sus ojos mostraban sorpresa. Era de una estatura mediana con su cabello castaño. Me miro con recelo, pero aun así continúe observándola y me di cuenta de que no era a mi a quien miraba sino al teléfono.
- Encontré su télefono...señorita..
- Megan Evans.
- Bueno señorita Evans, aquí esta su télefono.
- ¡Gracias! - dijo con un poco de desconfianza.
¿Y esa actitud? Lo único que hice fue... ¿Encontrar su celular?
Los dos podemos jugar ese juego.
- Megan, el es el director de la empresa. El Director Louis Collins.
Su mirada cambio a una de sorpresa...pero después se torno serena.
- Un placer - dije.
- Igual - dijo tras un bufido. ¿Quien se cree que es? Soy el Jefe. Además ¿Porque tengo que lidiar con este tipo de cosas ? Para ser exactos con ella.
- Viene por el cargo de recepcionista, me preguntaba...- la interrumpí.
- Amber, te he dicho que tu misma escojas los cargos, no me necesitas para eso, además ¿siempre eliges bien no? con permiso.
- Pero...
No era un buen día definitivamente, necesitaba relajarme un poco.
POV MEGAN
Salí al pasillo en busca de mi móvil, ¿Donde se me habrá caído?
Entonces vi a un hombre, ¡Por dios!, era increíblemente guapo, no podia pasarlo por desapercibido en absoluto, sobre todo cuando su apariencia era tan refinida.
Baje mi mirada de su rostro a sus manos. Tenía mi móvil, tal vez lo había encontrado ¡Gracias al cielo!
- Encontré su móvil, señorita...
- Megan Evans...- Su voz me había dejado hipnotizada por completo.
- Bueno señorita Evans, aquí esta su móvil - dijo con voz serena.
- ¡Gracias!
- Megan el es el director de la empresa, el Director Louis.
¡De verdad! ¡¿Es el?!
- Un placer - dijo sin ninguna expresion, no sabia el porque, pero algo en el no me agradaba.
- Igual - solté un bufido.
- Viene por el cargo de recepcionista, me pregunta...
- Amber te he dicho que tu misma escojas los cargos, no me necesitas para eso, además ¿siempre eliges bien no? Con permiso.
Su tono de voz cambio a uno totalmente grosero ¿Quien se cree para hablarle a Amber de esa manera? Además siempre era así?
Quise gritarle y defender a Amber, pero era el director, no quería que me despidieran antes de que me contrataran.
- Pero.....
Se marchó y entro a su oficina.
- Megan te llamare luego para comunicarte si te contratamos o no ¿Te parece?
- Si, esperare su llamada.
- Hasta luego, que te vaya bien.
- igualmente gracias.
Salí de la empresa, y no sabia si sentirme feliz o preocupada. Si me daban el trabajo tendría que soportar al señor mal humor, y eso no seria una tarea fácil.
Llegue a mi departamento...necesitaba descansar un poco.
De repente escuche sonar el timbre, era mi mejor amiga Jessie.
- Me alegra que hayas venido.
- Si, quiero que me cuentes como te fue.
- Pues todo fue bien, hasta que se me perdio el celular.
- ¿¡Lo encontraste verdad?!
- Si, pero adivina, ¡lo encontró el director de la empresa! Un tipo super grosero.
- amiga...si vas a trabajar ahí mejor cuidate.
- Si, tendré que cuidarme demasiado.
Eso le causó gracia a Jessie y yo no pude evitar reír con ella.
- Una semana despues -
Terminaba de preparar mi desayuno cuando escuche a mi celular sonar.
- ¿Hola?
- Hola Megan, soy amber, de la empresa Walls Ford. Te llamó para decirte que estas contratada para el cargo de recepcionista.
- ¡Muchas gracias! no sabes cuanto me alegra escuchar eso.
- Te veo mañana a primera hora y muchas felicitaciones.
Esto era sin ninguna duda un nuevo comienzo para mi vida. De que verdad que me sentía feliz. solo esperó que mi futuro jefe no se ensañe conmigo y me haga la vida imposible.
El concepto de "Mujer" puede significar muchas cosas, entre ellas valentía, fuerza, amor y miles de palabras que serian insuficientes para describir al ser más hermoso que pudo haber existido nunca. Ser mujer representa un reto que debe ser enfrentado día con día, una lucha constante que demuestra el valor y el hecho de que ellas tienen el poder de hacer muchas cosas más de las que la misma sociedad espera de ellas. Una mujer es trabajadora, tanto fuera como dentro de su hogar, ella cumple con miles de funciones por lo cual se vuelven infinitas, como el amor que tienen por sus hijos. Una mujer es sinónimo de lucha, ser mujer es saber que se necesita de fuerza, que por naturaleza todas tenemos. Es una presión que puede acabar con tus ánimos, pero a pesar de ello, te atreves a demostrar lo que vales, tu verdadera fuerza y no tu debilidad, es cuando ser mujer se vuelve algo más que solo el género, se vuelve un don. Entre estas páginas y entre estos párrafos se contarán historias, historias que forman una pequeña parte de lo que son ahora mujeres fuertes, valientes y sobre todo llenas de amor, mujeres que se atrevieron a relatar lo que pudo haber marcado su vida o lo que bien pudo haber representado una etapa, que las haría ver el inmenso valor que tienen y siempre tendrán.
¿Quién saldría perdiendo en este juego? ¿Acaso ella? Que solo buscaba vengarse o ¿él? Que detestaba con todas sus fuerzas la idea de enamorarse de alguien tan superficial. Después de todo, el amor puede tocar la puerta de tu corazón cuando menos lo esperas, solo es cuestión de escuchar con atención.
Después de tres años de matrimonio, Becky finalmente se divorció de su esposo, Rory Casper, quien nunca la había amado. Solo tenía ojos para una mujer, y esa mujer no era otra que su cuñada, Babette. Un día, ocurrió un accidente y Becky fue acusada de ser la culpable del aborto de Babette. Toda la familia se negó a escuchar su explicación. Rory incluso la obligó a elegir entre arrodillarse frente a Babette para disculparse y divorciarse. Para sorpresa de todos, Becky optó por lo último. Después del divorcio, los Casper descubrieron que la mujer que consideraban viciosa y materialista era en realidad la heredera de una familia súper rica. Rory, mientras tanto, se dio cuenta de que su exesposa era realmente encantadora, hermosa y confiada, en una palabra, se enamoró perdidamente de ella. Pero ya era demasiado tarde, ella ya no lo amaba... Frente a la apasionada conquista de su exmarido, ¿lo aceptaría Becky? ¿O habría otro hombre que se adelantaría a ganarse el corazón de Becky?
En su borrachera, Miranda se acercó audazmente a Leland, sólo para encontrarse con su mirada fría. La inmovilizó contra la pared y le advirtió: "No me provoques. Dudo que puedas soportarlo". Poco después, su compromiso se canceló, dejándola en la indigencia. Sin otras opciones, Miranda buscó refugio con Leland. Con el tiempo, asumió el papel de madrastra, cuidando a su hijo. Llegó a comprender que la decisión de Leland de casarse con ella no se debía solo a que ella era obediente y fácilmente controlada, sino también porque se parecía a alguien que él apreciaba. Ante la solicitud de divorcio de Miranda, Leland respondió con un abrazo desesperado y una súplica para que reconsiderara su decisión. Miranda, impasible, respondió con una sonrisa de complicidad, insinuando un cambio en su dinámica. El señor Adams, que siempre fue el controlador, ahora parecía ser el atrapado.
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