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A los ojos de la ley ella era su esposa desde hacía tres años, pero su matrimonio siempre se mantuvo en secreto. Él le dio una vida llena de lujos y dinero. Sin embargo, las cosas cambiaron cuando un supermodelo empieza a mostrar interés en ella. Y es entonces cuando vuelve su primer novio. Su esposo le había dicho que ella podía tener novio, lo cual no le sorprendió en absoluto ya que una vez que estuvieran divorciados ya no habría nada entre ellos. Pero los hechos no reflejaban sus palabras, y él aparecía por todas partes, intentando por todos los medios evitar que ella estuviera con otro hombre. ¡Estaba totalmente confundida! ¿Qué le pasaba? ¿Qué demonios quería este hombre de ella?
Era una noche especialmente cálida en la Ciudad Ye.
Malcolm Quan condujo por el vecindario, pasando por todos los árboles y casas que acostumbraba ver hasta que finalmente llegó a su departamento. Bajando del auto, él se acercó a la entrada y presionó su dedo sobre el escáner. La puerta se abrió con un leve sonido, pero para su decepción, el gran salón estaba vacío. "¿Poppi?", gritó el hombre.
Sin embargo, no hubo respuesta alguna. '¿A dónde fuiste?', se preguntó confundido.
Después de cerrar la puerta, Malcolm puso los documentos que tenía en la mano en el sofá y subió a la habitación.
"¿Poppi?", gritó una vez más. "¿Dónde estás?", al llegar a la alcoba, el hombre vio que había ropa de mujer esparcida sobre la cama y escuchó el sonido del agua corriendo en el baño.
¡Splash! ¡Splash!
Justo entonces, Malcolm oyó débilmente la voz de una mujer por la puerta del baño y un minuto después, la llave del agua estaba cerrada. El hombre miró hacia esa dirección cautelosamente, y aunque la puerta sólo se abrió unos cuantos centímetros, él pudo reconocer con facilidad la perfecta y curvilínea figura que estaba en el interior de la ducha.
"Maldición...", Malcolm maldijo en voz baja mientras se aflojaba la corbata. Pero justo cuando había puesto su mano en la manija, la puerta se abrió de repente: "¡Poppi Qiu...!".
"La la la... ¡Dios mío!", Poppi Qiu estaba tarareando una canción cuando salió del baño con una toalla envuelta alrededor de su cuerpo. Cuando vio que Malcolm estaba allí parado, ella se sorprendió y saltó hacia atrás, su melodioso canto se convirtió en un grito y se llevó las manos instintivamente a la cara para protegerse, pensando que la persona en el dormitorio era un intruso.
"¡Cállate!", Malcolm exclamó pero poco después se sintió culpable por haberla asustado.
"M-ma... ¿Malcolm? ¿Eres tú?", al escuchar su voz, Poppi abrió los ojos aunque aún había un miedo persistente que le recorría la espalda. Ella parpadeó incrédula de que efectivamente fuera Malcolm y se ajustó la toalla al cuerpo: "¿Cuándo...? ¿Cuándo llegaste aquí? ¡Casi me matas del susto! ¿Primero podrías avisarme cuándo vas a venir? ¡Por un momento pensé que eras un asesino en serie o algo así!".
"¿Asesino en serie?", Malcolm no pudo evitar mirarla de arriba a abajo. Las piernas de Poppi eran largas, delgadas y tenía una piel suave y blanca, además de que había un hermoso rubor rosado en su delicado rostro y sus ojos eran grandes y encantadores.
Inmediatamente, Malcolm decidió voltear hacia otro lado y murmuró: "No todo el mundo está enamorado de ti ni quiere robarte, ¿eh?".
"¿Qué quieres decir con eso?", Poppi preguntó cruzando los brazos sobre el pecho. "¿Entonces por qué irrumpiste en mi casa?", ella añadió levantando la barbilla.
"¿Tu casa? En caso de que lo hayas olvidado, ¡esta es mi casa!", Malcom exclamó con indiferencia.
"¡Ja!", entonces, Poppi parpadeó y miró al hombre con una chispa de astucia en sus ojos. "¿Qué haces en casa, cariño?", ella preguntó con una voz repentinamente seductora.
"¿Cariño?", Malcolm estaba confundido.
"¿Qué sucede? ¿Legalmente somos una pareja, no?", una sonrisa triunfante apareció en los delgados labios de Poppi.
"De forma legal sí, pero no en la práctica", Malcolm se burló, se dio la vuelta y caminó hacia la puerta. "Vamos abajo", él espetó mirando a la mujer, "Necesito decirte algo".
"Primero tengo que arreglarme", Poppi respondió con una sonrisa desvergonzada.
"Será mejor que te apures", Malcolm dijo mientras desaparecía por el pasillo.
Poppi se encogió de hombros y se sentó frente a su tocador, allí se aplicó suavemente una crema hidratante en el cuello y los brazos mientras cantaba una canción.
Después de vestirse, ella bajó las escaleras y vio a Malcolm sentado en el sofá con el ceño ligeramente fruncido, la forma en que la luz de la sala brillaba en su rostro anguloso lo hacía ver especialmente guapo.
"Adelante, ¿qué es lo que tienes que decirme?", Poppi preguntó mientras se sentaba frente a Malcolm. El brillante y lujoso candelabro iluminaba la habitación con una luz dorada que complementaba la mesa de mármol negro, juntos hacían una combinación fresca pero elegante. Sin embargo, la frialdad de la mesa no podía compararse con la indiferente mirada que la hermosa mujer y el atractivo hombre tenían en sus ojos en ese momento.
"Esta es la extensión del contrato", inclinándose hacia delante, Malcolm empujó con cautela el grueso documento sobre la mesa, "Ve si hay algo más que te gustaría agregar u omitir".
Poppi no pudo evitar sonreír al mismo tiempo que leía el papel, pero entonces, algo llamó su atención: "Este es el acuerdo postnupcial, sin embargo, mi abogado no está aquí presente, ¿esto es legal?".
"El Sr. Shen ya lo leyó y lo aprobó", respondió Malcolm.
"Bueno, entonces está bien", Poppi sonrió ligeramente y revisó las siguientes dos hojas. "Mmm...", ella murmuró mientras leía, "¿Renovaremos el contrato por dos años?".
"Sí", Malcolm se sentó rígidamente en su asiento con los puños apretados y una expresión seria.
"¿Por qué ahora son dos años? Pensaba que sólo habíamos acordado que sería uno...", comentó Poppi.
"Bueno, has hecho un buen trabajo en los últimos tres años, no veo por qué no hacerlo un año más", Malcolm explicó severamente, "Además, esta vez, puedes estar segura de que será el último".
"¿Por qué? Estás a punto de terminar tu plan de adquisición, ¿cómo puedes estar tan seguro de que podrás hacerlo dentro de dos años?", preguntó Poppi.
"Sólo confía en mí", Malcolm entrecerró los ojos sin dejar de mirar a la mujer. Sin embargo, cuanto más lo hacía, más asombrado se sentía, parecía que había pasado mucho tiempo desde la última vez que había observado la cara de Poppi de esta manera. Malcolm sabía lo hermosa que era Poppi, pero no podía evitar sentirse aturdido por la forma en que su ojos brillaban y sus labios se curvaban en una sonrisa encantadora... '¡Detesto ese gesto tan molesto!', él pensó de repente. Si había algo que Malcolm odiaba de Poppi era su sonrisa, ¡parecía que siempre se estaba burlando de él!
"Pero toda mi juventud se desperdiciaría en ti, ¿dos años adicionales además de los tres anteriores? ¿No crees que es mucho tiempo?", Poppi protestó mientras la sonrisa maliciosa que Malcolm tanto alucinaba aparecía en sus labios, "¿No piensas que yo soy quien sale perdiendo en este acuerdo? No estoy segura de poder firmar esto...".
"Duplicaré tus gastos mensuales", Malcolm respondió un poco disgustado, luego suspiró profundamente y continuó: "Además, tienes permitido tener citas y hasta un novio, siempre y cuando cumplas con tu parte del acuerdo y mantengas nuestro matrimonio en secreto como de costumbre, ¿eso es lo suficientemente justo para ti?".
"¿Qué? ¿Acaso escuché mal? ¿Puedo tener novio?", Poppi sonrió de oreja a oreja y fingió estar sorprendida, "¡Eso es genial! ¡Debiste haberlo dicho antes! ¡Ya no tengo que leer todos estos papeles! ¡Cuenta conmigo!".
"Deja de balbucear y sólo firma", Malcolm espetó irritado.
Poppi hizo una mueca en silencio y pasó las páginas hasta donde tenía que firmar. Al final del documento, ella notó que Malcolm ya había puesto su nombre en la línea punteada, entonces estiró la mano y buscó a tientas un bolígrafo alrededor de la mesa. Encogiéndose de hombros, la mujer estaba a punto de ponerse de pie: "Sólo voy por un...".
"Aquí tienes", Malcolm dijo con el ceño fruncido mientras sacaba rápidamente un bolígrafo de su bolsillo.
"Gracias", Poppi murmuró y volvió a sentarse, después tomó el bolígrafo y suspiró ligeramente. Ella firmó con elegancia y una sonrisa complaciente para luego devolverle el documento al hombre: "Gracias por hacerte cargo de mí durante los próximos dos años".
No obstante, Malcolm se levantó y declaró: "Incluso puede que sea menos tiempo...".
"¿Qué dijiste?", Poppi estaba desconcertada.
"Si terminamos el plan de adquisición antes de lo programado, nuestro matrimonio también se acabará, está escrito allí, será mejor que lo leas atentamente", Malcolm explicó mientras le entregaba una copia de los documentos a la mujer.
"Eso suena genial, quizás estaremos separados antes de lo planeado y sí, lo leeré detenidamente", Poppi también se levantó y lo miró con una sonrisa radiante.
Malcolm le echó un rápido vistazo y resopló: "Gracias, entonces". Luego tomó los documentos y se giró para irse.
"¡Espera!", Poppi lo llamó con una expresión seria.
"¿Qué pasa?", Malcolm se detuvo en seco, girando la cabeza ligeramente hacia atrás.
"Hoy es nuestro tercer aniversario, ¿no tienes nada que decir?", Poppi lo miró con ojos expectantes.
"Transferiré el dinero a tu cuenta más tarde", Malcolm respondió con desdén, parecía que él ya no quería hablar con ella y estaba listo para irse.
"No quiero el dinero", espetó Poppi.
"¿Perdón? ¿Entonces qué quieres?", Malcolm no pudo evitar fruncir el ceño.
"Por fuera parecen una pareja perfecta, pero la historia de Mary y William no es tan dulce como parece. Su matrimonio comienza como un simple contrato: Mary acepta casarse a cambio de que William pague los gastos médicos de su madre. Sin embargo, las cosas toman un giro dramático. Ninguno de los dos sabe quién cruzó la línea primero, ni mucho menos quién inició este juego de amor. ¡Pero sin duda que ha empezado! Descubre cómo transcurre esta trama exclusiva llamada Marriage Contract: Nunca Digas Adiós."
Esperando un nuevo comienzo de su vida después de que ella se graduara de la escuela secundaria, estaba lista para volar en el cielo y elevarse hacia su sueño. Pero no sabía que su vida cambiaría al regresar a casa. El mayor evento que le cambió la vida la estaba esperando. Apenas era consciente de que el brazalete que llevaba puesto desde su nacimiento era un signo, que representaba su destino de casarse con un hombre que nunca había conocido. No podía hacer nada más que seguir el acuerdo, porque la vida no estaba dispuesta a perdonarla. Su impotencia no le dejaba otra opción. Pero finalmente, ¡ella decidió renunciar a todo y huir! Y de nuevo, el cielo se burló de ella. Para su sopresa, el supuesto prometido volvió a entrar en su vida. ¿Qué le esperaba en el futuro y hacia dónde la llevaría la vida?
Lucia Meller es mi vida, me enseño amar, me enseñó a adorarla, me mostró el mundo de forma diferente, le di todo lo que la vida me ofrecía, y se ha ido; se llevó mi vida, mi amor, dejándome el corazón y el alma hecha pedazos. Ahora me duele respirar, me duele amar, me duele la vida. La quiero, jamás podré volver amar a alguien como la ame a ella; la quiero de vuelta, la quiero conmigo, a mi lado donde pertenece; pero por más que la busco no la encuentro, es como si la vida me la hubiera arrebatado y eso me duele, ella me enseñó que se puede matar a un hombre, aunque se conserve la vida, sin embargo, me canse, no puedo llorar por alguien que no me quiere amar y aunque duele, hoy después de casi dos años le digo adiós a mi sirena; después de todo soy Gabriel Ziegermman. Un año desde que me aparte de Gabriel y mi vida dio un giro de ciento ochenta grados, amar a ese hombre es lo mejor que me ha pasado en la vida, a él le debo el hecho que hoy esté viva y tener a mi lado a mi mayor tesoro, él me enseñó que lo que se desea con el alma se obtiene, pero también me enseñó que amar duele, que su amor duele, a él le debo el dolor más grande, porque dejo de amarme, no fui suficiente para él, me enseñó que su madre, su exnovia y su destino no están conmigo, y aun así lo quiero de vuelta, sé que sus prioridades cambiaron; yo solo pedía una verdad sin embargo él prefirió engañarme y dejarme.Lo quiero olvidar y lo quiero conmigo, aunque no se lo merezca, pero como hago si amar ese hombre es mi arte. Ahora estoy de vuelta y lo único que quiero es tenerlo a kilómetros de distancia, porque me enseñó que yo también tengo derecho a cambiar mis prioridades. Novela registrada N ISBN 978-958-49-7259-0 Está prohibida su adaptación o distribución sin autorización de su autor. Todos los derechos reservados all rights reserved
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