/0/15804/coverbig.jpg?v=99f520c8cf5c2c8097141a27b3a15ef8)
"Ella soñaba con embarazarse de su esposo, pero él, la engañó con su mejor amiga y tendrá un bebé con ella..." Arianna, pensó que aspiraba al puesto de ejecutivo junior. Sin embargo, estaba equivocada. Aquiles D'Amico, lo que buscaba era una...¡Celestina! Aquiles era rico, intimidante y dolorosamente atractivo, de modo que, ¿para qué necesitaría que alguien lo ayude a conseguir pareja? Fácil, no está dispuesto a enamorarse. Pero, la atracción será innegable. La tentación por aceptar un acuerdo privado, irresistible. Ellos están seguros de poder manejar la situación. No obstante, enfrentarse a los celos de un exmarido obsesionado, y un socio traidor, no será fácil. Advertencia: Contenido sexu@l/amigos con derechos/JEFE-EMPLEADA /EMBARAZO/POSESIVO/TÓXICO/MUCHO DRAMA
Tres meses antes.
Arianna
«Te amo, Ari. Te amo más de lo que puedo llegar a contener y te querré por siempre. Por favor, cásate conmigo y tengamos una docena de niños tan hermosos como tú». Eso fue lo que me dijo Marcos, el día que me propuso matrimonio con el pulso acelerado y los ojos llenos de lágrimas.
Eso fue antes de que comenzara a resquebrajarme por dentro. Antes de sentir que me ahogaba en el miedo y dolor, cada vez que una gota de sangre se deslizaba por el interior de mi muslo y caía lentamente sobre los azulejos blancos del baño, diluyéndose en el agua, antes de perderse en la rejilla.
No sé por qué. En el pasado cruzaba los dedos cuando se acercaba el día donde debía presentarse la regla, incluso suspiraba, aliviada y en ocasiones llamaba a Julia; mi mejor amiga, para destapar una botella de vino a modo de festejo.
Sin embargo, ahora, que la regla se presentase, solo me provocaba una profunda sensación de soledad. La sangre, era un recordatorio de que estaba vacía, que el vientre seco que portaba me había vuelto a fallar otro mes. Podía sentir los miedos chocando unos contra a otros. El nudo en la garganta y las lágrimas perdiéndose bajo el rocío del agua de la ducha.
Gemí con fuerza, porque la ducha, era el único lugar donde podía permitirme llorar, cada vez que descubría que no estaba embarazada. Dejaba que el agua caliente limpiase mi dolor, tomaba uno a uno los pedazos en un pobre intento de reconstruirme y esperaba estar lo suficiente anestesiada para continuar un mes más. Porque me aterraba que Marcos, se diese cuenta de lo rota que estaba.
Me odiaba porque desde que recordaba, soñaba con ser madre y con el paso de tiempo, había visto a todas las mujeres de mi vida formar su familia, criar sus hijos, continuar con su maravillosa vida. Mientras, yo las observaba detrás de un cristal. Todas ellas vivían en una realidad más brillante a la que yo no pertenecía. Por desgracia, Marcos también estaba condenado a quedarse tras el cristal por haberme elegido como su esposa. Lo arrastré a las sombras y me preguntaba, si me odiaba por eso.
-¿Arianna? -Como no respondí, abrió la puerta del baño -¿Ari? ¿Te ocurre algo?
No me ocurría nada. Solo soledad y vacío.
Me quedé frente al espejo empañado, con la mirada perdida, dejando que las lágrimas se deslizasen a través de mi mentón.
-¿Qué te ocurre, cariño? -Marcos, me tomó por los hombros y me besó la coronilla, antes de reparar en el paquete de compresas que se estaban sobre el lavabo.
No me moví y las lágrimas continuaron cayendo.
-Julia, está embarazada. Me lo dijo hoy por la mañana, cuando fuimos a tomar nuestro café pre cumpleaños -. Me soltó de pronto y dio un paso hacia atrás, como si hubiese recibido una descarga. Me odiaba. Podía verlo, me odiaba por llevar tres años de esperanzas rotas-. No me ha dicho quién es el padre, porque dice que quiere presentármelo mañana en mi cena de cumpleaños.
No quería reconocer que sentía envidia por mi mejor amiga, aunque eso era exactamente lo que sentía en ese momento. La envidiaba, porque ella ni siquiera podía mantener una relación de más de una semana, probablemente ser madre ni siquiera estaba en sus planes. Sin embargo, estaba esperando un bebé. Un bebé que a mí se me había estado negando por años y no era justo.
-Qué cabrona -. Masculló y me di la vuelta para mirarlo sobre el hombro -. Lo que quiero decir es; que es tu cumpleaños, podría intentar no robarte el protagonismo por una vez en la vida -. Suspiró pesadamente y me obligó a darme la vuelta para que lo viese a los ojos -. Podríamos cancelarlo, si eso quieres. No sé, pedir una pizza y pasarlo acurrucados en el sofá como cuando alquilábamos el pequeño departamento sobre la avenida, ¿lo recuerdas? -Sonreí al recordar su boca húmeda y ansiosa, contra la mía, sus manos desesperadas por quitarme la ropa, sus estremecimientos estallando contra mi piel.
El sexo también dejó de ser explosivo y divertido, en esos tres años, se volvió algo condicionado por mi sistema reproductor. A veces deseaba olvidar el deseo de ser madre. No podía, porque el hueco ya era demasiado grande.
En ese momento, aún no soñaba con un bebé. Todavía tenía esperanzas, pero justo allí, frente al espejo del baño, solo tenía decepción. Aunque, francamente, evitáramos el tema, Marcos parecía cansado de consolarme y yo no podía soportar ver su rostro cada vez que admitía que ese mes, tampoco, había ocurrido.
Me besó suavemente los labios y apartó un par de mechones húmedos del rostro.
-Me encantaría -me obligue a sonreír -, pero ya avise en la residencia que sacaría a mi abuela por una noche. No puedo cancelar ahora -. Llevaba los tres primeros botones de la camisa desprendidos y olía a colonia -. ¿Vas a salir? -No pude esconder la nota de decepción en mi voz.
-Sí, ya había quedado Jonathan, Óscar, Lucas y Aquiles, mi nuevo jefe. Quiero impresionarlo, es un cabrón de primera y Jhonny, dice que confraternizar fuera de la oficina, puede ayudarnos -. Lo dijo como si aquellos nombres significasen algo para mí, desde que recibió un ascenso, no frecuentaba a las mismas personas, a excepción de Jonathan, el hermano de Julia. Quien le consiguió el empleo en primer lugar -. Aunque puedo cancelar... -Se encogió de hombros.
-No -, negué con la cabeza y él me tomó de la cintura atrayéndome hacia él -. Voy a estar bien, quería enviar algunos currículos y luego me dormiré. ¿No sabes si el grupo Carissino está tomando nuevos ejecutivos?
La startup, para la que trabajaba como ejecutivo responsable del departamento de marketing, se había declarado en bancarrota, por lo estaba desempleada desde hacía seis meses.
Menudo futuro, estaba a punto de cumplir treinta, no tenía un bebé, ni trabajo, ni sueños. Solo tenía a Marcos, mi abuela y Julia...
-¿Para qué quieres volver a trabajar tan pronto? Yo gano lo suficiente como para mantenernos -. Me rodeó con sus brazos -. Quiero que descanses, te lo mereces, cariño -. Acaricio mi mejilla con el pulgar -. Prometo que volveré en cuanto pueda -apoyó su frente contra la mía, acarició mi nariz con la suya y se dio la vuelta para dejarme nuevamente sola.
-Marcos -me miró sobre el hombro sosteniéndose la mano en el pomo de la puerta -. ¿Realmente lo quieres como yo? -Lo vi ponerse ligeramente tenso, aunque de inmediato la misma sonrisa tranquilizadora de siempre apareció.
-Claro que lo quiero, me casé contigo porque deseo formar una familia y envejecer a tu lado -. Se acercó a mí, atrayéndome nuevamente a sus brazos -. Te prometo que en cuanto haya pagado los préstamos que solicitamos para la casa, comenzaremos a pensar en pagar un tratamiento por fecundación in vitro, ¿sí? -Asentí con resignación, porque no podía hacer otra cosa -. Te amo, Ari... Siempre te querré -dijo, antes de salir del baño, dejándome completamente sola.
-Yo también... -Murmuré en el silencio del cuarto.
«Admite que me deseas, que añoras lo bien que te hacia sentir y que nadie va a poder darte lo que yo te di ». «¡No! ¡No te deseo y nunca volveré a confiar en ti! ¡Nunca volveré contigo! Casarme contigo fue mi peor error». Suspiré al sentir que me apretaba contra su pecho duro. « ¿No? Tu cuerpo me dice lo contrario». Sus labios acariciaron suavemente los míos. Treinta días, solo debíamos mantener la farsa por treinta días de aquel matrimonio acordado y luego todo se habría solucionado. Iba a ser muy fácil, solo tenía que pulirme un poco para parecer la esposa de clase perfecta, y el resto sería pan comido. Él iba a obtener el trabajo de sus sueños y yo recuperaría mi dinero. Solo teníamos dos reglas: No consumar. No enamorarnos. Pero a veces las reglas se crean solo para romperlas... Y por muchos planes que realicemos, difícilmente podamos controlar el amor. Cameron Hamilton es un abogado meticuloso con aspiraciones a manejar el legado familiar, un hombre que cree tener todo planeado y bajo absoluto control, mientras que Tessa Joyce es lo que podría llamarse un desastre de cabo a rabo que no para de meterse en problemas. De mundos diferentes y sin nada en común, estaban destinados a nunca conocerse. Sin embargo, una noche de tragos en Las Vegas puede poner el mundo de ambos, patas arriba.
« Castigame». Me pidió, entre gemidos temblorosos. « Te voy a dar una lección, una dura lección; sobre porqué un ángel nunca debería tentar a pecador». Le susurre, mientras la sentía ardiendo contra mi piel. Una vez que te has sumergido en el inframundo, ya no hay vuelta atrás. Hades, intentará proteger a esa rubia tentación, que no le teme a sus demonios, de su ex novio mafioso y abusador. Sin embargo, una vez que la convierte en suya, el deseo por conservarla y devorarla con sus llamas hasta consumirla es demasiado intenso como para resistir. Debería dejarla libre... Debería alejarla... Eso es lo que haría cualquier hombre bueno, pero Hades, no es un buen hombre...Él, es el rey del inframundo.
Estoy segura de que lo siento entre mi jefe y yo es química pura. Nathaniel Wentworth es tan espectacular que puede hacerte olvidar del mundo con solo mirarlo. Pero al parecer cupido se ha olvidado de mi y luego de trabajar para él un par de semanas esa química desaparece, y ese cosquilleo que había florecido en mi pecho se convierte en rabia. Ya no importa que me acelere el pulso cada vez que dice mi nombre, que me haga estremecer con un solo roce y que pueda ser el hombre que mejor bese del mundo. Aún así odio a Nathaniel Wentworth y nada en el mundo me va a hacer cambiar de opinión.
Para pagar la deuda, desesperada y sin opciones, ella sustituyó a la novia y se casó con el hombre quien era conocido como un diablo al que todos temían y respetaban. Él le dio un mordisco a su dulzura y gradualmente se sometió a la lujuria adictiva. Antes de que se diera cuenta, ya era incapaz de liberarse de ella. El deseo desencadenó su historia, pero ¿cómo continuaría este amor condicional?
"Durante su trabajo de medio tiempo en un bar clandestino, Wendy se emborrachó accidentalmente. Cuando se despertó, se dio cuenta de que la habían confundido con una prostituta y que había perdido su virginidad. Después de tener una aventura de una noche con Charlie, un hombre increíblemente guapo, Wendy tiró doscientos dólares para defender su dignidad. Sin embargo, el comportamiento arrogante de Wendy molestó a Charlie, quien, en venganza, volvió a llevarla a la cama. ""¿Qué quieres?"", dijo Wendy molesta. ""Asumir la responsabilidad de lo que te hice"", respondió Charlie sonriente. ""¿Pero cómo?"", Wendy continuó. ""Al seguir acostándome contigo""."
A veces el amor aparece de la manera más inesperada y en la forma de la persona menos pensada. Para Daniel, la vida a sus 40 años es una rutina entre sus tres hijos y su cargo de CEO de la empresa familiar. El fallecimiento de su esposa lo deja inmerso en la tristeza; creando, con el correr de los años, una coraza fría a su alrededor. Deanna tiene una vida normal, trabaja medio tiempo y estudia en la Universidad de Artes porque quiere lograr su sueño: cantar en la ópera. Solo le falta un año para terminar su carrera cuando su amigo Harry le pide ayuda desesperado. Una antigua regla familiar le impide casarse con su novia, la cual está embarazada. Para hacerlo, Daniel, su hermano, debe casarse primero. Para ayudarlo con su problema Daniel y Deanna acceden a fingir una relación y un matrimonio. Son tan opuestos que la atracción es inevitable. Él encuentra en ella la calidez que faltaba en su vida y Deanna el amor luego de una ruptura desastrosa. Finalmente, Daniel puede volver a tener una familia. Pero hay muchos intereses ocultos que buscan separarlos y alejarlos. El viaje es difícil, deben enfrentarse no solo a terceros que les complicaran las cosas, sino también a sus propios miedos e inseguridades. No es sencillo equilibrar 15 años de diferencia. Pero el corazón tiene razones que la misma razón nunca entenderá.
Tras una noche apasionada, Verena dejó algo de dinero y quiso marcharse, pero fue retenida por su acompañante: "¿No te toca a ti hacerme feliz?". Verena, siempre disfrazada de fea, se acostó con el tío de su prometido, Darren, para escapar de su compromiso con su infiel prometido. Darren gozaba de respeto y admiración, todos creía que era frío y temible. Corría el rumor de que lo habían visto besando a una dama contra la pared, pero muchos no lo creyeron. Después de todo, ¿quién podría conquistar el corazón de Darren? Entonces, sorprendentemente, Darren fue sorprendido agachándose para ayudar a Verena con sus zapatos, ¡todo para conseguir un beso de ella!
Kaelyn dedicó tres años a cuidar de su esposo tras un terrible accidente. Pero una vez recuperado del todo, él la dejó de lado y trajo a su primer amor del extranjero. Devastada, Kaelyn decidió divorciarse mientras la gente se burlaba de ella por haber sido desechada. Después se reinventó, convirtiéndose en una cotizada doctora, una campeona de carreras de auto y una diseñadora arquitectónica de fama internacional. Incluso entonces, los traidores se burlaban con desdén, creyendo que ningún hombre iba a aceptar a Kaelyn. Pero entonces el tío de su exesposo, un poderoso caudillo militar, regresó con su ejército para pedir la mano de Kaelyn en matrimonio.
Mi familia era pobre y tenía que trabajar medio tiempo todos los días solo para pagar las cuentas y estudiar en la universidad. Fue entonces cuando la conocí, la chica bonita de mi clase con la que todos los chicos soñaban salir. Era muy consciente de que ella era demasiado buena para mí. De todos modos, reuniendo todo mi coraje, le dije que me había enamorado de ella. Para mi sorpresa, accedió a ser mi novia. Me dijo, con la sonrisa más bonita que he visto en mi vida, que quería que el primer regalo que le diera fuera el último iPhone de gama alta. Un mes después, mi arduo trabajo finalmente valió la pena. Pude comprar lo que ella quisiera. Sin embargo, la pillé en el vestuario besando al capitán del equipo de baloncesto. Incluso se burló despiadadamente de mis defectos. Para colmo, el tipo con el que me engañó me dio un puñetazo en la cara. La desesperación se apoderó de mí, pero no pude hacer nada más que tirarme en el suelo y dejar que pisotearan mi orgullo. Cuando nadie lo esperaba, mi padre me llamó de repente y mi vida cambió. Resulta que soy el hijo de un multimillonario.