/0/14933/coverbig.jpg?v=2aedc2980aadf4aec3e6d4dce26865f0)
Yo era apenas una joven sin rumbo, perdida entre las sombras y el frío de las calles. Mis días eran una sucesión de hambre y miseria, hasta que él apareció... dándole mucho dinero a la única persona quien pense me protegeria. Ese hombre mayor, con ojos que parecían conocer todos mis secretos y promesas que me hablaban de una vida distinta. Me llevó a su inmensa casa, un lugar que para mí era impensable, lleno de riquezas que jamás había visto, pero que, de algún modo, siempre se sentían ajenas. Con el tiempo, fui su esposa, su joya, pero también su prisionera. Los muros de aquella casa eran tanto un refugio como una cárcel, y en cada rincón sentía las miradas de sus antiguos amores, sus secretos inconfesables. Él me amaba, o eso decía, pero su amor era posesivo, oscuro, una red que me atrapaba y consumía lentamente. Ahora, me encuentro sola en esa misma casa, siendo la viuda de un hombre que dejó tanto poder como sombras. Y mientras su ausencia crece, yo también me transformo, en alguien distinta, alguien que él jamás pudo prever y empezando a luchar contra ese hombre que fue mi primer amor y ahora mi enemigo.
Alejandra. 😏
El recuerdo de aquel día aún me quema en lo más profundo. Hace siete años que vivo bajo el techo de Marcos, un viejo repulsivo que me llama "esposa" a lo que soy para él: una posesión, una especie de trofeo que no eligió, sino que compró. La única razón por la que aún puedo soportarlo es Julio. Él ha sido mi único refugio en esta mansión, el único capaz de hacerme olvidar a qué precio terminé aquí.
Recuerdo cuando lo vi por primera vez. Su mirada era puro odio, como si yo fuera el problema, como si no fuera suficiente la humillación de saberme vendida... su oferta hacia mi fue tentandome a una mejor vida y mas cuando se la ofreció a mi madre. Pero pronto entendió. Entendió que no soy una esposa, sino una prisionera. Y desde entonces, sus ojos se suavizaron, y cada vez que podía, aparecía en mi ventana. Al principio, solo venía a hablarme, a escucharme, a ofrecerme una compañía sin reproches. Su nana, Miriam, descubrió nuestras conversaciones, pero nunca dijo nada. Miriam me miraba con una mezcla de ternura y lástima; sabía que era lo único bueno que tenía en este infierno.
Y así comenzó lo nuestro, entre susurros y risas en las sombras. Era tan fácil amarlo... él era todo lo que este lugar no podía darme: libertad, dulzura, esperanza. Era amor, un amor tan intenso que hasta hoy me pregunto si alguna vez fue real. Nos prometimos escapar juntos; Miriam intentó ayudarnos, planeó cada detalle. Pero cuando salí aquella noche, allí estaba él, Marcos, esperándome con un revólver apuntando directo a mi frente. Nunca supe cómo se enteró, cómo supo que iba a escapar con Julio. El miedo me paralizó, y en ese instante, su sonrisa se hizo aún más oscura.
-Jamás te irás de mi lado, solo si estoy muerto podrás escaparte de mí -me susurró con un asco que aún siento clavado en la piel.
Aquel día no solo me quitó la libertad; también me quitó lo que más amaba. Golpeó a Miriam hasta dejarla inconsciente por ayudarme. Después, me tocó a mí, y en cada golpe, sentía la vida desvanecerse dentro de mí, la de un pequeño que nunca llegó a nacer. Nadie lo supo, ni siquiera Julio. Aquel bebé era de él, estoy segura. Pero para Marcos, no era más que un "estorbo". Eso me dijo, con esa voz asquerosa que aún resuena en mis pesadillas.
-No importa que pierdas un bebé. Total, no te quiero para criarme niños, sino para que me sirvas como debe ser.
Ese día, supe que, tarde o temprano, Marcos pagaría por cada daño, por cada herida, por cada golpe que me convirtió en lo que soy ahora. Julio se fue del país, pensó que lo abandoné y volvió casado, como si yo nunca hubiera sido nada en su vida. Pero nunca sabrá la verdad, y quizás así sea mejor. ¿Qué ganaría con saber que su padre casi me mató por querer ser libre junto a él?
Hoy, Julio sigue siendo mi amante, y el maldito de su padre nunca lo ha sabido. No me importa lo que pueda pasar, solo sé que mi momento llegará, y cuando eso suceda, Marcos no verá el infierno; yo misma me encargaré de llevarlo hasta allí.
-¿Qué tanto piensas?-La voz grave de Julio me saca de mis pensamientos.
-En nada, solo que tu esposa debe estar desesperada -respondo, sarcástica. Él se aparta de mí y suspira, negando con la cabeza.
-Sí, es mejor que me vaya. Tú también deberías irte, o mi padre no dejará de llamarte. Seguramente te necesita para entrar al baño, ya que él ya no puede hacerlo por sí solo.
Le doy un golpe en el brazo, y él sonríe mostrando su dentadura blanca.
-Todavía me pregunto por qué no puedes dejarlo. Te compró, te ha tratado de lo peor, y... nunca se me quita de la cabeza aquella oportunidad que tuvimos.
Suspira y se cubre el rostro. Me mira con seriedad, como si esperara que dijera algo, pero no lo haré. Es mejor dejarlo así.
-Olvídalo. Es hora de que nos vayamos. Mi querido esposo me llamará en cualquier momento, extrañado de que no haya vuelto de mi "reunión de amigas".
-En serio, lo tienes comiendo de tu mano.
-Quizá sí -respondo con una sonrisa, mirando mis uñas de rojo vino.
-A veces creo que amas el dinero tanto que no puedes dejarlo, o... ¿lo aprendiste a amar?
Resoplo. Su berrinche comienza.
-Digamos que ambas cosas. -Me levanto y empiezo a vestirme, pero él niega y se incorpora. Cree que dejaré a mi moribundo esposo solo por él. Hubo un tiempo en que podría haberlo hecho, pero él se fue y eligió casarse con otra. Ahora que ha vuelto, piensa que quiero escapar. Qué ingenuo. Necesito vengarme de su padre y quedarme con todo lo que él tiene.
-Entonces creo que será mejor que no volvamos a vernos. Mi esposa está embarazada y no pienso hacerla pasar malos momentos.
Me río en su cara, y él me observa con molestia.
-¿A qué se debe la burla?
-A nada. Será mejor que me vaya.
Entro a la ducha y dejo que el agua fría me refresque. Después de media hora, salgo, seco mi cuerpo y me pongo el vestido. Encuentro una nota en la mesa:
-Te amo tanto, pero lo mejor es dejar esto hasta aquí.
-Ay, qué drama -murmuro, sonriendo con desdén. Pronto se le pasará el berrinche y volverá a buscar mis sábanas. Total, hombres sobran.
Salgo del hotel, subo a mi coche y conduzco hacia mi mansión. Ya no soy aquella dulce chica de hace años. Ahora soy diferente. Me amo tal como soy, amo mi belleza, y amo no parecerme a nadie. Marcos tiene los días contados. Todo lo que es suyo ya es mío.
Incluido su querido hijo, Julio.
Sonrío satisfecha. Pobre Mariana... su esposo viene a refugiarse en mis brazos cuando ella lo sofoca. Fui su primer amor, y aunque esté casado, aún me ama y me desea. Y yo... bueno, eso ya no importa.
Xavier Devereaux, un Ceo y magnate multimillonario y dueño de una de las farmacéuticas más importantes del mundo, es conocido por su rectitud, elegancia y carácter amable. Sin embargo, una traición de las personas más cercanas a él hará que su vida cambie de la peor manera. En una noche que debía ser de celebración, Xavier es drogado y engañado por su prometida y su propio hermano, quienes lo manipulan para que crea que ha estado con su prometida en la intimidad. Pero algo no cuadra. La mujer que estuvo en su cama esa noche no era quien decía ser. Fingiendo ignorancia, Xavier decide investigar. Sus indagaciones lo llevan a descubrir a Aitiana, una joven de origen humilde, contratada para ser parte del engaño. Lo que comienza como una búsqueda de respuestas se complica cuando descubre que Aitiana está embarazada de él. Furioso y decidido a controlar la situación, Xavier la lleva a su mansión, convirtiéndola en su prisionera, pero también en el centro de su obsesión. En medio de la desconfianza y los secretos, Aitiana deberá enfrentarse no solo al poder de Xavier, sino también a sus propios sentimientos. Lo que comenzó como un engaño terminará poniendo en juego sus corazones y desenterrando verdades que cambiarán sus vidas para siempre.
Kamelia es una joven que ha aprendido a no creer en el amor ni en la bondad. Para ella, los finales felices son solo cuentos lejanos. De noche, deslumbra como bailarina en un mundo lleno de luces y sombras, mientras que de día lleva una vida universitaria donde oculta su verdadera esencia. Vive atrapada entre dos realidades, convencida de que nada ni nadie podrá cambiar su visión del mundo. Todo cambia cuando conoce a Dorian, un chico decidido a demostrarle que el amor verdadero sí existe. Dorian hará lo imposible para ganarse su corazón, enfrentándose no solo a las barreras que ella ha levantado, sino también a los secretos oscuros que ambos cargan. El pasado de sus familias, repleto de mentiras y traiciones, amenaza con separarlos, pero el vínculo que han creado será puesto a prueba. Kamelia y Dorian descubrirán que, aunque el amor puede ser complicado, es también lo único capaz de sanar las heridas más profundas y superar incluso las verdades más dolorosas.
Naira una joven de piel morena y cabellos oscuros como la medianoche, es entregada como moneda de cambio por una deuda que jamás fue suya, sus ojos grises revelan una fortaleza inquebrantable, una luz que aún no ha sido apagada por la oscuridad que la rodea. La transacción fue simple: un padrastro corrupto, una deuda imposible, y un hombre tan letal como el poder que ostenta. Karl un millonario mafioso cuya crueldad no conoce límites, la ha comprado. No como esposa, ni siquiera como amante, sino como un juguete, una posesión que existe solo para satisfacer sus deseos más oscuros y caprichosos. Karl no ama, no siente. Para él, las personas no son más que piezas descartables en un juego de poder. El arrepentimiento y la compasión no tienen lugar en su corazón de piedra. Pero cuando Naira es arrojada a su mundo de lujos y sombras, se encuentra luchando por mantener su dignidad, resistiendo la brutalidad de un hombre que la ve solo como una propiedad. Él cree que la ha roto. Ella, sin embargo, guarda una fuerza que podría cambiarlo todo... o perderse, convirtiéndose en otra alma consumida por la oscuridad de Karl. La oscuridad en mí no busca redención, pero si te atreves a intentar cambiarla, tal vez descubras que algunos monstruos prefieren las cadenas al perdón.
Arthur Zaens, multimillonario frío y desalmado que ha vivido en la oscuridad desde la desaparición de su esposa, dejándolo solo con sus dos hijas gemelas. Desesperado por encontrar una niñera que cumpla con sus estrictas expectativas, Arthur conoce a Lía, una ex escritora y editora recomendada por un amigo. Aunque su relación comienza de manera conflictiva, con discusiones y malentendidos desde su primer encuentro en un bar, Lía se convierte en la persona que poco a poco transformará la vida de Arthur y de sus hijas, desafiando su frialdad y cambiando su mundo para siempre.
Cassandra Morretti siempre ha vivido al filo, sumergiéndose en un estilo de vida desenfrenado donde el placer y el poder son sus únicas brújulas. Para ella, el dinero es solo un medio para conseguir lo que quiere, pero no es la llave de la felicidad. Con una actitud fría y calculadora, Atiende a manejar a los demás como si fueran piezas en un tablero de Aljedrez, segura de que todo en su entorno es una ilusión. Sin embargo, detrás de su fachada impenetrable, se oculta un deseo urgente. Recuperar la otra mitad de la herencia que le robó su propio padre. Para ello, necesita encontrar un marido, un hombre que esté dispuesto a entrar en su juego, aunque solo sea para cumplir con las formalidades. En el otro extremo de la ciudad, Elian Navarro, lleva una existencia humilde y agobiada. Sus días están marcados por largas horas de trabajo, luchando por proveer para su hermana menor, que nació con una discapacidad que requiere cuidados constantes. Elian ha renunciado a sus propios sueños, enfocado únicamente en asegurar que su hermana tenga una vida digna. Pero con las cuentas acumulándose y las opciones agotándose, el dinero se convierte en una necesidad apremiante, una carga que lo aplasta cada día un poco más. Cassandra necesita un esposo. Elian necesita dinero. Dos vidas que aparentemente nunca se cruzarían, pero que el destino, con su irónica sabiduría, está a punto de entrelazar de manera inesperada. ¿Qué sucederá cuando sus caminos se crucen? ¿Será este un pacto puramente transaccional o se esconderá algo más bajo la superficie?
No llegue a imaginar que la vida sería tan difícil de sobre llevar, sin embargo, veo que a muchas personas la va bien y a mí me va como si no era mi destino pertenecer en la tierra de los humanos. Primero debo soportar la mirada lasciva de los hombres, segundo batallar con lo que me acompleja a diario y tercero soportar estar junto a esa mujer del cual debo estar agradecida a pesar de la vida tan miserable que llevo viviendo junto a ella. Pero no todo es tan malo no después de a ver conocido a ese Hombre que, a pesar de parecer malo, odioso y cretino, es un ángel que necesitaba para lograr sentir que por lo menos puedo sonreír con sinceridad y agradecer a Dios por mandarme a la tierra a pesar de haber sido abandonada como un pobre cachorro sin hogar. Mi nombre es Bella. Puedo calificarme como una persona sencilla, y humilde. He pasado por circunstancias muy duras en la vida, pero sigo aquí intentando sobrevivir y ganar la batalla de la dura vida que llevo desde que tengo memoria.
El día de su boda, Khloe fue inculpada de un delito que no había cometido por su hermana y su novio. Fue condenada a tres años de prisión, donde soportó mucho sufrimiento. Cuando finalmente liberaron a Khloe, su malvada hermana utilizó a su madre para obligarla a mantener una relación indecente con un anciano. El destino quiso que Khloe se cruzara en su camino con Henrik, un elegante y despiadado mafioso, así cambió el curso de su vida. A pesar de su frialdad, Henrik quería a Khloe como nadie. La ayudó a vengarse de sus enemigos y evitó que volviera a sufrir acoso.
Janet fue adoptada cuando era niña, un sueño hecho realidad para los huérfanos. Sin embargo, su vida fue cualquier cosa menos feliz. Su madre adoptiva se burló de ella y la acosó toda su vida. La mucama que la crio le dio todo el amor y el afecto de una madre. Desafortunadamente, la anciana se enfermó gravemente y Janet tuvo que casarse con un hombre que tenía mala fama en sustitución de la hija biológica de sus padres para cubrir los gastos médicos de la criada. ¿Podría ser este un cuento de Cenicienta? Pero el hombre estaba lejos de ser un príncipe, aunque tenía un rostro atractivo. Ethan era el hijo ilegítimo de una familia rica que vivía una vida lujosa y apenas llegaba a fin de mes. Él se casó para cumplir el último deseo de su madre. Sin embargo, en su noche de bodas, tuvo el presentimiento de que su esposa era diferente a lo que había escuchado sobre ella. El destino había unido a las dos personas con profundos secretos. ¿Ethan era realmente el hombre que pensábamos que era? Sorprendentemente, tenía un extraño parecido con el impenetrable hombre más rico de la ciudad. ¿Descubriría que Janet se casó con él por su hermana? ¿Sería su matrimonio una historia romántica o un completo desastre? Siga leyendo para saber cómo se desarrolla el amor entre Janet y Ethan.
Lucía Balstone pensó que había elegido al hombre adecuado para pasar el resto de su vida, pero fue él quien acabó con su vida. Su matrimonio de diez años parecía una broma cuando su esposo la apuñaló con una daga. Afortunadamente, Dios nunca está ciego ante las lágrimas de las personas. Lucía tuvo una segunda oportunidad. Ella renació a la edad de 22 años, antes de que sucedieran todas las cosas terribles. ¡Esta vez, estaba decidida a vengarse y dejar que aquellos que la lastimaron pagaran! Hizo una lista elaborada de sus objetivos, y lo primero en su lista era casarse con el peor enemigo de su exmarido, ¡Alonso Callen!
"Tú necesitas una novia y yo un novio. ¿Por qué no nos casamos?". Abandonados ambos en el altar, Elyse decidió casarse con el desconocido discapacitado del local de al lado. Compadecida de su estado, la chica prometió mimarlo una vez casados, pero no sabía que en realidad era un poderoso magnate. Jayden pensaba que Elyse se había casado con él solo por su dinero, por eso planeaba divorciarse cuando ya no le fuera útil. Sin embargo, tras convertirse en su marido, él se enfrentó a un nuevo dilema: "Ella sigue pidiéndome el divorcio, ¡pero yo no quiero! ¿Qué debo hacer?".
Lascivia. Lujuria y Deseo Las vacaciones acabaron y Rachel debe volver a su puesto como teniente en el ejército de la FEMF, encontrándose con que la central de Londres no es lo mismo. Llegó un nuevo coronel, soberbio y con una belleza que no parece humana. Hombre que no tiene ojos sino dagas de acero que la ponen entre la espada y la pared al sentirse tentada por su superior. Ella sabe que no es sano, bueno, ni correcto sencillamente porque quien incita deseos impuros es el mejor amigo de su novio; Bratt Lewis. Christopher Morgan no es solo el coronel, verdugo y dictador del ejército más importante del mundo, tambien es el terror de la mafia italiana y a futuro el arma que dañara al que predica ser su hermano. Él tenía claro a lo que iba, pero Rachel despertó tentaciones sexuales regidas por aquel pecado desconocido llamado lascivia, demostrando que en cuestiones de pasión no hay amigos, alianzas ni compromisos. Él esta casado y ella sueña con lo mismo, pero la tentación desencadenará entre ellos un torbellino de pasiones, lujurias y deseos que solo viven aquellos que se hacen llamar amantes. "Sus actitudes son las de un desalmado sin sentimientos, pero su físico... Joder, su físico me humedece las bragas." Mafias, ejércitos secretos, infieles, adicciones y engaños. ¿Complicado? No, complicado es convivir con la tentación hecha hombre.
Durante tres arduos años, Emily se esforzó por ser la esposa perfecta de Braiden, pero él todavía se mantenía distante con ella. Cuando él le pidió el divorcio por otra mujer, Emily desapareció. Sin embargo, cuando reapareció más tarde, se convirtió en su última fantasía. Despidiendo a su ex con una sonrisa burlona, ella le desafió: "¿Te interesa una colaboración? ¿Quién te crees que eres?". Los hombres no le servían para nada; Emily prefería la independencia. Mientras Braiden la cortejaba sin descanso, descubrió las identidades secretas de Emily: hacker de alto nivel, chef, médica, talladora de jade, corredora clandestina... Cada descubrimiento aumentaba el desconcierto de Braiden. ¿Por qué los conocimientos de Emily parecían ilimitados? El mensaje de Emily era claro: destacaba en todos los aspectos.