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El amor no lo es todo... El amor es traicionero. Una joven millonaria, un chico supuestamente encantador, un matrimonio arreglado y muchos secretos ocultos. Amores prohibidos, pasiones impuras y una verdad que acaba con el cuento de hadas. «No existe el felices por siempre » «Si dices que sí todo lo que ya sabías del amor desaparecerá y te darás cuenta de que él nunca te amó, de que tú nunca lo amaste y que fue una confusión »
- ¿ Aceptas a Donatello Di Marco como su futuro esposo?...- pronunció el padre con una sonrisa. Todos ansiaban su respuesta, y aún más el aludido.
« Si dices que sí » recordó aquel tono amenazante dejando que el miedo recorriera su cuerpo y la hiciera temblar. Sus labios querían soltar las palabras pero su garganta estaba atada.
- ¡ Cariño...!- le habló Donatello con una voz tierna, ella lo miró nerviosa - ¿ Estás bien amor? - sus ojos se cristalizaron, el miedo la recorría - ¿ Qué pasa?...- Él se veía tan preocupado.
- Yo...- su voz se negaba a salir.
- Señorita Angelucci, ¿ Se encuentra bien?...
- Lo siento...- susurró para luego tomar algo de aire - ¿ Puede repetir la pregunta?...
- Claro...- sonrió el padre - ¿ Aceptas al joven Donatello como su futuro esposo para amarlo y respetarlo por todos los días de tu vida...?
Tomó aire pensando en todo lo que había pasado hasta llegar a ese momento, en todo el amor que había sacrificado y en las amenazas que había sufrido. Todo dolía, daba miedo, pero nada podía hacerla retroceder, no ahora, no cuando debía experimentar el amor.
- Sí, acepto...
Los aplausos invadieron la sala, Donatello no esperó a que el padre prosiguiera y besó a su esposa con intensidad, demasiada quizás, pues eran fuego ambos y éso se volvía un caos. Se separaron con las respiraciones agitadas y unieron sus frentes mezclando sus alientos. Ambos sonreían y ante la vista de todos desprendían amor.
Se miraron a los ojos, en los de él brillaba una fuerte emoción y ella lo notaba. Se acercó de nuevo a sus labios pero en vez de besarla susurró con una voz profundamente ronca: te vas a arrepentir...
Se volteó a saludar a sus padres con una enorme sonrisa demostrando lo feliz que estaba, mientras ella se quedaba esquelética en ese lugar , el miedo recorría su interior e incrementando a cada segundo más, su respiración se entrecortaba y daba paso a pequeños temblores que nadie notaba ni siquiera quienes la abrazaban, hasta que ya no pudo permanecer ahí y cayó inconscientemente.
- ¡ Juliette...!- gritó su esposo mostrando su preocupación. La tomó en brazos y en medio del jaleo se excusó diciendo que ella no pudo con la emoción y que casi siempre le pasaba cuando la emoción era muy fuerte.
- Está bien hijo, descansen un poco y más tarde bajan a la celebración...- le indicó su madre admirando la belleza de quién se encontraba inconsciente en los brazos de su hijo.
Haciendo caso de lo que le habían dicho, se llevó a su esposa a su cuarto, al cuarto que compartirían a partir de ese día. En cuanto entró cerró la puerta con seguro y la dejó caer al piso haciendo que ella se golpeara contra él con fuerza. Caminó hasta su minibar, tomó una botella de agua para luego echárselo a su esposa. Juliette recobró la consciencia agitada y al ver que estaban solos el miedo volvió haciendo que se hiciera bolita como un pájaro mojado.
- Linda actuación...- le dijo caminando hacia ella, quien solo pudo ir retrocediendo.
- Yo...
- Creo que había sido muy claro, Juliette...- se paró frente a ella y sin pensarlo agarró con fuerza su cabello para que lo mirara. -¿ No fui lo suficientemente claro...?
- Sí...- comenzó a llorar - lo siento, lo siento...
- Tu lo siento no anula el maldito acta matrimonial maldita zorra...- estampó su cabeza contra la pared en la que se había recostado. Ella reprimió el grito.
- No tenía opción...- sollozó llena de miedo.- ¿ No conoces mi historia?
- No me importa tu historia, - la miró fijamente - no me importas tú, y...- acarició su cuello para luego tomarlo con fuerza. - voy a hacer que te arrepientas de no haberme hecho caso, vas a pagar todos los malditos días de tu miserable vida...
- Yo...- las lágrimas bajaban de su rostro mientras sentía su respiración cortarse. Quería que la soltara, pero lo que más quería era saber dónde había quedado la ternura que la mostró el día de la fiesta de máscaras ¿ Dónde estaba el chico que robó su inocente corazón?... No era él, no podía ser él...- Por favor...
- ¿ Hijo?...- unos golpes a la puerta lo frustraron y obligaron a soltarla. Se arregló el traje y peinó el cabello para luego ensayar un rostro apenado que mostrarle a su madre.
Abrió la puerta dejando entrar a la mujer, quien se horrorizó al instante.
- ¿ Qué pasó?...- exclamó corriendo a abrazar a la pequeña que temblaba en el piso.
- La dejé en la cama mientras iba a por una botella de agua, la abrí pero al regresar ella se había despertado agitada, tropezamos y se mojó completa... Iba a por toallas en este momento...- se excusó muy apenado.
- ¡ Donatello!...- se quejó la mujer ayudando a Juliette a ponerse de pie. - peor momento has elegido para ser patoso...- dijo enojada. Él le mandó una mirada amenazante a la chica y sus piernas temblaron.
- No señora, fue mi culpa, me levanté desorientada y fastidié el intento de Donatello por ayudar. La verdad es que estoy muy apenada...- escondió la mirada.
- Tranquila cielo, hay muchos vestidos de cambio...- la abrazó - llamaré a la estilista, te renovará el peinado y el maquillaje, y en poco tiempo estarás hermosa de nuevo...- sonrió cálidamente - aunque eres muy hermosa en este momento...
- Gracias señora...- asintió.
- Antonella, hija...- dijo entre risas - Ya eres de la familia...- al decir eso no reconoció el peso de sus palabras porque en ese momento los recién casados se miraron y no había más que miedo e ira, ganas de alejarse, de verse desaparecer...- Vamos a secarte, estás empapada...
Mientras se dirigían al baño él la mostró la oscuridad que vería siempre que él la mirase, porque ella nunca tuvo que hacerlo, nunca tuvo que decir que sí.
«Si dices que sí, todo lo que antes conocías se pintará de gris porque no hay amor en su pecho ni en su ser, no hay luz entre ustedes. Si dices que sí descubrirás que no existe el se casaron y vivieron felices por siempre, porque no existe, nunca existirá».
Hay secretos que no deben salir a la luz... Hay pecados que no deben cometerse... Hay romances impuros y prohibidos... Y consecuencias que pueden hacer arder el mundo... ¿Alguna vez te has enamorado?... ¿Estabas seguro de tus sentimientos?... ¿Se puede amar a una persona y desear a otra?... El amor nos hace vulnerables, pero la pasión nos hace peligrosos. Adv: +18 Dark romance
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