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Ser prácticamente obligada a casarse con un perfecto desconocido por su padre, Cora Walker decide huir de su casa, pero en el intento de ser libre y elegir su propio destino, aquel hombre le pone sobre la mesa un trato que considera justo. ¿Podrá Jacob Bardot enamorar a la jovencita que lo cautivó desde el primer instante en que la conoció? ¿Podrá Cora dejar sus miedos e inseguridades atrás y amar, aunque sea por una vez en su vida? ¿Trescientos sesenta y cinco días serán suficientes para que dos corazones se amen con extrema fuerza y pasión?
-Vamos, cariño, solo será algo pasajero - repitió mi madre, junto a un tono de voz que no daba espacio para negarme, aunque ella no estuviera de acuerdo y se contenía por decir lo que en realidad cruzaba por su cabeza-. Te prometo que será temporal.
-Mamá, tengo veinte años, ¡no puedo ir a un país lejano y casarme con un hombre que ni siquiera conozco! - objeté.
-Lo sé, mi amor, pero... de verdad no teníamos contemplado que el futuro fuera a ser de esta manera.
-Papá - susurré en un hilo de voz, tratando de llamar su atención o de hacerlos entrar en razón-. ¿Piensas quedarte en silencio? ¿No vas a oponerte a esta locura?
Sus ojos tan azules como los míos me miraron con culpa, dolor e irá contenida. Su mirada era tan sombría como culposa. No sabía lo que pensaba porque no había dicho ni una sola palabra desde que aquel hombre desconocido saliera de casa después de haberle impuesto un ultimátum a mi padre. Si no me casaba con uno de ellos, nos quedaríamos en la calle. Pero en mi lugar, si me hubieran puesto a elegir, prefería morir de hambre que entregar a mi hija a un perfecto desconocido, pero mi padre no quería dejar caer todo aquello que había construido con el pasar de los años.
-Vas a casarte con alguno de esos hombres y no habrá más discusión - rechinó los dientes, después me dedicó una mirada llena de seguridad y ternura-. Pero tendrás que confiar en mí. No voy a permitir que nadie te ponga un dedo encima y se salga con la suya.
-Pero ¡casarme obligada ya es mucho, papá! ¿De verdad te importo tan poco como para que me pongas en manos de un cualquiera? ¡Soy tu hija! ¿A dónde está el supuesto amor que me tienen?
-Antonio, la niña tiene razón...
La mirada que mi padre le dio a mi madre la hizo callar de inmediato. Resignada, ella bajó la cabeza y mordió sus labios para evitar quebrarse frente a nosotros dos. La manera en la que temblaba me daba a entender lo mucho que se contenía para no explotar.
-No podemos darnos el lujo de perderlo todo. He trabajado muy duro desde joven para darles lo que se merecen en la vida. Sé que podrás soportar un par de meses en manos del infeliz que va a tomarte como esposa. Confía en mí, mi amor, cuando esté nuevamente en la cima, voy a poder liberarte de los Bardot, pero mientras tanto...
-¡Me niego, no puedes obligarme a estar con un hombre que no conozco y que no amo!
-Te prometo que voy a solucionar todo esto cuanto antes, mi amor - sus ojos se llenaron de lágrimas, quizás era la primera vez que veía a mi padre tan afectado, dolido y con una mirada muy diferente a la que solía darme desde que tengo uso de razón-, pero por ahora dependemos de ellos y de su gran fortuna.
-No todo en la vida es dinero, papá - lo miré una última vez, antes de subir corriendo a mi habitación.
Estando en la soledad de mi habitación, me quebré en llanto. No podía creer que mi padre me estuviera vendiendo con tal de no perder sus negocios y su dinero. Ahí caí en cuenta que la codicia era mucho más grande que el amor. Comprendí que no era importante para mis padres, pues así de fácil, habían accedido a los deseos de un maniático. Entendí que me encontraba sola en el mundo y que no había nadie más que yo que pudiera salvar mi vida de una desgracia.
Con el pasar de los días, mi plan de escapar de casa se veía cada vez más cercano. No me quedaba mucho tiempo y tampoco podía detenerme a pensar en lo que haría una vez saliera de la ciudad. Mi plan no podía fallar, no debía hacerlo porque yo misma dependía de mí y de salvarme de una vida que no quería ni en lo más mínimo. Contaba con poco dinero, pero era suficiente para pasar un tiempo en un hotel económico mientras conseguía un trabajo estable. Podía comer sopa instantánea si ese fuera el caso todos los días de mi vida, pero de algo estaba muy segura; y ese era el hecho de no permitir que me hicieran a su conveniencia. No podía estar junto a un hombre que no conocía y que solo estaría a mi lado por dinero. Ese no era mi concepto del amor ni mucho menos del matrimonio.
Como cada mañana, realicé mi rutina diaria y bajé con mis padres y mis hermanas al comedor. Las cosas han estado igual de tensas, muy poco se habla y la convivencia se fracturó de una manera que duele el alma, porque éramos una familia muy feliz. Parecía que no había nada que pudiera volver a formarnos como familia, solo que yo aceptara el destino y a ese hombre que eligieron terceros por mí. Agradecía que mis dos hermanitas fueran todavía un par de niñas sin culpa ni maldad, pero ese hecho era lo único que me detenía de momento. Y ahora que lo pensaba mientras las veía comerse su desayuno muy alegres y risueñas, ¿qué sería de la vida de ellas? Por un segundo, tuve la necesidad de llevarlas conmigo y protegerlas de todo a su alrededor, pero ¿qué podía brindarles una jovencita que acababa de cumplir su mayoría de edad y empezaba su primer año de universidad?
Debía esforzarme y sacrificarme el doble. Por ellas mi fuerza interna se acrecentó. Sé que podré volver y llevarlas conmigo si pongo todo de mí.
-¿Me estás escuchando, Cora? - la voz de mi padre me sacó de mis pensamientos.
-¿Eh? - tomé un sorbo del jugo de naranja-. ¿Qué me decías?
-No sé qué te tiene tan distraída.
-Quizá sea el hecho de que me voy a casar con un desconocido en un par de días lo que me tiene tan distraída - ironicé, de mal humor y más tosca de lo que hubiera querido.
Mi padre suspiró hondo y bajó la cabeza por unos segundos antes de volver a mirarme a los ojos. En los suyos había culpa y dolor.
-Perdóname, mi amor, yo no quería involucrarte en mis asuntos.
-No creo que sea lugar para hablar de esas cosas - intervino mi madre, dándole una mirada rápida a las gemelas-. Por favor, desayunemos en paz y en armonía como la maravillosa familia que somos, ¿entendido?
-Hace mucho dejamos de ser una familia.
Jolie creyó que huir era la solución correcta ante el desliz que cometió al casarse en una noche loca desenfrenada, pero cinco años después debe volver al lugar al que juró nunca más regresar y enfrentarse a las consecuencias de sus actos. Solo que Darius no es el mismo hombre caballeroso y tierno que ella creía conocer. Él la odia por haberle roto el corazón y abandonarlo cuando le dijo que intentaría llevar una vida de casados. Ella aún sigue sintiendo los mismos deseos que en el pasado, pero esta vez son más intensos e inexplicables que antes. Entre el amor y el odio hay una delgada línea que los separa y desatará una pasión que ninguno de los dos podrá contener.
Todo en mi vida era perfecto; una buena salud, un buen trabajo, y se podría decir que, era la mujer más afortunada en el amor. Pero nadie me había dicho que la perfección y tanta felicidad junta no era tan buen y real. Para mí, una mujer que creía tenerlo todo a sus pies y en sus manos, no fue fácil asimilar esa vida que tanto me ocultó la persona que más he amado en el mundo.
La vida en muchas ocasiones nos despliega diferentes caminos, llevándonos a un destino totalmente opuesto al que nos habíamos idealizado. Margot estaba en la mejor etapa de su vida, era feliz junto a su novio y futuro esposo, pero en un solo instante perdió toda su vida en un trágico accidente que además le dejó grandes secuelas en su cuerpo. La soledad, la desesperanza y el vacío es algo que no se puede ocultar detrás de una sonrisa fingida, y ella ha sabido ocultar su dolor muy bien. Pero en ese pozo de soledad y tristeza, llega un hombre que la hace vibrar no solo con un beso, sino con esa chispa de añoranza que perdió tiempo atrás. ¿Podrá Margot volver a empezar, dejando su sufrimiento atrás y permitiéndose ser feliz?
El amor no es lo más importante para June, primero, porque no cree en que los sentimientos de las personas sean del todo sinceros, segundo, porque aquel suceso que vivió en su niñez y la marcó de por vida la sigue rodando por más que quiera huir de esa pesadilla. Pero el amor llega cuando menos se lo esperaba, del hombre que jamás imaginó sentir tanto y nada a la vez. ¿Podría ella olvidar su dolor en manos de aquel amor puro y cristalino que nació en medio de su adolescencia y se fortaleció en su adultez? ¿Podría permitirse aprender una lección de amor y otra de lujuria en manos de su primer y único amor?
El deseo de poder someterte es mucho más fuerte de lo que estoy dispuesto a soportar. Si tan solo me dejaras mostrarte todo lo que por mi mente cruza, estoy seguro de que crearíamos un juego de lujuria inimaginable.
Jade es madre soltera; una mujer dedicada a su trabajo y a sus hijos, pero en el proceso de cumplir sus metas y propósitos, la vaga noche de su irresponsabilidad regresa cinco años después, no solo alterando su cotidiana vida, sino dándole un giro a ella y a la de sus hijos. Sebastián nunca olvidó a la única mujer que lo hizo vibrar en una sola noche, pues en su primer día de trabajo como stripper, terminó convirtiéndose en el calvario de sus infinitas noches de fantasía, buscando en cuerpos diferentes aquella mujer de ojos verdes que robó de él lo más preciado que consideraba en su vida.
En su borrachera, Miranda se acercó audazmente a Leland, sólo para encontrarse con su mirada fría. La inmovilizó contra la pared y le advirtió: "No me provoques. Dudo que puedas soportarlo". Poco después, su compromiso se canceló, dejándola en la indigencia. Sin otras opciones, Miranda buscó refugio con Leland. Con el tiempo, asumió el papel de madrastra, cuidando a su hijo. Llegó a comprender que la decisión de Leland de casarse con ella no se debía solo a que ella era obediente y fácilmente controlada, sino también porque se parecía a alguien que él apreciaba. Ante la solicitud de divorcio de Miranda, Leland respondió con un abrazo desesperado y una súplica para que reconsiderara su decisión. Miranda, impasible, respondió con una sonrisa de complicidad, insinuando un cambio en su dinámica. El señor Adams, que siempre fue el controlador, ahora parecía ser el atrapado.
Allison se enamoró de Ethan Iversen, el futuro alfa de la Manada Moonlight Crown. Siempre quiso que él se fijara en ella. Sin embargo, Ethan era un alfa arrogante que pensaba que una débil omega no podía ser su pareja. El primo de Ethan, Ryan Iversen, que había vuelto del extranjero y era el verdadero heredero de la manada, nunca intentó conseguir el puesto ni mostró ningún interés por él. Era todo un alfa playboy, pero cuando regresó a la manada, una cosa cautivó sus ojos y fue Allison.
En un mundo donde las finanzas dictan normas implacables, Jeff Evans, un CEO astuto y decidido a proteger su imperio, se enfrenta a una propuesta inquietante de un exsocio con problemas económicos: ofrecer a su hija, Selena, como esclava para cancelar una deuda millonaria. Selena, criada en la opulencia, se encuentra atrapada en un destino aterrador.
Paola Fischer vive un matrimonio aparentemente feliz hasta el día en que, al regresar a casa, encuentra a su esposo, Lucas Hotman, en la cama con su secretaria, Rose Evans. La traición la deja destrozada, y, sin saber cómo enfrentar el dolor, se marcha de su hogar. Esa noche, en un bar, conoce a un enigmático desconocido que le ofrece una compañía inesperada. Buscando escapar de su desilusión, Paola se entrega a una noche de pasión con él, dejando que el dolor de su traición se diluya en la intimidad. Al día siguiente, trata de seguir adelante, pero pronto se enfrenta a una sorpresa que cambia el curso de su vida: está embarazada, y el padre no es Lucas, sino aquel hombre al que apenas conoció.
Era una doctora talentosa de fama mundial, CEO de una empresa que cotiza en bolsa, la mercenaria más formidable y un genio de la tecnología de primer nivel. Marissa, una magnate con una plétora de identidades secretas, había ocultado su verdadera identidad para casarse con un joven aparentemente empobrecido. Sin embargo, en vísperas de su boda, su prometido, que en realidad era el heredero perdido de una familia adinerada, canceló el compromiso, incluso la humilló y se burló de ella. Cuando las identidades ocultas de la chica salieron a la luz, su exprometido se quedó atónito y le suplicó desesperadamente que lo perdonara. De pie, protector ante Marissa, un magnate increíblemente influyente y temible declaró: "Esta es mi esposa. ¿Quién se atrevería a quitármela?".
El día de su boda, Khloe fue inculpada de un delito que no había cometido por su hermana y su novio. Fue condenada a tres años de prisión, donde soportó mucho sufrimiento. Cuando finalmente liberaron a Khloe, su malvada hermana utilizó a su madre para obligarla a mantener una relación indecente con un anciano. El destino quiso que Khloe se cruzara en su camino con Henrik, un elegante y despiadado mafioso, así cambió el curso de su vida. A pesar de su frialdad, Henrik quería a Khloe como nadie. La ayudó a vengarse de sus enemigos y evitó que volviera a sufrir acoso.