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Pamela sueña en convertirse en una cantante de éxito, sin embargo se enamora de un sujeto misterioso aunque guapo y demasiado atractivo, que hace de su vida un infierno. Ella ignora que él es un sujeto peligroso, rodeado siempre de gente de mal vivir y en constante riesgo. Gracias a un empresario musical, Pamela cumple sus anhelos y las puertas del estrellato se le abren de par en par, empero ella deberá lidiar contra mafias que intentarán aprovecharse de su carrera, personas inescrupulosas queriendo enamorarla y millonarios excéntricos que desean comprar su amor, ofreciéndoles sus fortunas en vedados contratos de matrimonio. Todos esos pretendientes, empero, son asesinados por alguien que supuestamente la protege o la quiere solo para él, sumiendo a Pamela en el desconcierto, el temor y sufriendo toda suerte de acosos y peligros. Una novela audaz, diferente, que lo tiene todo: amor, pasión, emociones, suspenso, intriga, traiciones y mucho dinero en juego. El lector quedará encantado de principio a fin con esta emocionante historia, "Enamorada de un asesino".
Las sombras de la noche son un escondite perfecto para cualquier crimen. La oscuridad lo oculta todo, incluso los miedos o la incertidumbre y las cavilaciones. Un gato empujaba su instinto en una cornisa larga y ladraba un perro desvelado. Más allá iba un carro de prisa, ganándole los minutos al reloj, queriendo llegar rápido a su destino, devorando el asfalto.
Un tipo tenía encendidos sus ojos, brillando como linternas, desbordándose en la nada, tanteando el vacío, acostumbrado esa tupido vacío que envolvía las calles desiertas, sin alumbrado público, de paredes insomnes, gastadas y amarillentas y el fuerte viento, febril, estrellándose en ventanales y portones, como un tétrico tamborileo incesante, estridente, mortificante y tenebroso igual a una música fantasmagórica.
El tipo escuchó, al fin, los pasos apurados de alguien. Sabía que era él. reconoció su andar rápido, alzando los talones, yendo en puntitas porque le permitía ir más rápido en la vereda. Sin embargo, no tuvo emoción alguna tampoco, ni se inmutó ni parpadeó para no apagar las luces de sus ojos, auscultando la oscuridad. Sacó su pistola, vio si estaba cargada, rodó el tambor y jaló el seguro. Pasó la lengua por los labios y sonrió. Ya era rutina. Lo había hecho tantas veces que le fue tan habitual como desayunar café con leche, hacer el amor con alguna mujerzuela o dormir desnudo porque los vellos que alfombraban su cuerpo le era una segunda piel contra el frío intenso de esos crudos días de invierno en la ciudad.
Sus orejas eran parabólicas, lo captaban todo y su cabeza parecía una laptop abierta, contando cada paso, los brincos, los tosidos, los soplidos, la respiración acelerada y hasta el bombeo de su corazón alterado y hasta el tic tac cansino y monótono del reloj. Contó hasta cinco, que era la distancia que separaba al sujeto viniéndose de prisa por la calle desierta, apagada, oscura y tétrica y la esquina donde estaba escondido el sujeto, apretando su pistola en el pecho, luego salió y sonrió. sus dientes muy blancos iluminaron la noche. Relampagueó la nada.
-Hola, "Lagartija"-, le saludó irónico, con un vozarrón grave igual al estallido de una dinamita.
"Lagartija", sorprendido por la repentina aparición, se cayó al suelo, de espaldas, temblando de miedo, pasmado, aterrado y con los pelos de punta. Desorbitó los ojos y empezó a tiritar igual si tuviera terciana. Tartamudeó impactado y estupefacto, sin saber qué hacer ni qué decir, tan solo dejaba castañuelear sus dientes aterrado.
-Me mentiste, ya sabes que a mí no me gustan las mentiras, je je je-, reía el sujeto apuntándole en medio de los ojos con el arma, sin dejar que sus pupilas lancen fulgores como estrellas encendidas.
-No te mentí, hice lo que me ordenó "Turbo", maté al congresista Milchevic,-, intentó explicar "Lagartija".
-Eso no es lo que dice "Turbo", nunca te ordenó matar a nadie, lo que pasa es que tú siempre has querido mi puesto, ahora la policía piensa que yo maté a Milchevic, por eso la vas a pagar muy caro, por meterte conmigo-, le dijo el pistolero sin despegarle la mirada del pánico del obre "Lagartija".
-"Turbo" es el que miente, él me dijo que lo matara a Milchevic-, se defendió el sujeto, tendido en el suelo, alzado en sus codos, llorando de espanto.
El tipo de la pistola chasqueó varias veces la boca, -tsk tsk tsk, feo error, mi estimado "Lagartija", quisiste engañar al hombre más poderoso de la ciudad, yo je je je-, le recordó sin dejar de reír.
-No puedes ir por las calles matando a cambios de unas monedas, Johnson, te doy todo el dinero que tengo, cambia tu vida, huye del país, rehace su existencia, yo tengo amigos en el Caribe, podemos vivir tranquilos allá, lleva a tu novia, ¿no has pensado en ella?-, trató "Lagartija" de ganar tiempo, pero fue inútil. El tipo siguió chasqueando la boca, tsk tsk tsk y después de divertirse un rato con el miedo, la angustia y el espanto del desdichado hombre, le dio un certero balazo en medio de las cejas. El impacto le reventó la cabeza en un millón de pedazos y "Lagartija" se derrumbó en medio de un gran charco de sangre.
El pistolero arrugó la boca, escupió sobre el cuerpo de su víctima, y se fue tranquilo, sereno, apacible, confundiéndose en las sombras de la noche. Un perro seguía ladrando desvelado, un gato continuó empujando su instinto por las cornisas, el viento alocado alargó su martilleo intenso en ventanales y portones y la ciudad siguió durmiendo indiferente al balazo, al tipo marchándose distendido y al riachuelo de sangre que resbalaba de la cabeza destrozada del infortunado "Lagartija".
*****
Tres tipos libaban licor en un bar de mala muerte, en un barrio sombrío, destartalado y mugriento y celebraban eufóricos y frenéticos el éxito de una millonaria extorsión a un acaudalado empresario textil. -Le sacamos hasta el último centavo que tenía en el bolsillo al tal Seeler, todo nos ha ido de maravillas-, reían los sujetos, haciendo golpear sus vasos de cerveza y sorbían la espuma encantados y alborozados, sin dejar de gritar, hacer bromas, reír y cantar desafinados,, alborozados por su triunfal faena.
Ya era de madrugada y en la cantina solo quedaban esos tres hombres libando licor. El dueño del local cabeceaba, vencido por el sueño, esperando que los sujetos se marchen, cuando de pronto, se estacionó una motocicleta frente a la puerta. Un hombre alto, de mirada altiva, aseguró su transporte, colgó su casco en el manubrio y entró riendo. -Una cerveza-, dijo sonriente y haciendo brillar sus ojos como grandes llamaradas. Era enorme y su espalda parecía la de un mastodonte. Miró a los tipos que brindaban con la cerveza. -A su salud-, les dijo el motociclista, sosteniendo el vaso de licor que le sirvieron y lo bebió de un solo sorbo.
Los tipos no le hicieron caso, siguieron celebrando, gritando, cantando y bebiendo, siempre alborozados y frenéticos, celebrando su éxito.
- Disculpen ¿No estarán hablando de Gerd Seeler?-, preguntó el sujeto de la motocicleta. No dejaba de mirarlos, reía con los ojos y se alzaba sobre su inmensa humanidad.
-¿A ti qué te importa?-, se insolentó uno de los borrachos.
-Nada, en realidad, solo que Seeler me pidió matarlos je je je-, sonrió el tipo de la moto, sin perder la serenidad ni inquietarse, siquiera.
Los fulanos que libaban licor quedaron en silencio. Ya no hubo gritos, ni risas, ni cantos y solo se escuchaba el burbujeo de la cerveza colmando los vasos de los sujetos ebrios.
-¿Quién demonios eres?-, se aterró otro de los sujetos que estaba en la mesa frente a las botellas de cerveza.
-La peor pesadilla de ustedes, je je je-, estalló en carcajadas y sin que esos fulanos pudieran reaccionar a tiempo, les destrozó sus cabezas, con certeros balazos que estallaron como dinamitazos en aquel barrio sombrío y mugriento.
Los tipos quedaron sentados en sus sillas, sujetando sus vasos, sin vida, con sus cráneos destrozados. El tipo rebuscó sus bolsillos, sacó el dinero que tenía en su casaca, le dio un billete grande al cantinero. -Esto es por la cerveza que te debían esos sujetos que se murieron sin pagar y también por el trago que me tomé, je je je-, no dejaba de reír ese extraño hombre. Luego salió despacio, se puso su casco, encendió su motocicleta, atronó el motor en el silencio de las calles y se perdió en la noche, rugiendo como un trueno que remeció ventanales y puertas del tétrico barrio.
Blanca piensa que no nació para el amor. Su vida está colmada de decepciones y frustraciones después de involucrarse con hombres que le exigirán ruines contratos de matrimonio, CEO abusivos y otros tipos vinculados a mafias de extorsionadores y chantajistas, también sujetos que jugarán con su amor y la tratarán mal, ella, sin embargo, ella no se rendirá y justo cuando al fin cree haber encontrado al amor de su vida, su marido se suicida al suponer que su mujer le era infiel con su jefe, un Don Juan empedernido y borracho. Blanca no sucumbirá al infortunio y conocerá a Humberto, un chico joven y apuesto, al que no le importará que ella le doble la edad. Y entonces, ella pensará que al fin encontró el amor, más el destino le tiene preparado no una sino miles de vicisitudes en su largo camino en busca de la felicidad. "Volver a vivir" es una peculiar historia romántica, con mucho humor, aventuras, misterio y relatos cotidianos de las cosas simples de la vida . El amor, a lo largo de la historia, estará en juego en la vida de los personajes. Una novela fácil, entretenida, muy romántica y amena que encantará a los lectores.
Enamorarse no es fácil, peor cuando se elige a la persona equivocada. Un contrato de matrimonio obliga a una mujer estar encadenada a un hombre cruel, déspota y tirano quien la humilla y maltrata, pensando que ella es de su propiedad. "Amor en el infierno" es una novela apasionante, con mucho suspenso, drama, romántica y fuerte. El matrimonio de Cristina cambió y de lo dulce y mágico que era, se convirtió, de repente, en un infierno, por el trato cruel de su marido, un CEO súper multimillonario, dominante, que consideraba a su mujer, simplemente como un objeto. Donatello, el marido, abandona el lecho conyugal, y se aficiona a otras mujeres y borracheras, despilfarrando su fortuna. Ella cansada de los maltratos de él, decide dejarlo y luego de separarse, sostiene un romance con un cantante. Herido en su orgullo y amor propio, Donatello, se suicida. La vida, entonces, de Cristina se derrumba ante sus ojos luego que sus hijas la abandonan acusándola de responsable de la muerte de su padre. Aparece entonces, el hermano de Donatello, quien aspiraba hacerse del imperio del CEO y convertirse en el hombre más poderoso del mundo. Desengaño, contrato de matrimonio, romance, dolor, angustia, acción y suspenso, se suceden en esta apasionante novela "Amor en el infierno".
¿Podrá el amor entre una mujer lobo y un humano o viceversa, una humana y un lobo, salvar a la humanidad? Bullit, el malvado alfa de los lobos, ha iniciado la conquista del mundo de los humanos, lanzando a su despiadada jauría para destruir a esos seres que aborrece y odia. Para eso se aprovecha de la explosión de un laboratorio y la formación de una neblina mortal que acaba con los humanos, para llevar a cabo sus pérfidos planes. La aparición de una joven y hermosa mujer lobo de la manada de los disidentes, en contra de los lobos ambiciosos, emerge, entonces, como la esperanza de acabar con Bullit y detener el holocausto viral que amenaza a toda la humanidad. Para eso se une a una cazadora de lobos que, sin embargo, irónicamente, ama a un lobo. Traiciones, misterio, mucho romance y amor, intrigas y una cruel y despiadada, se desata entonces en esta historia que lo atrapará de principio a fin. No deje de leer esta apasionante novela, Mujer Lobo, que contiene emociones a raudales, mucho romance, aventura y suspenso sin límites.
"Contagio de amor" es una historia de romance, amor, celos, traiciones, bastante conmovedora y, por supuesto, con mucho humor. Una peculiar, singular y curiosa epidemia se desata en un hotel y que afecta a una hermosa azafata, provocando toda clase de enredos e hilarantes situaciones: un contagio de amor. Esta divertida historia ocurre en los aciagos días de la pandemia que obliga a los dueños del hotel a establecer una drástica cuarentena, obligando a huéspedes y empleados a permanecer encerrados en el alojamiento donde se desarrollan todas las historias que tienen como principal protagonista al romance y al amor, desatando toda suerte de enredos e historias que encandilará a los lectores. ¿De qué se trata este singular contagio de amor? Que todos los hombres se enamorarán o terminarán enamorándose de la bella azafata lo que provocará un sin fin de situaciones que acapararán la atención del lector de principio a fin. Romance, aventuras, desengaños, decepciones y sobre todo, mucho humor garantizan una novela diferente, muy entretenida que impedirán perder detalle de principio a fin de este singular y peculiar contagio de amor. Una novela muy fácil, amena, con muchos enredos ideal para el público que disfruta del romance y la pasión.
En su borrachera, Miranda se acercó audazmente a Leland, sólo para encontrarse con su mirada fría. La inmovilizó contra la pared y le advirtió: "No me provoques. Dudo que puedas soportarlo". Poco después, su compromiso se canceló, dejándola en la indigencia. Sin otras opciones, Miranda buscó refugio con Leland. Con el tiempo, asumió el papel de madrastra, cuidando a su hijo. Llegó a comprender que la decisión de Leland de casarse con ella no se debía solo a que ella era obediente y fácilmente controlada, sino también porque se parecía a alguien que él apreciaba. Ante la solicitud de divorcio de Miranda, Leland respondió con un abrazo desesperado y una súplica para que reconsiderara su decisión. Miranda, impasible, respondió con una sonrisa de complicidad, insinuando un cambio en su dinámica. El señor Adams, que siempre fue el controlador, ahora parecía ser el atrapado.
Joelle pensó que podría cambiar el corazón de Adrian después de tres años de matrimonio, pero cuando se dio cuenta de que ya pertenecía a otra mujer, ya era demasiado tarde. "Dame un bebé y te liberaré". Sin embargo, el día en que Joelle se puso de parto, Adrian viajaba con su amante en su jet privado. "No me importa a quién ames. Ahora ya he pagado lo que te debo. A partir de ahora, no tenemos nada que ver el uno con el otro". No mucho después de que Joelle se fuera, Adrian se encontró suplicando de rodillas: "Por favor, vuelve conmigo".
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Después de tres años de matrimonio hermético, Eliana nunca había visto a su enigmático esposo hasta que le entregaron los papeles del divorcio y se enteró de que su supuesto esposo estaba cortejando a otra mujer sin importarle cuánto le costara. Ella volvió a la realidad y decidió divorciarse. A partir de entonces, Eliana dio a conocer sus diversos personajes: estimada doctora, legendaria agente secreta, hacker reconocida, célebre diseñadora, experta piloto de carreras y distinguida científica. A medida que se conocieron sus diversos talentos, su exesposo fue consumido por el remordimiento. Desesperado, suplicó: "¡Eliana, dame otra oportunidad! Todas mis propiedades, incluso mi vida, son tuyas".
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