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Es verdad que todas las lobas quieren un Alpha, también es cierto que cualquiera daría lo que fuese por estar con uno, pero yo... No me considero de ese montón por tres simples razones, que son: 1. No creo en los típicos clichés. 2. Todo ese rollo de ser luna me parece aburrido. 3. Simplemente no me gusta nuestro próximo Alpha. Yo soy Jexi Dornam, la única chica de la manada que odia a nuestro queridísimo "Elián Dhall" o como yo le digo "El Chico Dhall".
Prólogo
-Jexi, ¿qué harías si un día empiezas a sentir ese olor característico de tu mate y al verlo finalmente sea el Alpha Elián o tal vez uno de sus hermanos? -mi mejor amiga Quero camina a mi lado por las instalaciones del instituto.
Alzo una ceja y remango mi bolso a la espalda, acomodo mis lentes de aros y me dispongo a hablar -Sabes perfectamente lo que siento por ese idiota y no es más que odio - llego a mi casillero y lo abro para dejar los libros que no necesito -¿qué lo defendería con mi vida de un ataque? Pues sí, lo haría, pero solo porque es el Alpha y nada más.
Recuesta su cuerpo en los casilleros desocupados -sinceramente no sé porque lo odias tanto-habla -pero eso no me importa, siempre y cuando me digas que no te gusta su hermano, Yannick -suspira y posa las manos sobre su acalorado rostro.
A ella siempre le ha gustado Yannick Dhall, y desde que un día él la salvo en plena cancha de un pelotazo en la cara, ella, lo ha amado mucho más. Tiene hasta una carpeta en la galería de su móvil con más de quinientas fotos que ha encontrado en Internet.
No es broma, pero siento que lo peor de su obsesión con él fue cuando este terminó su último año hace un par de meses atrás.
Lloro por tres semanas enteras... En fin.
Cierro el casillero luego de dejar los libros y me encamino al aula. Sonrío -Ninguno de los dos hermanos Dhall me gusta, tampoco creo en los clichés que me dices, por lo tanto... Es que sabes que soy así -me encojo de hombros.
Quero pasa su brazo delgado por encima de mis hombros me me atrae hacia su cuerpo -¡Ay, mi querida mejor amiga! -junto mis cejas ante su tono suave y burlón al mismo tiempo -los cliché existen, los chicos lindos existen, -me da una mirada rápida con una sonrisa -así también como el dicho que dice: -levanta una de sus manos al aire - "Del odio al amor solo hay un paso".
Ruedo mis ojos y sonrío -Sí, claro.
...
En mis cortos años de vida he aprendido que: uno, soy una chica normal que cada día se convierte más en una persona vieja; dos, vengo de una familia muy peculiar para los demás humanos y, por último, no sé que me espera en el futuro. Tres cosas que me están carcomiendo la cabeza, aunque para ser sincera, creo que le meto mucha más mente de lo que debería. Pero... La pregunta del millón de dólares y mi más amplia preocupación mental a futuro es: ¿Podré encontrar a mi otro yo? Es un dilema que creo que deberías descubrir. ...
Yo tengo complejo de fea, soy enana con una piel blanca, cabello rubio, ojos verdes y lo último, pero no menos importante es que soy principalmente rellenita. En conclusión, una chica algo fuera de lo normal para los adolescentes de mi edad y a la vez muy normal para los adultos. Amir Dhall es... un total dios arrogante e hijo del jefe de mi padre. Se puede decir que odio muchas cosas de él, por ejemplo: sus brazos, rostro, cuando te mira como si fueses una cucaracha, su cuerpo de atleta mejorado y esos hermosos ojos azules; sin embargo, lo que más odio de él es que siempre está, a cada momento, donde yo estoy. Y eso me da mucho miedo, pero de igual forma, lo odio. O eso creo yo. ...
Sara Poezyn es una chica tranquila, normal y estudiosa, no le importa para nada lo que piensan de ella mientras esté bien consigo misma. Él, Wade Dhall. Un arrogante y como siempre, lindo dueño de la mejor empresa de California y consorcios internacionales, pero tiene ciertos secretos y defectos que según él, lo convierten en un monstruo. -Aléjate de mí, yo no soy bueno para ti -su voz se escucha en un susurro mientras me acorrala en la esquina del bar. -Dame una razón para hacerlo -lo observo fijamente tratando de descifrar su mensaje y de repente sus ojos se tornan amarillos. Pero que...
Lascivia. Lujuria y Deseo Las vacaciones acabaron y Rachel debe volver a su puesto como teniente en el ejército de la FEMF, encontrándose con que la central de Londres no es lo mismo. Llegó un nuevo coronel, soberbio y con una belleza que no parece humana. Hombre que no tiene ojos sino dagas de acero que la ponen entre la espada y la pared al sentirse tentada por su superior. Ella sabe que no es sano, bueno, ni correcto sencillamente porque quien incita deseos impuros es el mejor amigo de su novio; Bratt Lewis. Christopher Morgan no es solo el coronel, verdugo y dictador del ejército más importante del mundo, tambien es el terror de la mafia italiana y a futuro el arma que dañara al que predica ser su hermano. Él tenía claro a lo que iba, pero Rachel despertó tentaciones sexuales regidas por aquel pecado desconocido llamado lascivia, demostrando que en cuestiones de pasión no hay amigos, alianzas ni compromisos. Él esta casado y ella sueña con lo mismo, pero la tentación desencadenará entre ellos un torbellino de pasiones, lujurias y deseos que solo viven aquellos que se hacen llamar amantes. "Sus actitudes son las de un desalmado sin sentimientos, pero su físico... Joder, su físico me humedece las bragas." Mafias, ejércitos secretos, infieles, adicciones y engaños. ¿Complicado? No, complicado es convivir con la tentación hecha hombre.
Cuando su novio la traicionó, toda la luz y la alegría desaparecieron de la vida de Marina. Abandonada, sin esperanza, se casó con un hombre que apenas había conocido, pero nunca había esperado que él fuera el tío de su ex novio. Marina creía que finalmente había encontrado su felicidad, pero no tenía idea de los oscuros secretos que estaban destinados a revelarse y perseguirla por siempre. Con la ayuda del enemigo de su marido, ella se escapó de su matrimonio, pero a un costo que nunca había imaginado que tendría que pagar. Cinco años más tarde, volvió a cruzarse accidentalmente con las mismas personas de las que había huido.
A pesar de ser hija ilegítima, Lena tenía un parecido asombroso con la señorita de la familia Evans. Ante sus amenazas, se vio obligada a ocupar el lugar de su media hermana y casarse con Dylan. Como acto de rebeldía, Lena sedujo a Dylan noche tras noche, hasta tenerlo completamente atrapado. Aprovechando su afecto, se propuso socavar la familia Evans. Con el tiempo, Dylan empezó a notar algo extraño en su amada esposa...
Yelena descubrió que no era la hija biológica de sus padres. Después de darse cuenta de que intentaban venderla por conseguir una inversión, la enviaron a su lugar de nacimiento. Allí descubrió que en realidad era la heredera de una familia opulenta. Su verdadera familia la colmó de amor y adoración. Ante la envidia de su supuesta hermana, Yelena superó todas las adversidades y se vengó, al tiempo que demostraba su talento. Pronto llamó la atención del soltero más codiciado de la ciudad. Él acorraló a Yelena y la inmovilizó contra la pared. "Es hora de revelar tu verdadera identidad, querida".
Sólo había un hombre en el corazón de Raegan: Mitchel. Tras dos años de matrimonio quedó embarazada. Raegan se sintió muy feliz. Pero antes de que ella pudiera darle la noticia, él solicitó el divorcio porque quería casarse con su primer amor. Más tarde, Raegan tuvo un accidente y, tumbada en un charco de su propia sangre, le pidió ayuda a Mitchel. Sin embargo, se fue con su primer amor en brazos. Afortunadamente, Raegan escapó por poco de la muerte y decidió retomar su vida. Años después, se hizo famosa en casi todo el mundo. Después del divorcio, Mitchel se sintió muy incómodo. Por alguna razón, empezó a extrañarla. Le dolió el corazón cuando la vio sonreírle a otro hombre. En la ceremonia de su boda, él irrumpió y se arrodilló. Con los ojos rojos, preguntó: "¿No dijiste que tu amor por mí era inquebrantable? ¿Por qué te casas con otro hombre? ¡Vuelve a mí!".
Amar y ser amada es lo que toda mujer sueña. Sin embargo, lo único que Debbie quería era el divorcio. Llevaba tres años casada con Carlos, un joven multimillonario a quien ni siquiera había visto la cara. Cuando por fin decidió poner fin a su irónico matrimonio e ir en busca de la felicidad verdadera, apareció su supuesto marido y le pidió que lo intentaran de nuevo. A partir de entonces, Carlos se sentía increíblemente atraído por el espíritu libre y salvaje de Debbie y se enamoró de ella. Él comenzaba a mimarla. Poco a poco, lo que había entre ellos se iba a convirtiéndose en una atracción irrefrenable. Esto es una extraordinaria historia de amor donde descubrirá que, a veces, el amor no está muy lejos de cada uno de nosotros.