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En mis cortos años de vida he aprendido que: uno, soy una chica normal que cada día se convierte más en una persona vieja; dos, vengo de una familia muy peculiar para los demás humanos y, por último, no sé que me espera en el futuro. Tres cosas que me están carcomiendo la cabeza, aunque para ser sincera, creo que le meto mucha más mente de lo que debería. Pero... La pregunta del millón de dólares y mi más amplia preocupación mental a futuro es: ¿Podré encontrar a mi otro yo? Es un dilema que creo que deberías descubrir. ...
Prólogo
Estar en una casa rodeada de lobos y vampiros no es normal, y se preguntarán, ¿quién eres tú?
Pues yo soy Zuani Dhall, una chica normal con ojos grises y cabello negro que siente una gran afición por la lectura.
Soplo un mechón de pelo que cae por mi frente. Algo más de mí es que tengo diecinueve años, vengo de padres cambiaformas y tengo a un vampiro, una demonio y un hombre lobo como hermanos, siendo yo la única humana.
¿Espectacular, cierto? Al parecer soy la única que va a envejecer, aunque para ser yo una humana me mantengo tanto en forma como puedo.
Y la cuestión aquí es: ¿cómo no estarlo? si tengo que soportar semejantes entrenamientos de defensa y ataque por parte de mi padre quien no tiene piedad alguna cuando nos está entrenando.
Esquivo uno de sus golpes que iban justo a mis costillas y trato de llevar mi puñal tan rápido como puedo a su cuello, él sonríe cínico y enreda sus pies en mis piernas tumbandome totalmente al suelo, su pie izquierdo se posa en el aire sobre mi cuello y me mira directo a los ojos -Aún te falta practicar más si quieres salir de aquí e ir a una universidad afuera, Zuani-sus ojos azules brillan con intensidad y me da la mano para levantarme.
-Supongo.
-Ve a descansar, suficiente por hoy -doy una sonrisa de boca cerrada y camino hasta las gradas.
Uno de mis más grandes deseos es poder estudiar en una universidad fuera de aquí, no lejos, pero fuera.
Me gustaría ver como es la vida de los demás, como me tratarían las personas al verme como una persona más y no como la hija del Alpha o como la chica Dhall.
Soy rara por desear algo tan normal cuando lo tengo todo, pero sin entender el porqué, sé que mi vida será más interesante si lo hago.
Es verdad que todas las lobas quieren un Alpha, también es cierto que cualquiera daría lo que fuese por estar con uno, pero yo... No me considero de ese montón por tres simples razones, que son: 1. No creo en los típicos clichés. 2. Todo ese rollo de ser luna me parece aburrido. 3. Simplemente no me gusta nuestro próximo Alpha. Yo soy Jexi Dornam, la única chica de la manada que odia a nuestro queridísimo "Elián Dhall" o como yo le digo "El Chico Dhall".
Yo tengo complejo de fea, soy enana con una piel blanca, cabello rubio, ojos verdes y lo último, pero no menos importante es que soy principalmente rellenita. En conclusión, una chica algo fuera de lo normal para los adolescentes de mi edad y a la vez muy normal para los adultos. Amir Dhall es... un total dios arrogante e hijo del jefe de mi padre. Se puede decir que odio muchas cosas de él, por ejemplo: sus brazos, rostro, cuando te mira como si fueses una cucaracha, su cuerpo de atleta mejorado y esos hermosos ojos azules; sin embargo, lo que más odio de él es que siempre está, a cada momento, donde yo estoy. Y eso me da mucho miedo, pero de igual forma, lo odio. O eso creo yo. ...
Sara Poezyn es una chica tranquila, normal y estudiosa, no le importa para nada lo que piensan de ella mientras esté bien consigo misma. Él, Wade Dhall. Un arrogante y como siempre, lindo dueño de la mejor empresa de California y consorcios internacionales, pero tiene ciertos secretos y defectos que según él, lo convierten en un monstruo. -Aléjate de mí, yo no soy bueno para ti -su voz se escucha en un susurro mientras me acorrala en la esquina del bar. -Dame una razón para hacerlo -lo observo fijamente tratando de descifrar su mensaje y de repente sus ojos se tornan amarillos. Pero que...
Risa ha pasado su vida marginada y maltratada por su apariencia, hasta que se le presenta la oportunidad de dejar su aldea para servir a los lobos que protegen el Valle de los vampiros. Así conoce a uno de los señores del Valle, que se enamora de ella y la inicia en los secretos del amor. Pero las leyes de los lobos son estrictas, y hasta que llegue el momento de hacerla su prometida y presentarla a la manada, Risa no puede conocer su identidad, de modo que sólo puede estar con él con los ojos vendados.
Anoche pasé una noche erótica con un desconocido en un bar. No soy una mujer al azar. Hice esto porque estaba muy triste ayer. El novio que había estado enamorado de mí durante tres años me dejó y se casó rápidamente con una chica rica. Aunque actúo como si nada hubiera pasado delante de mis amigos, estoy muy triste. Para aliviar mi estado de ánimo, fui solo al bar y me emborraché. Accidentalmente, me encontré con él. Él es más que atractivo e increíblemente sexy. Como el deseo controlaba mi mente, tuve una aventura de una noche con él. Cuando decidí olvidarme de todo y seguir adelante, descubrí que mi aventura de una noche se convirtió en mi nuevo jefe. Un tipo posesivo.
Era una doctora talentosa de fama mundial, CEO de una empresa que cotiza en bolsa, la mercenaria más formidable y un genio de la tecnología de primer nivel. Marissa, una magnate con una plétora de identidades secretas, había ocultado su verdadera identidad para casarse con un joven aparentemente empobrecido. Sin embargo, en vísperas de su boda, su prometido, que en realidad era el heredero perdido de una familia adinerada, canceló el compromiso, incluso la humilló y se burló de ella. Cuando las identidades ocultas de la chica salieron a la luz, su exprometido se quedó atónito y le suplicó desesperadamente que lo perdonara. De pie, protector ante Marissa, un magnate increíblemente influyente y temible declaró: "Esta es mi esposa. ¿Quién se atrevería a quitármela?".
En su borrachera, Miranda se acercó audazmente a Leland, sólo para encontrarse con su mirada fría. La inmovilizó contra la pared y le advirtió: "No me provoques. Dudo que puedas soportarlo". Poco después, su compromiso se canceló, dejándola en la indigencia. Sin otras opciones, Miranda buscó refugio con Leland. Con el tiempo, asumió el papel de madrastra, cuidando a su hijo. Llegó a comprender que la decisión de Leland de casarse con ella no se debía solo a que ella era obediente y fácilmente controlada, sino también porque se parecía a alguien que él apreciaba. Ante la solicitud de divorcio de Miranda, Leland respondió con un abrazo desesperado y una súplica para que reconsiderara su decisión. Miranda, impasible, respondió con una sonrisa de complicidad, insinuando un cambio en su dinámica. El señor Adams, que siempre fue el controlador, ahora parecía ser el atrapado.
Tras dos años de matrimonio, Sadie por fin estaba embarazada, llena de esperanza y alegría. Pero su corazón rompió cuando Noah le pidió el divorcio. Durante un atentado fallido contra su vida, Sadie se encontró tendida en un charco de sangre, llamando desesperadamente a Noah para pedirle que la salvara a ella y al bebé. Pero sus llamadas quedaron sin respuesta. Destrozada por su traición, abandonó el país. Pasó el tiempo y Sadie estaba a punto de casarse por segunda vez. Noah apareció enloquecido y cayó de rodillas. "¿Cómo te atreves a casarte con otro después de haber dado a luz a mi hijo?".
Como simple asistenta, enviar un mensaje al CEO en plena noche para solicitar películas pornográficas fue un movimiento audaz. Como era de esperar, Bethany no recibió ninguna película. Sin embargo, el CEO le respondió que, aunque no tenía películas para compartir, podía ofrecerle una demostración en directo. Tras una noche llena de pasión, Bethany estaba segura de que perdería su trabajo. Pero en lugar de eso, su jefe le propuso: "Cásate conmigo. Por favor, considéralo". "Sr. Bates, está bromeando, ¿verdad?".