/0/11171/coverbig.jpg?v=f708c2634c4dd718adcc739cbb0222b0)
Dos familias Italianas están unidas por el odio y las traiciones. Santino Lombardi jura vengar la muerte de su padre al estilo de la mafia Italiana, sentenciando a muerte a toda la familia Ferrari, lo que desconoce el despiadado nuevo jefe de la mafia es que la única hija de su peor enemigo es también la mujer de la cual él se enamoro perdidamente.
3 meses antes...
Es domingo por la mañana. El reloj dan las 5:00 am, no ha parado de llover en toda la noche y fuera hace un frio arrollador como cada invierno en New York, desde el cristal de la ventana entra la ligera luz de los focos de la nevada calle, que ilumina débilmente la habitación, suficiente para ver su rostro y la silueta de su cuerpo oculto entre claros y oscuros, su respiración es tibia y constante, su corazón late con un ritmo relajado como si también el estuviera inmerso en un sueño profundo, sus piernas se encontraban semi entrelazadas con las mías, su piel aterciopelada rozaba levemente la mía transmitiéndome el calor y el olor de su cuerpo, disfruto mirarlo cuando duerme, observar en secreto su fornido cuerpo desnudo, parece débil y frágil, dulce e indefenso y yo me encuentro a su lado para protegerlo, amarlo y defenderlo.
Ayer por la tarde regresamos a horas distintas, ni siquiera pudimos vernos, no pude darle un beso de buenas noches, cuando el regreso a casa del trabajo yo ya estaba inmersa en un sueño profundo.
Se encuentra tendido en la cama con un brazo sobre la cabeza y la otra mano sobre su marcado abdomen, me acerco lentamente y doy un suave beso en sus mejillas mojando mis labios con el sabor de su piel; su olor me perturba, lentamente roso sus labios con la punta de mis dedos, me sumerjo bajo las sábanas de terciopelo blancas, el aire allí debajo es más caliente y el olor a su piel un poco sudada es más fuerte, más natural, deslizo lentamente mis dedos sobre su cuerpo, su piel se eriza antes de soltar un gemido débil, acaricio su zona intima, poco a poco siento como despertaba, decido que mi lengua entre en acción, rozando suavemente, su mano aparto la delgada sábana de mi extrovertida cabeza regalándome una sonrisa de aprobación, mirar su rostro mientras disfrutaba de mis caricias era felicidad para mi alma, subí enmarcando cada centímetro de su piel con besos y mordiscos hasta estacionarme en su boca para comérmela con un beso apasionado, nuestras lenguas ardientes se entrelazaban, sus fuertes manos acariciaban mi delgada espalda, susurraba en mi oído cuanto me amaba, mi cuerpo excitado subía y bajaba lentamente sobre su cintura, nuestros corazones se aceleraban al compás de nuestros movimientos, la habitación era testigo de nuestro amor.
-Qué manera de despertarme amor mío -besándome, antes de reposar su cuerpo al lado del mío -. Eres la persona más importante en mi vida -tomando mi mano y dando un beso tierno, con su respiración aun acelerada.
-No sé si sea cierto, se muy poco de tu vida y tu pasado -dije, estirando mi mano para alcanzar una botella de agua que reposaba en la mesa de noche.
-Mi pasado no es importante, te amo Venecia y eso es todo lo que debe importar, conoces mi presente.
-Eres el amor de mi vida, me encantaría conocer todo de usted Doctor -besando sus labios -. A veces siento miedo, de que en ese pasado secreto haya una mujer o hijos de los cuales desconozco.
-No debes preocuparte por eso, deseo que mis futuros y únicos hijos sean contigo. Mi familia eres tú y sueño que juntos creemos la más hermosa y numerosa familia que jamás hayas imaginado.
-Te he hablado de mi padre, te prometo que hablare con él en mi próximo viaje a Italia, le contare sobre nuestros planes de casarnos.
-¿Planes? -tomando mi mano y tocando el anillo de compromiso que descansaba en el dedo anular -. Llevas 3 meses con este anillo ¿aun dudas de mi amor?
-No amor, jamás dudaría del gran amor que tenemos.
-¿Entonces porque no le has contado a tu padre?, hablas diariamente con él vía telefónica, podrías, aunque sea decirle que estamos viviendo juntos, que estás enamorada, que tienes planes de casarte, pero simplemente sigues mintiéndole sobre tu vida de universitaria.
-Mi padre no es un hombre fácil, debo hablar con él personalmente, quizás deberíamos casarnos a escondidas, de todas formas, me has dicho que no asistirá nadie de tu familia.
-Hablar de tu padre te pone muy nerviosa, me consta que vives como una princesa, no te hace falta absolutamente nada, lo tienes todo, ropa de marca, un apartamento propio en la zona más cosmopolita de la ciudad, estudias en la universidad más costosa del país, tienes un auto deportivo valorado en millones de dólares ¿Quién es tu padre? ¿Por qué le temes tanto?, al parecer no soy el único que tiene secretos familiares.
Su teléfono celular sonó antes de que pudiera responder, quizás era lo mejor así podría pensar bien mi respuesta...
Tardo algunos minutos encerrado en el baño, antes de salir, abrir el clóset sacar una maleta y empezar a empacar.
-¿Sucede algo? -pregunte confundida.
-Tengo que viajar -haciendo una pausa -. Mi padre está muriendo -soltando el aire contenido en sus pulmones.
Era la primera vez que escuchaba algo sobre su familia desde que nos conocimos hace año y medio en un restaurante italiano, jamás había nombrado a nadie de su familia, evitaba las conversaciones sobre el tema y parecía preocuparle mucho poder revelar un dato de su secreto e indescifrable pasado.
No podría reclamar nada al respecto, al igual que el también tenía secretos familiares y quizás sean mucho más delicados y perjudiciales que los suyos, pero la única razón por la cual guardaba silencio era por miedo a perder al amor de mi vida ¿Cómo podría su novia contarle que su padre era uno de los capos más importantes y peligrosos de la mafia italiana?
Se despidió de mi con un tierno beso en la boca, prometiéndome volver antes del fin de semana, para así poder asistir a la celebración de la boda de uno de sus mejores amigos. Una promesa que no cumplió pues jamás volví a saber de él, pensé por un tiempo que algo grave le había sucedido en su viaje de regreso a Italia o que quizás mis sospechas de que tenía esposa e hijos eran ciertas.
Turín, Italia 3:00 pm
Evitaba hablar de mi linaje, no era motivo de orgullo, abandone Italia hace más de ocho años, cuando aún mi madre estaba con vida y me apoyo a cumplir mi sueño de ser médico, mi padre me consideraba el más inteligente entre sus cuatro hijos varones aun cuando era el tercero de ellos, su deseo siempre fue que me encargara en un futuro del "negocio familiar", un capo de la mafia nunca había sido parte de mi panorama, odiaba todo lo que significaba vivir en medio de armas y sustancias prohibidas, era hipócrita cuando mi sueño siempre fue salvar vidas. El viejo me desterró de la familia por sentirse traicionado, pero aun así pago toda mi costosa carrera, era difícil ser parte de este apellido por esa razón al llegar a USA, use el apellido de soltera de mi madre, pasar desapercibido era lo único que deseaba en aquella época.
El taxi se estaciono frente a la villa Lombardi, hacia tres años que había pisado por última vez estas tierras y fue precisamente cuando falleció mi madre, después de aquel fatídico día me había prometido no volver, pero de cualquier manera el destino me traía de regreso a casa.
-Señor bienvenido a casa -recibiéndome Martin, el jefe de los guardaespaldas y matones de mi padre -. El Don no hace otra cosa que preguntar por su llegada.
-Mi niño -grito mi nana desde el jardín, corriendo con dificultad a mis brazos -. Como te extrañaba mi pequeño Santino -besando con delicadeza mis mejillas.
-¿Por qué sigues trabajando? –pregunte enojado -. A tu edad, después de todo lo que has hecho por esta familia, solo deberías descansar.
-¿Me estas llamando vieja? -dijo entre risas -. Fustino lleva la maleta del señor a la casa -ordeno a un hombre con el traje que solían usar las personas que trabajaban en el servicio -. Tus hermanos se encuentran reunidos en el despacho.
-¿Cuándo enfermo? -acariciando sus cabellos cenizos.
-Es mejor que tus hermanos te expliquen todo, no hace otra cosa que preguntar por ti, es mejor que subas y logres hablar con tu padre, los médicos no dieron los mejores pronósticos mi niño, incluso el Don llamo a sus abogados y al cura para que perdonara sus pecados.
-No creo que ni siquiera la presencia del papa logre que se le perdone todo lo que hizo en la tierra -conteste con desdén.
-Tu madre siempre deseo que arreglaras las diferencias con tu padre, es buen momento de cumplir su último deseo.
-Hermanito -mi hermana Francesca guindándose en mi cuello -. Gracias a Dios estas en casa, vamos a su habitación -tomando mi mano con furor, entrando a la mansión con prisa.
-Francesca no es necesario que corra, de todas formas, hablare con él.
-Padre ha sido envenenado -desde el vestíbulo mi hermano Andreas interrumpió -. El mal nacido de Matteo Ferrari en la última reunión del consejo uso una de sus drogas para asesinar a nuestro padre -acercándose y dando dos besos a mis mejillas -. Sube, según los doctores solo le quedan pocas horas de vida.
Alce la mirada hacia las grandes escaleras de madera pulida en forma de caracol, subí con pesar, aun cuando los últimos años hayamos tenido diferencias, de niño siempre fue un buen padre, quizás porque siempre fui su favorito, pero verlo morir por culpa de un desgraciado enemigo me destrozaba el alma, entre a su habitación con cierto temor de no encontrarlo con vida para mi llegada, pero al sentir la puerta crujir abrió sus grandes ojos azules, incluso sonrió mientras caminaba hacia su cama, Piero Lombardi siempre fue un hombre fuerte aun en su lecho de muerte logro estirar su mano para que me acercara un poco más a su débil cuerpo.
-Padre -dije titubeante -. No debes esforzarte, estoy en casa, descansa.
-Eres medico Santi, sabes que moriré hijo mío. Dame un poco de agua -balbuceo en tono suplicante.
-Siento llegar tarde, el vuelo se atrasó -sirviendo un poco de agua y acercándola a sus labios.
-Siéntate, quiero que hablemos.
Me senté en la silla forrada con una tela de terciopelo verde esmeralda, estiro su mano para que la tomara antes de empezar su dialogo con dificultad.
-Tu padre está muriendo gracias a Matteo Ferrari, ya sabes que no son permitidas las armas de fuego en el consejo de capos, el muy m@ldito logro envenenar mi copa de vino tinto -tosiendo sin parar hasta manchar su pañuelo blanco de sangre.
-Padre -palmeando sus pulmones.
-Hijo, se adueñó de cinco de mis ciudades, robo un cargamento hace dos días, se dirigía a china. Los chinos no tardan en asesinar a tus hermanos si no cumplimos con esa mercancía. Al final lo que más me duele es que gano nuestra guerra.
-Nunca te has dado por vencido padre, estoy seguro de que Federico y Filippo pueden encargarse de vengar tu muerte -exprese apretando su mano.
-Tus hermanos son unos inútiles, este negocio y este apellido se acabarán si tú no te haces cargo de la familia. Siéntate en la cama, por favor -rogó sin soltar mi mano.
-Sabes que esta no es la vida que deseo padre.
-Es la familia en la que naciste Santino, te enseñe todo sobre este negocio, permití que cumplieras tus sueños y vivieras fuera de casa estos 8 años, de no tratarse de esta situación ni siquiera te hubiera molestado para que vinieras a verme morir, mírame -tomando mi rostro con dificultad -. Eres mi hijo favorito y este anillo -reposándolo en mi dedo índice -. Te pertenece, es tu obligación vengar mi honor, salvar a tu familia de la vergüenza publica y no permitir que Matteo Ferrari gane esta guerra a muerte -comento casi arrastrando las palabras -. Prométemelo Santino, prométele a tu padre que puede morir en paz, sabiendo que su hijo se hará cargo de todo.
-Te lo juro padre, limpiare tu nombre y recuperare el negocio familiar, llevare este anillo como recordatorio de que los Ferrari perderán esta guerra y que el viejo Matteo y toda su familia pagarán por tu muerte -tomando la navaja que descansaba sobre la mesita de noche. Hice un corte en mi pulgar derecho sosteniéndolo sobre sus labios para que bebiera la sangre de su sucesor y pudiera morir en paz, porque su hijo se haría cargo de vengar su muerte al mejor estilo de la mafia italiana.
Babi es una chica común de los suburbios londinenses. Una inesperada noticia cambia su vida para siempre, cuando el destino traza un encuentro con lo desconocido haciéndola adentrarse en el oscuro mundo de los hombres lobos, enamorándose perdidamente del Alpha de la manada enemiga.
Ethan siempre consideró a Nyla una mentirosa, mientras que ella lo veía a él distante e insensible. Nyla había acariciado la idea de que Ethan la quería, pero se sintió fríamente rechazada cuando se dio cuenta de que su lugar en el corazón de él era insignificante. Como ya no podía soportar su frialdad, dio un paso atrás, solo para que él cambiara inesperadamente de actitud. Ella le desafió: "Si confías tan poco en mí, ¿por qué me tienes cerca?". Ethan, que antes se había comportado con orgullo, ahora estaba ante ella y le suplicó desesperado: "Nyla, he cometido errores. Por favor, no te alejes de mí".
Todo el mundo pensaba que Lorenzo quería de verdad a Gracie, hasta el día de la operación de corazón de su hija. Para sorpresa de Gracie, Lorenzo donó el preciado órgano que necesitaba su hija a otra mujer. Desolada, Gracie optó por el divorcio. Impulsada por su necesidad de venganza, Gracie se unió al tío de Lorenzo, Waylon, y orquestó la caída de Lorenzo. Al final, este se quedó sin nada. Consumido por el remordimiento, él suplicó por una reconciliación. Gracie pensó que era libre de seguir adelante con su vida, pero Waylon la retuvo con un abrazo. "¿Pensaste que podías abandonarme?".
Durante dos años, Bryan solo vio a Eileen como asistente. Ella necesitaba dinero para el tratamiento de su madre, y él pensó que ella nunca se iría por eso. A él le pareció justo ofrecerle ayuda económica a cambio de sexo. Sin embargo, Bryan no esperaba enamorarse de ella. Eileen se enfrentó a él: "¿Amas a otra persona y siempre te acuestas conmigo? Eres despreciable". En cuanto ella firmó los papeles del divorcio, él se dio cuenta de que era la misteriosa esposa con la que se había casado seis años atrás. Decidido a recuperarla, Bryan la colmó de afecto. Cuando otros se burlaban de sus orígenes, él le dio toda su riqueza, feliz de ser el marido que la apoyaba. Eileen, que ahora era una célebre CEO, lo tenía todo, pero Bryan se encontró perdido en otro torbellino...
Pensé que mi matrimonio podría seguir adelante. El amor platónico también era amor, ¿sí? Pero, estaba totalmente equivocada. Resultó que mi marido no tenía nada malo de cuerpo, todo esto solo porque no fui de su gusto. Conmigo, era un hombre anormal en la cama. Pero con mi madre, ¡podría hacer todo lo que ella deseaba! Y el día, ¡los encontré en la cama juntos! Sin querer afrontar a ellos, decidí saltar del puente. Pero un desconocido me impidió, y me ofreció una propuesta especial. Y yo la acepté, y le entregó mi primera vez por capricho. Después de una noche loca, hui de su casa pensando que nunca volvería a encontrarnos. Luego fui a la fiesta de compromiso de mi tía, y ella hizo alarde de su fiancé frente a mí. Pero este era el mismo desconocido que pasó la noche conmigo. ¡¿Y él pronto sería mi tío político?!
Anoche pasé una noche erótica con un desconocido en un bar. No soy una mujer al azar. Hice esto porque estaba muy triste ayer. El novio que había estado enamorado de mí durante tres años me dejó y se casó rápidamente con una chica rica. Aunque actúo como si nada hubiera pasado delante de mis amigos, estoy muy triste. Para aliviar mi estado de ánimo, fui solo al bar y me emborraché. Accidentalmente, me encontré con él. Él es más que atractivo e increíblemente sexy. Como el deseo controlaba mi mente, tuve una aventura de una noche con él. Cuando decidí olvidarme de todo y seguir adelante, descubrí que mi aventura de una noche se convirtió en mi nuevo jefe. Un tipo posesivo.
Durante tres años, Jessica soportó un matrimonio sin amor mientras su marido fingía impotencia. Sus mentiras se desvelaron cuando apareció una amante embarazada. Tras seis meses recopilando pruebas en secreto, Jessica se deshizo de él y construyó su propio imperio multimillonario. Tras el divorcio, se transformó en una figura irresistible, atrayendo admiradores. Un día, al salir de su oficina, se encontró con Kevan, el hermano de su exesposo. Él intervino, enfrentándose a ella: "¿Acaso era solo una herramienta para ti?". Los labios de Jessica se curvaron en una sonrisa tranquila mientras respondía: "¿Cuánta compensación quieres?". La voz de Kevan se suavizó. "Todo lo que quiero eres tú".