s de ser algo machistas, como sabían que yo los entendía lanzaban comentarios en plan coqueteo caliente, hasta que mi muro dond
an unos
naba bien un almuerzo gratis con el presidente de la empresa ANTÁRTICA antes
para comida y pagar la renta, sin contar mis cupos de estudiante donde elementalmente me endeudaba para pagar
ida, no todos éra
e anotar algunos detalles en mi libreta de lo que hice en mi primer día de pasantías, esto era un reporte que tendría que entregar a la universidad después, cuando de repente
ita
os mensajes, ahora recordaba que tenía todo el día sin ver el teléfono, ¿qué sería
r ─dije─,
para ver si almorzábamos juntos ─
tía, también la lasaña me gustaba mucho y que él cocinara
ecesita de una traductora y me invitó al almuerzo
de 3pm a 7pm en la librer
que odiaba que le dijera que no o que lo rechazara, lo cual era irónico, cuando
ijo─. ¿El presidente de ANT
lo hizo sonar como si el presidente Ken me
ré en tono bajo para que los alemanes
nas amistades podía conseguir un excelente trabajo después de la univer
portante? ─replicó─ ¿Más
Cesar, n
ortante en mi vida, así se ponía también cuando yo tenía exámenes significativos y est
, Cesar ─susurré─, ha
n tono indifer
e, me colgó y solo escuché el re
ita
uerzo, pero él debía entenderme, esto era importante para m
ctor de los alemanes, creo que me
ando en dramas, esto era importante, despué
presidente Ken resonó por el pasi
alidad me daba igual, después de todo también me interesaba
luso me dio algo de pena llegar con mi viejo auto a un sitio donde solo había autos de lujo. Al entrar el olor era increíble, mi estómago gruñó, joder, tenía que calmar mi hambre. Tomamos asientos,
ción fluida porque nos encargábamos de traducir, las palabras que y
ba per
arios también bromeaban, no eran maquinas genera dinero y c
los zapatos de tacón me estaban matando los pies, solo necesitaba quitármelos, así que lo hice, me los quité soltando un gemido de alivio, n
de Cesar, me sentía mal cada vez que discutíamos y sabía que estaba molesto conmigo, me daba un carg
ebía comportarse
que soportarlo porque él era el único
e detuve abruptamente por medio segundo cuando casi choqué de frente con
ó─, señorita
a mi
después de todo, en el almuerzo el p
de frente de esa forma inesperada y tan cerca, casi invadiendo mi espacio personal, lo suficientemente cerca para oler su embriagante fragancia, pero lo
r Tim
lo había llamado y me tapé la boca con mi mano fingiendo una feroz
cababa de lla
joder,
no paras de
s que dejé de toser─, Timoti C
bras enredadas cuando solo
de aquí antes de meter aún más
momento que él pareció moverse o intentar impedirme el paso, pero en esa confusión no sé cómo su mano terminó tocando por medi
il? ─dije sorprendida
-o
a de llamar imbécil
so, lo habí
rrebato de agresividad, y lo peor era que
ambas cejas─, no lo hice, o
r qué reaccioné así, como si los nervios se hubie
llas sonrojarse─, pero por favor solo, a
su mirada intensa y su rostro usualmente indife
r jamás me acerqué a ti, no sé qué clase de fantasía hayas creado en tu
sin res
si se hubiera colocado una máscara frí
i cara y parte de mi cuerpo, mis orejas
Esto era ve
o que pasó en el aeropuerto y se amable, yo era la loca que creyó que él siendo tan jodid
o, joder, él no est
nto... n
interrump
e miró de arriba abajo despectivamente─, no tienes nada que me atraiga, y en tercero, no vuelvas a tutearme, soy e
er
ER
omo un fantasma del miedo, me había quedado sin habla, si d
que decir algo
uve que rea
mo me lo había m
uería de
él no dijo nada, solo me rodeó y entró al baño de hombres
za, la había cagado has
ca del a
sea, hoy había coronado
o en realidad quería irme antes de que Tim volviera, no podía volver a verle la cara nun
pasa conti
eres una
ía empeorar o a
ómodos deportivos, solo necesitaba que este día acabara. Fui a la librería a trabaj
lta, con resp
o entré a la tienda─, ll
ada frívola demostraba qu
ea, lo qu
ándome a él para darle un beso en los labios, sin em
u
y molestia─, ¿Cómo te fue
punto de gritar de frustración, lo últi
ntiendo mis ojos cristalizarse c
n el vicepresidente y estaba agotada, todo mi cuerpo q
r sola y callada sin q
empre me relajaba, pero me gustaba leer cuando Cesar no andaba cerca, siempre era mí
tos cuando Cesar decidió acerca
lo─, no sé cómo estuvo tu día ─sus labios subiero
e gustaba de él, siempre estaba dispuesto a consentirme y podía ser el ser m
n la mía profundizando el beso que se volvía cada vez más profundo y apasi
cesitaba, amor, co
on por la silueta de mi cintura hasta envolver mi trasero y apretujarlo contra él restr
ardando castidad, sentía qu
su camisa, él se separó por un momento, sus ojos paseando por la tienda obs
te, era lo qu
os míos en un beso más dulce pero lleno de necesidad, sus manos en mi trasero obligándome a que me moviera sobre él mientras sus gemidos se hacían cada vez más profundos y su respiración se acel
uede
caliente, ni siquiera se
vine ─murmur
bía dado
día creer que me hubier
a v
semanas sin estar juntos ─se
ba del mal en peor, ahora estaba frustrad
¿qué más le podía decir?
lera nuevamente para intentar retomarlo, sin embargo, él negó con la cabez
dio un ligero beso en los labio
blemente porque yo era muy impaciente y sa
gnificaba estar con
levantándome de sus piernas y arregl
ita
ejor arma porque de alguna manera termin
tenía la certeza de que sería pronto, lo nuestro era para siempre. En ese momento creía que en el amor se debía agu
rtes, que dieran lo mismo, pero a veces sentía que yo daba
que soñaba casarme, él era estable en
gencias de la librería, habían pedido un nuevo cargamento de libros, por lo que
relación como de esas apasionadas que se leen en los libros, que el deseo fuera tanto que la intensidad y la pasión explotara en miles de
esco, o señora Venus de Mon
ese mo
a punto de cerrar la librería cuando el teléfono local sonó, lo atendí débilmente confu
resa, no era
padre de Cesar, el señor Roberth y su condi
abía tenido un grave accidente en el