ños d
on tomar medidas drásticas y crearon un grupo de cazadores, personas dispuestas a dar sus vid
cual no tenía grupo ese era Connor, un cazador excepcional el cual prefería la soledad que la compañía, matar antes de perdonar
s de vampiros" asustados, preocupados y un poco agitados, pidieron hablar con el
ción sentado con unos papeles en su escritorio y con el
aló las sillas -Bien dí
estaba tratando de frenar sus
an a los niños y mujeres de nuestra comunidad -Dijo la mujer agitada y con lágrimas en los oj
lidad de nuestra tierra, hemos perdido muchos ciudadanos por ellos
la carne y sangre de los hombres de mediana edad ya no es tan ric
lo -Respondió el jefe mientras miraba una lista de los cazadores que iría con
20 personas -Res
muy alta y peligrosa, pues entre
ador que los acompañará -El jefe se levan
erta y después entró, vio a Connor golpeando un sacó de arena con puño y pierna, la
or -L
a uno de sus compañeros, ya que esos tipos se la pasaban
ABAJO QUE TE ESPERA -Tuvo que gritarle est
fe un poco impaciente y con el ceño frunci
ostro era serio con gotas de sudor en su frente, en su nariz, encim
os musculosos, abdomen marcado, su rostro, eran las cosas
tio. Nos están esperando -El jefe se retiró
, solo le faltaba su armamento, salió de su ha
no de voz del
os esperaban, una vez lo vieron la única mujer del grupo se sonrojó, a prime
l los acompañará en su viaje de regreso -El jefe le dirigió
Connor espero nos lleve
la suave brisa pasaba sobre ellos moviendo
largo y si tenemos suerte llegaremos al an
nor se puso su armamento el cual era una daga y otras armas, un frasco de v
, pero antes de salir el jefe le d
s, si tienes problemas avísame y enviare otro grupo-Eso
. Caminaron hasta llegar a un río, donde tomaron un pequeño bote y estando en
seis horas de viaje, estaban ca
gamos -Dij
se estiro un poco y su
bre de mediana edad mientras
se acercó a Connor y lo tomó por e
camino hacia su casa donde lo esperaba su
mucho cuidado de regreso a su
que Connor se fuera -No le gustaría comer pri
primera vez que peleo sin c
aban rosadas y sus manos sudaban, el sentimiento que sentí