6 - No
xan
aire, mientras meditaba sobre lo sucedido los últimos días; mi vi
te en su cuna; y acariciando sus mejillas sonrojadas, sonreí al sentir l
.. Su esposo a
uerpo, al fin conocería a mi captor, al responsable de encontrarme en este lugar, y asintiend
sin mi permiso, y decía ser mi esposo. Un hecho que, por más que aclaré, nadie me creyó; por supuesto, no era maltratada, y era vigilada p
ré a
tidumbre de no saber qué sucedería; por el momento yo solo tenía una cosa clara, no sal
casto beso en su frente, y viéndolo sonreír do
í va
mi vestido, tratando de alisarlo, e iniciando mi caminata. Descendí las escaleras hasta
retirarse, gracias,
pareció conocida; y viendo a todos salir, él se
mientras me quedé inmóvil
.. ¿El se
a cierto? ¿Ese hombre era Damiano Zorzi? El mismo que la última
a mis espaldas, y precipitándose al suelo el jarrón sobre ella. El
, Alexandra... Por lo que
ercano a él, me señaló el camino que debía seguir, y permaneciend
uiere de mi señor Zor
eciendo indiferente a mi petición, y juntando sus manos fre
spuestas... Entra al
sentir una opresión en mi pecho que no pude describ
? Que usted no es un depravado que d
omo si estuviese jugando con él, y agitando su ca
mi hijo en tu vientre. ¿Acaso piensas que hubiese sido difícil desh
lpearlo, pero deduciendo que no lograría nada con el
protegidas, solo quedaba escucharlo, y si tenía suerte, sacar alguna
iento, A
. Damiano tomó lugar del otro lado, y colocándose cómodo para empezar
a vez... Puedo esc
os de él, recargó su espalda en la sill
con un solo fin, darme un hijo que fue concebido por inseminación artificial. En ning
si creía que eso sucedería, quién sabe qué haría
rá, así que
mpactar contra su escritorio, y colocándose de pie,
ue necesité de ti, ya lo tengo. Estás sana, c
escuchaba, apreté mis labios permaneciendo en silencio los dos, y ob
no te pedí que me usaras para tu experimento de ser padre, tú me c
o como si nada hubiese sucedido, y sonriendo
i esposa... Nadie te creerá que estás aquí p
olpearlo, hasta derramar sangre, pero sabiendo que con eso no
despavorida, estaba muy equivocado, porque de ninguna manera renu
6 - No
xan
aire, mientras meditaba sobre lo sucedido los últimos días; mi vi
te en su cuna; y acariciando sus mejillas sonrojadas, sonreí al sentir l
.. Su esposo a
uerpo, al fin conocería a mi captor, al responsable de encontrarme en este lugar, y asintiend
sin mi permiso, y decía ser mi esposo. Un hecho que, por más que aclaré, nadie me creyó; por supuesto, no era maltratada, y era vigilada p
ré a
tidumbre de no saber qué sucedería; por el momento yo solo tenía una cosa clara, no sal
casto beso en su frente, y viéndolo sonreír do
í va
mi vestido, tratando de alisarlo, e iniciando mi caminata. Descendí las escaleras hasta
retirarse, gracias,
pareció conocida; y viendo a todos salir, él se
mientras me quedé inmóvil
.. ¿El se
a cierto? ¿Ese hombre era Damiano Zorzi? El mismo que la última
a mis espaldas, y precipitándose al suelo el jarrón sobre ella. El
, Alexandra... Por lo que
ercano a él, me señaló el camino que debía seguir, y permaneciend
uiere de mi señor Zor
eciendo indiferente a mi petición, y juntando sus manos fre
spuestas... Entra al
sentir una opresión en mi pecho que no pude describ
? Que usted no es un depravado que d
omo si estuviese jugando con él, y agitando su ca
mi hijo en tu vientre. ¿Acaso piensas que hubiese sido difícil desh
lpearlo, pero deduciendo que no lograría nada con el
protegidas, solo quedaba escucharlo, y si tenía suerte, sacar alguna
iento, A
. Damiano tomó lugar del otro lado, y colocándose cómodo para empezar
a vez... Puedo esc
os de él, recargó su espalda en la sill
con un solo fin, darme un hijo que fue concebido por inseminación artificial. En ning
si creía que eso sucedería, quién sabe qué haría
rá, así que
mpactar contra su escritorio, y colocándose de pie,
ue necesité de ti, ya lo tengo. Estás sana, c
escuchaba, apreté mis labios permaneciendo en silencio los dos, y ob
no te pedí que me usaras para tu experimento de ser padre, tú me c
o como si nada hubiese sucedido, y sonriendo
i esposa... Nadie te creerá que estás aquí p
olpearlo, hasta derramar sangre, pero sabiendo que con eso no
despavorida, estaba muy equivocado, porque de ninguna manera renu