solo puede imaginar que aquel monstruo de ojos violetas desea apretarlo con garras invisibles, causando su vergüenza al sufrir una crisis delante de aquel déspota y dictador. Hans se esfuerza
silencio que antes parecía imponente se convierte en un aliado incómodo, mientras el eco de los pasos de aquel hombre, resuena como un tambor en sus oídos, "Por favor, no te acerques a mí", ruega a todos los dioses. Finalmente, Hans avista la salida, sí, finalmente el ascensor se
rita con fuerza, cubriendo al presidente Ansgar de los frag
ndo la tranquilidad que había empezado a tener su psique, con una furia desenfrenada se estaban desatando las sombras en su mente. Los sonidos de los disparos son como tr
aquí, busca al chic
idad es pr
entras zarandea su cuerpo al tomar sus rosas. -¡Eres demasiado lento para pensa
que tirando en el suelo, pierde las fuerza de su cuerpo poco a poco, perdiéndose en el inconsciente en segundos entre lágrimas. El ruido m
que cargar con toda esta mierda! -toma al joven en sus brazos y apoya la cabeza del mismo en su hombro con suavidad retrocediendo y sie
e muchachos, despejen la zona y saquen a to
-grita en
chico al hospita
a su derecha e izquierda a lo largo del mismo. -Llamen al doctor y busquen a los familiares de este chico, que vengan a recogerlo. -suspira y con suavid
ombres y mujeres a su disposición pa
nal me he metido? -dice para sí mismo irritado y armándose hasta los hombros, para salir a enfr
y determinación. Sus movimientos son rápidos y precisos, como si estuviera bailando con la muerte. Es ágil y letal, desplazándose entre las sombras con una destreza innata
Sangre, alaridos de dolor y suspiro de muerte, se escuchan a cada balazo que da. Su destreza y puntería son impresionantes, derribando a los enemigos que se interponen en su camino con rapidez casi sobrenatural. Mientras dispara, el joven Rockefeller se mu
ágiles lo llevan cada vez más cerca del líder, mientras su mente calcula cada movimiento, buscando el momento oportuno para asegurar la victoria. "Maldito hijo de puta", piensa apretando sus dientes al recordar el rostro demacrado y angustiado de Hans, "Maldita sea", grita internamente y sacude su cabeza aún más enfurecido
-sonríe con dientes bañados
iendo te ves como el cerdo asqueroso que eres.
ntis te envía un mensaje. -sonríe
finitivo y a los ojos de cada uno de sus súbditos restantes. Un silencio sepulcral se cierne sobre el lugar, mientras el líder cae al suelo sin vida. Victorioso pero exhausto, se queda parado en medio del escenario lleno de caos y destrucción. Su figura se yergue imponente y triu