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lee mis pensamientos y d
á de estar en esos hermosos ojos verdes que me devoran hasta el alma. La muchacha sirve nuestros platos y yo veo que hasta para c
convertido poco a poco en lo que más odio
servicio con una radiante sonrisa. Ella se ve lind
aunque no tenía mucho apetito y menos con él frente a mí. Todos empezamos
la sal?-
entrepierna ardía de deseo, así que decidí ignorarlo. ¿
sin meditar en las palabras que salían de mi boc
ill
ces un acosador. Volteé a ver mi comida mientras trataba de que mi deseo por tomarla y ab
charle a mi comida. Yo solo quería que nuestras man
o llegaste a la ciudad?- No sé si Martha fi
�
o- dije sin duda alguna. Me encantaba más el campo y, además, creo que envid
pero algo tiene que me está haciendo babear como un loco. Todos han vuelto a verme. Es típi
ña tomaba clases particulares - la cabaña, la cabaña era la de mis sueños d
ra y William tienen algo entre ellos? No mamacita, a esa cabaña donde este joven me da duro en mis sue
sin pelos en la lengua. Sara sonrió y Wil
gunta de esta joven. ¿Acaso está loca que no ve
de la mesa. Creo que no estuvo bien mi reacción a
retiro. Tengo que atender mis correos - dije sin antes lanzarle la última mirada de
ella que solo se quedó sin d
e estar algo desvelado, siempre se levanta temprano - dijo Martha tratando de disculparme por cómo su herm
relaja un poco, ya que estaba muy pero muy nervio
í? Solo fue una pregunta inocente o quizá me pasé. ¿Tuvieron
uy emocionada. Claro, nadie más que yo
isa fingida, pero Hilda me regresó l
a -dijo Martha y
ill
ira. La verdad es que estaba incómodo, me sentía como un pez fuera del
uién habla
a no supe más de lo que pasa
de mis padres. Realmente odio
todas. Dice mi padre que deje de soñar, que veo las cosas muy altas. William Smith, el soñador, me llamaba mi