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Siempre fui una persona despistada, tranquila y cerrada, odiaba lo desconocido, y digo odiaba porque eso que yo creí desconocido, se convirtió en todo mi mundo. Los cambios son necesarios, y la vida esta llena de ellos, estos nos ayudan a avanzar, y algunas veces... A alejarnos de personas que no aportan nada bueno a nuestra vida. Como en mi caso, con una vida llena de personas falsas que en el momento más inesperado, me apuñalaron por la espalda dejando un profundo dolor, una herida que creí no sanaría nunca. Pero entonces, cuando todo se derrumbó a mi alrededor, lo conocí, «Bajo las estrellas»
Sinopsis
Siempre fui una persona despistada, tranquila y cerrada, odiaba lo desconocido, y digo odiaba porque eso que yo creí desconocido, se convirtió en todo mi mundo.
Los cambios son necesarios, y la vida esta llena de ellos, estos nos ayudan a avanzar, y algunas veces... A alejarnos de personas que no aportan nada bueno a nuestra vida.
Como en mi caso, con una vida llena de personas falsas que en el momento más inesperado, me apuñalaron por la espalda dejando un profundo dolor, una herida que creí no sanaría nunca.
Pero entonces, cuando todo se derrumbó a mi alrededor, lo conocí,
«Bajo las estrellas»
Prologo
El dolor a veces puede llegar a ser el detonante de cosas mejores, porque por medio del dolor, aprendemos a levantarnos del suelo y seguir adelante, en mi vida he experimentado dolor, uno tan profundo capaz de apagar mis ganas de vivir, pero curiosamente, ese mismo me ha hecho más fuerte, como en esta noche, que es una de las peores noches de mi vida, el dolor sigue acompañándome, fielmente como siempre.
Sin embargo, alguna vez quise que las palabras no fueran tan destructivas como lo son, quise que fueran solo eso, palabras. Pero en este momento, las palabras de ese desconocido sentándo a mi lado, como si no tuviera nada que hacer con su vida, iluminan mi camino de una manera tan extraña... que de un momento a otro ya no me parece tan molesta su presencia.
-Son hermosas ¿no?
Escucho que dice haciendo que gire mi cabeza arqueando las cejas.
-¿De que hablas?-susurro sin aliento.
-Las estrellas.
Ahí noto que sus ojos están mirando hacia arriba, admirando el firmamento.
Hago lo mismo que el observando el cielo estrellado y por un momento me permito
detallar el paisaje a mi alrededor.
La ciudad se ve a lo lejos mientras que las luces alumbran todo, sin embargo, en este lado, se ven las estrellas, en sincronía con la luna, que hoy esta más brillante que nunca.
Me mantengo en silencio y conforme pasan los minutos me cuestiono porque sigo aquí con el extraño.
-Si, lo son.
Respondo por fin. La oscuridad de su mirada se topa con la mía, haciendo que me inquiete levemente.
-Asi como tu, deja de llorar, te ves mejor sonriendo.
-Pero si yo no...
Su gran sonrisa me deja sin palabras por un momento, y sin más tiempo a replicar, el se da la vuelta, volviendo por donde vino.
Dejándome con un remolino de emociones.
Y la pregunta es... ¿Cuando me vio sonreír?
El dolor a veces puede llegar a ser el detonante de cosas mejores, porque por medio del dolor, aprendemos a levantarnos del suelo y seguir adelante, en mi vida he experimentado dolor, uno tan profundo capaz de apagar mis ganas de vivir, pero curiosamente, ese mismo me ha hecho más fuerte, como en esta noche, que es una de las peores noches de mi vida, el dolor sigue acompañándome, fielmente como siempre.
Sin embargo, alguna vez quise que las palabras no fueran tan destructivas como lo son, quise que fueran solo eso, palabras. Pero en este momento, las palabras de ese desconocido sentándo a mi lado, como si no tuviera nada que hacer con su vida, iluminan mi camino de una manera tan extraña... que de un momento a otro ya no me parece tan molesta su presencia.
-Son hermosas ¿no?
Escucho que dice haciendo que gire mi cabeza arqueando las cejas.
-¿De que hablas?-susurro sin aliento.
-Las estrellas.
Ahí noto que sus ojos están mirando hacia arriba, admirando el firmamento.
Hago lo mismo que el observando el cielo estrellado y por un momento me permito
detallar el paisaje a mi alrededor.
La ciudad se ve a lo lejos mientras que las luces alumbran todo, sin embargo, en este lado, se ven las estrellas, en sincronía con la luna, que hoy esta más brillante que nunca.
Me mantengo en silencio y conforme pasan los minutos me cuestiono porque sigo aquí con el extraño.
-Si, lo son.
Respondo por fin. La oscuridad de su mirada se topa con la mía, haciendo que me inquiete levemente.
-Asi como tu, deja de llorar, te ves mejor sonriendo.
-Pero si yo no...
Su gran sonrisa me deja sin palabras por un momento, y sin más tiempo a replicar, el se da la vuelta, volviendo por donde vino.
Dejándome con un remolino de emociones.
Y la pregunta es... ¿Cuando me vio sonreír?
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