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"¿Qué esperas de tu cumpleaños? ¿Dinero? ¿Joyería? ¿U otras cosas?". "Lo que sea, pero por lo menos debe ser un día maravilloso". Lola Li, una mujer linda, encantadora e inteligente, graduada en la comunicación audiovisual a una edad muy temprana. Todo el mundo pensaba que Lola tendría un futuro muy prometedor pero las cosas no salieron como se esperaba. Su fiesta de cumpleaños de 22 años fue una pesadilla para ella. Cuando terminó su fiesta de cumpleaños, su mejor amiga la traicionó, su novio la abandonó y su familia se arruinó por completo. Cuando se despertó al día siguiente, Lola se encontraba tumbada en la cama de una habitación de hotel. Con el corazón acelerado, solo podía recordar vagamente a un hombre extraño con el que estaba anoche. ¿Había venido para salvarla? O, ¿era un demonio que lo estaba persiguiendo?
Hotel Península Internacional
Ya mismo, la fiesta de cumpleaños de 22 años estaba a punto de concluir. Lola estaba un poco borracha y andaba bamboleándose. Su cara estaba más roja que antes, como si se hubiera maquillado con el colorete.
El ascensor llegó al octavo piso y Rosa mantenía empuñadas las manos de Lola con fuerza. Después de pensar un rato, decidió que nunca iba a dejar que Lola y Miguel durmieran juntos.
Ella tomó una decisión y llevó a Lola a la parte más profunda del pasillo. Las dos no se detuvieron hasta la última habitación, donde el camarero del hotel acababa de terminar de repartir la comida y todavía no cerraba la puerta de la habitación.
"Hola, la persona que está dentro es mi amigo, voy a saludarle, no hace falta que cierres la puerta". Sin sospechar de ella, el camarero se marchó empujando el carrito de comida.
A través de la rendija de la puerta, Rosa vio una sombra gigante, llevando puesto el camisón del hotel, debe acabar de ducharse.
"Mientras sea un hombre no me importa", dijo Rosa.
Sin pensar más, Rosa metió a Lola en la habitación con toda su fuerza, y cerró la puerta rápidamente.
Mientras lo hacía, levantó la mirada para ver la cámara de seguridad. Afortunadamente, esta habitación se situaba en un punto ciego, fuera del alcance de la cámara.
Después de ordenar su cabello, se marchó hacia otra habitación como si no hubiera pasado nada.
Lola fue arrojada a una habitación. Bajo la penumbra del farol, vio a un hombre que la estaba mirando seriamente.
Ella dio un respingo...
Las miradas frías...
Estar borracha no le hizo pensar más de la cuenta, se levantó difícilmente y se acercó al hombre. Lola estaba consciente de que necesitaba algo, que era muy importante para ella, pero ahora mismo no sabía qué era lo que necesitaba.
"¡Lárgate!" dijo Jorge después de ver la cara de la mujer.
Su cabello largo oscuro fue diseñado por una estilista profesional, y tanto el vestido blanco como su cuerpo sexy mostraban todas sus virtudes.
La parte inferior del vestido estaba decorada con diamantes brillantes. Su pierna delgada se mostraba por la parte derecha de la falda.
Debido a los tacones de punta roja con 8cm de alto que llevaba, se podía deducir que Lola era una persona alegre, franca y sincera.
En este momento, ella pisaba de forma grosera los tacones de edición limitada. A unos pocos centímetros de distancia, Jorge vio su cara rojiza...
"Me siento mal, ¿me puedes dar un vaso de agua fría?" Lola preguntó mientras intentaba quitarse los tacones, pero por mucho que lo intentaba no era capaz de hacerlo.
Puso el brazo derecho sobre el cuello del hombre, moviendo suavemente su mano izquierda, y finalmente logró sacar el tacón y lo lanzó a unos 3 metros de distancia.
El perfume que llevaba la mujer era de una marca muy reconocida internacionalmente, que no paraba de expulsar un olor floral agradable.
Todo lo que portaba esta mujer mostraba que era una señorita elegante y noble. "¿Es una dama que se equivocó de habitación?". ¿Es posible?
Jorge tiró el esbelto brazo de Lola, y la arrastró hacia la puerta.
Sin embargo, las piernas de la mujer comenzaron a temblar. Cayó a la alfombra blanca del suelo, una mano todavía estaba agarrada por el hombre.
"¡No me lo creo!". Casi se agotó la paciencia de Jorge. Soltó la mano bruscamente y pretendió llamar a la recepción del hotel.
Mientras cogía el teléfono fijo para llamar a la recepción, la mujer se levantó y abrazó suavemente la cintura de Jorge.
"Ayúdame, por favor, me encuentro mal". Su voz temblorosa tenía un encanto especial en esta noche oscura.
Jorge soltó el teléfono, y se fijó en ella seriamente, "¡Dime! ¿Quién te ha dicho que hoy llegaría a esta ciudad? ¿Quién te contrató...? "
Sin terminar las preguntas, Lola se lanzó hacia Jorge con tanta fuerza que los dos se cayeron en el sofá detrás del hombre.
"¡Hey, tú! "Yo... "Me encuentro mal, yo..." "¡Te lo ordeno, sálvame!"
¡¿Ordenarme?!
Jorge intentaba controlar su humor. Se rio y arrojó a la mujer sin vacilar.
Bien, tenía que reconocer que, esta mujer era muy atractiva para él, pero habían subestimado su capacidad de autocontrol.
"¡Te lo digo por última vez, lárgate de aquí!"
Lola dio unos pasos hacia atrás para mantenerse en pie. Apenas entendía lo que estaba diciendo el hombre. En ese momento, Lola solo se fijaba en los labios de Jorge que no paraban de moverse y eso la hizo sentir cada vez más caliente.
Se bajó la cremallera transparente del vestido, el cual cayó al suelo sin hacer ningún ruido.
Al ver esto, Jorge se quedó mirando fijamente. Parecía que esta vez el rival era muy fuerte, y la mujer que habían enviado era bastante interesante.
Lola estaba un poco inconsciente, pero en el momento en que el hombre intentó arrojarla fuera, ella se lanzaba cada dos por tres hacia él.
......
Entonces, él ya no tenía por qué seguirse controlando.
"Qué dolor, quién se atreve a hacerme daño..." ¡Maldición!
Jorge se sorprendió durante unos segundos al notar las reacciones de Lola, lo que también le hizo bajar el ritmo.
A lo mejor ella era demasiado atractiva, e hizo que Jorge hiciera el amor con ella en muchos sitios, en el cuarto, en el piso y en el balcón.
Hasta que casi salió el sol, la pareja cayó en un sueño profundo.
El sol iluminaba fuertemente.
Lola se despertó por el aire acondicionado que estaba a una temperatura muy baja. Abrió los ojos y pretendió coger la manta y seguir durmiendo.
Lola buscó por todas partes la manta, resultaba que estaba en el suelo.
Espera... Algo está mal ¿Por qué le duele tanto todo el cuerpo? ¿Por qué estaba en un hotel?
Se levantó bruscamente. En esta habitación de lujo solo se quedaba ella, su ropa estaba tirada por el suelo y también había un... ¿camisón?
Sorprendida, observó las huellas de su cuerpo. Siendo una adulta, Lola sabía muy bien lo que le había pasado anoche.
Pero ¿cómo era posible eso?
Anoche... Rosa la ayudó a subir para descansar un poco, y... ¿después? ¿Quién era aquel hombre?
¡Mierda! Ella no recordaba nada. ¿Cómo podía ser?
Lola se quedó atontada en la cama durante un rato, sin ganas de hacer nada.
Bajó de la cama, las piernas se temblaban mucho. Lola se acercó forzosamente hacia la ventana y abrió la cortina.
El esplendor del sol era cegador. Parecía que ya era bastante tarde.
Pensando una y otra vez, Lola todavía no conseguía entender lo ocurrido, ni por qué le pasó esto.
Al ver los paisajes de afuera, supo que todavía estaba en el hotel. El paisaje que se veía por la ventana era muy bonito. Tanto la brisa suave como el olor agradable de flores, y la cortina rosa, todos estos elementos formaban una imagen única, pero por el momento, ella no tenía ganas de disfrutarlo.
Estaba muy perdida, lo que ocurrió ya ocurrió, no se podía hacer nada ahora.
Al lado de la cama había 2 paquetes de regalos. Lola abrió el paquete, era un vestido blanco.
Lola se preparaba para ducharse y decidió marcharse de este sitio inmediatamente. Entró al baño forzosamente. Dentro del baño había unos artículos de baño para hombre, que debían de ser de aquel hombre.
Ella sacudió la cabeza. Llenó la bañera entera con agua y se metió en ella lentamente.
"¿Quién podría ser el hombre de ayer?" se preguntaba Lola al mismo tiempo que se lavaba.
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