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Luna, una chica de 16 años cree tener su vida bajo control. Todo parecer ser maravilloso en su día a día, tiene una amiga desde pequeña y un novio maravilloso a ojos de todos. Aunque nadie sabe lo que oculta al quedarse sola... Un secreto familiar que debe saber cuidar. Pero todo va a cambiar cuando en un viaje de improviso planeado por sus padres. Donde toda su perfecta vida hasta el momento tendrá un vuelco que desestabilizará su mundo. Nuevos compañeros llegarán a su escuela... Y nuevas personas entrarán a su vida. Podrá lograr contener su fuerza... Su serenidad y calma frente a ese chico arrogante que sólo intenta hacerla perder los estribos.
"Por décima vez Alana... ¡Levántate!" Dijo mi madre sacándome de la cama a la fuerza. Ni siquiera mi gato se salvó de su brusquedad.
"Así es como tratas a tu única hija... En verdad..." Dije casi reclamandole molesta. Me dolía todo el cuerpo... El día anterior había sido mañana de entrenamiento... Y en la tarde me junte con Ian...
"Son las 7 de la mañana Alana... Te he llamado nueve veces y ni siquiera Sesh despertaba. Que te ha pasado..." Dijo mi madre y el gato se quedó mirándome con seriedad...
"El entrenamiento de ayer me dejó muerta mamá... Sólo eso." Dije fingiendo, el gato bufó y salió de la habitación... Traidor que me delataba.
"Si no te apuras llegarás tarde." Dijo mi madre y se fue.
Me levanté rápidamente y fui a ducharme. A ella no le agradaba que usará magia... Pero ante hechos desesperados. Medidas desesperadas.
Salí del agua y con dos chasquido me sequé y coloqué crema en mi cuerpo. Sólo faltaba mi uniforme...
"Que te he dicho de usar magia Alana." Dijo mi madre sorprendiendome.
"Estamos en casa... Además tu dijiste que llegaría tarde... Debía apurarme." Dije sonriendo.
"Cada vez estás más osada... Y eso no me gusta. Además... Recuerda quien eres... Y con quienes compartes." Dijo con seriedad.
"Ian y Liz no saben nada mamá, nunca les dije... Y no se los diré..." Respondí con pesar...
Vivíamos en un pueblo casi escéptico... Eran muy pocos los que creían y sabían de lo sobrenatural... Por lo que si decía que éramos brujos, sucederían dos cosas... La primera es que no nos creerían y sería maravilloso y la segunda es... Que podrían asesinarnos.
"Sesh está extraño....pasó algo ayer entre tú y..."
"No mamá, solo hicimos lo de siempre, ver películas y nada más." Respondí y le di un beso en la mejilla. "Ya me voy." Dije sonriendo.
Salí de casa y a los pocos minutos encontré a mi amiga. Me lancé sobre ella y esta gritó al asustarse. Al ver que sólo era yo me golpeó el hombro.
"Que amable eres con tu mejor amiga." Dije molestándola.
"Eres una tonta... Oye... Y... Al final pasó o no..." Dijo mi amiga con un interés extraño en el tono de voz. No era necesario preguntarle a qué se refería... Lo sabía.
El día anterior había estado con Ian... A decir verdad... Creí que sería lindo pero Ian... Fue un idiota totalmente preocupado por él. No pensé que mi primera vez fuese de ese modo...
"Alana... Hola..." Dijo mi amiga al ver que me perdí en mis pensamientos y no respondí.
"Yo... Sí. Si paso..." Dije y el rostro de mi amiga se distorsionó por un segundo. Y luego volvió a la normalidad. Encontré ese gesto un tanto... Extraño en ella.
Vi que en sus ojos había seriedad... Y abrió sus labios para decir algo cuando alguien me jaló del brazo y unos labios presionaron los míos con torpeza.
"Ian.." Dije empujandolo. Odiaba cuando hacía ese tipo de cosas.
"Qué... No puedo besar a mi novia acaso..." Dijo él aprisionandome posesivamente en sus brazos.
"No de ese modo." Dije con molestia. Al gritarme mi amiga ya se había ido... Algo estaba pasando... Lo sabía y lo presentía...
"Vamos preciosa... Si no, llegaremos tarde." Dijo Ian tomando mi mano comenzando a jalarme, lo que me molestó aún más.
Las clases habían sido eternas a mi parecer... El día fue extraño entre Liz e Ian... Ella parecía molesta por algún motivo...
"Cuanto falta para irnos." Dije ya apoyada toda desordenada en la mesa por el cansancio y aburrimiento.
"Ahora." Dijo Liz y el timbre se escuchó con fuerza. Y en ese mismo momento. Mi teléfono sonó con fuerza.
Contesté y escuche la voz de mi madre la cual parecía muy nerviosa... Trate de calmarla pero ella parecía no reaccionar...
"Mamá que sucede..." Dije ya comenzando a desesperarme por sus nervios.
"Debemos... Debemos hacer un viaje." Dijo mi madre y no lo encontré tan terrible. Siempre viajaban. "Todos juntos, ya hablamos en tu colegio." Dijo ella y sentí como si me lanzarán un balde de Agua.
"Y yo porqué..." Dije con seriedad. Yo nunca iba a sus viajes porque según eran privados... Y ahora debía viajar... Siempre que decían cosas similares terminábamos peleando porque yo quería ir y según ellos no podía... Y ahora que asumí eso me cambian todo...
"Sal, estamos afuera." Dijo ella y me molesté aún más.
"Todo bien..." Preguntó Liz con nerviosismo.
"Sí... Lo siento, no podré estar en tu cumpleaños. Pero te lo compensaré, lo prometo."
"Porque no iras... Pasó algo" Pregunto
"Debo viajar con mis padres." Respondí sin ánimos.
"Entiendo... Pero tú igual irás. No Ian... Es decir además de por ti en representación de Alana." Dijo Liz e Ian puso los ojos en blanco y la ignoró.
"Paso algo malo...no te ves..."
"No estoy de ánimos. Cuida a Alana en mi ausencia y ve a su cumpleaños, no la dejes sola." Dije y salí de la sala.
Baje las escaleras con seriedad y al llegar al último escalón vi a mis padres esperándome en la entrada... Algo no andaba bien, no me agradaba para nada esa actitud.
Ellos siempre fueron relajados... Exceptuando cuando insistían en que no dijera nuestro secreto...
Pero ya era bastante extraño que tuviese que viajar con ellos... Además agregarle el hecho que estuvieran en la entrada esperando... Lo hacía aún más extraño.
Salí y ellos me sonrieron nerviosos, caminamos por unos minutos como si nada, hasta que entramos al bosque.
"Bien, me van a decir que sucede..."
"Cambiate de ropa, el auto está cerca." Dijo mi padre.
"Me dirán o no... Estamos solos aquí... Nadie nos va a oír..."
"En el auto cariño." Dijo mi madre y molesta chasquee mis dedos y me cambié de ropa. Seguimos el camino viejo y llegamos al auto.
Una vez adentro mis padres se veían aún más nerviosos... Que podría ser lo que sucedió que los tenía de ese modo... Acaso sabrían lo de Ian...
No. De saberlo no estarían así... Se habría armado el infierno.
"Alana..." Dijo mi madre sacándome de mis pensamientos.
"Que sucede." Dije con serenidad.
"Cariño... Hace al menos 18 años... Con tu padre..."
"No me digan que tengo hermanos..." Dije con preocupación.
"Puedes tomartelo enserio Alana." Dijo mi padre con molestia... Sabía de sobra que ellos no podían tener hijos... Y que yo era en realidad su sobrina que adoptaron como hija cuando mi madre falleció... Pero para alivianarles ese pesar siempre tomamos ese tema como un juego sin importar la situación... Que mi padre reaccionara de ese modo implicaba algo malo...
"Cariño, hace 17 años aproximadamente...tus padres... Hicieron un pacto. Uno que pensamos se rompió cuando fallecieron en ese accidente..." Dijo mi madre.
"Que pacto..."
"Tu abuelo tenía amistades con diversas especies, tu sabes eso... Resulta... Que tu abuelo quería una alianza... Con una especie en específico y ofreció a tu madre en matrimonio, pero ella al negarse... Confesó que ya tenía una pareja... Y que estaba embarazada."
"Como te imaginarás tu abuelo enfureció demasiado, quería matar a mi hermana... Y si no hubiese intervenido..."
"Bueno, el acuerdo se canceló pero tu abuelo quería a toda costa esa unión entre especies... Y decidió... Que tú..."
Estaba entendiendo hacia dónde iba todo eso y antes de que diesen algo me negué por completo.
"No. No lo haré... No lo conozco y además yo tengo novio... Porque..."
"Hija, debemos cumplir... Es una alianza entre dos especies que nunca se han llevado y ahora..."
"¿Qué?" Dije al darme cuenta de que especie hablaban. "Es una broma verdad... Por ellos mis padres murieron... Y ahora quieren que me amarre a esos asquerosos chupa sangres..." Grité con furia.
Hacia años... Hablaron de una rebelión... La cual estaba creando una inestabilidad muy grande. Mis padres al ser los más fuertes intentaron crear un hechizo de estabilidad... Pero ese hechizo pedía sacrificios... Ellos murieron y dos de esa otra especie... Los líderes de esa rebelión también...
"Lo siento cariño, pensamos que lo habían olvidado que ya no era necesario... Pero tu abuelo antes de morir... Les envío un mensaje... Y ellos solicitaron una reunión... Para comenzar a organizar la boda..."
Dijo boda... Yo... No... No podía yo no...
"Necesitamos que por favor lo hagas... Puedes hablar con él... Y llegar a un acuerdo... Según lo estipulado un matrimonio después de 4 meses puede ser anulado... Si ambas partes presentan su queja... Sólo sería por cuatro meses..." Dijo mi madre suplicante... 4 Meses...y que haría en 4 meses...
"Cariño, nosotros tampoco queremos esta unión... Pero no podemos romper nuevamente el pacto, en verdad habría una gran catástrofe." Dijo mi padre mirándome por el espejo retrovisor...
Lo sabía él si hubiese podido no lo habría permitido, pero ahora tendría que asumirlo y no tenía otra opción más que aceptar.
Miré por la ventana... Podía sentir una gran cantidad de poder... Estábamos llegando.
Mera, una chica común y corriente pierde a sus padres en un extraño accidente. Al quedar sola con su hermano gemelo, son enviados con sus abuelos hasta que tengan la mayoría de edad. Pero en el pueblo las cosas no son como siempre creyeron, y ellos tampoco son quienes creían ser.
Lucia Meller es mi vida, me enseño amar, me enseñó a adorarla, me mostró el mundo de forma diferente, le di todo lo que la vida me ofrecía, y se ha ido; se llevó mi vida, mi amor, dejándome el corazón y el alma hecha pedazos. Ahora me duele respirar, me duele amar, me duele la vida. La quiero, jamás podré volver amar a alguien como la ame a ella; la quiero de vuelta, la quiero conmigo, a mi lado donde pertenece; pero por más que la busco no la encuentro, es como si la vida me la hubiera arrebatado y eso me duele, ella me enseñó que se puede matar a un hombre, aunque se conserve la vida, sin embargo, me canse, no puedo llorar por alguien que no me quiere amar y aunque duele, hoy después de casi dos años le digo adiós a mi sirena; después de todo soy Gabriel Ziegermman. Un año desde que me aparte de Gabriel y mi vida dio un giro de ciento ochenta grados, amar a ese hombre es lo mejor que me ha pasado en la vida, a él le debo el hecho que hoy esté viva y tener a mi lado a mi mayor tesoro, él me enseñó que lo que se desea con el alma se obtiene, pero también me enseñó que amar duele, que su amor duele, a él le debo el dolor más grande, porque dejo de amarme, no fui suficiente para él, me enseñó que su madre, su exnovia y su destino no están conmigo, y aun así lo quiero de vuelta, sé que sus prioridades cambiaron; yo solo pedía una verdad sin embargo él prefirió engañarme y dejarme.Lo quiero olvidar y lo quiero conmigo, aunque no se lo merezca, pero como hago si amar ese hombre es mi arte. Ahora estoy de vuelta y lo único que quiero es tenerlo a kilómetros de distancia, porque me enseñó que yo también tengo derecho a cambiar mis prioridades. Novela registrada N ISBN 978-958-49-7259-0 Está prohibida su adaptación o distribución sin autorización de su autor. Todos los derechos reservados all rights reserved
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