/0/4906/coverbig.jpg?v=5f07ec4c2e563fce43c4f6c303abfa79)
Hugo Gallego no es tan complicado cómo parece, teniendo 19 años se la pasa igual que todos los chibolos: jugar una pichanga, salir a comer y hacer chistes porque es el amigo gracioso. Claro, tiene unos que otros complejos que le hacen doler la panza: Está gordito, se viste fatalisimo, no estudia, y para colmo, le gustan los hombres. Pero nada qué se pueda resolver con un poquito de palabras de aliento, vídeos de Tiktok, una familia que está hasta las patas y amigos que no le saben comprender. Ah, y también Samuel Villanueva, al adulto de veintiocho que le gusta muchísimo. ¡No hay nada más divertido que una historia de adolescentes cayéndose en pedacitos mientras hacen chistesitos!
Tweet de @emohugo0: Abro hilo de cómo me confieso a mí amor platónico.
-Samuel, ¿podemos hablar un ratito?
Vamos, dime que no. Que estás ocupado, que te vas a ir a seguir tomando con tus amigotes. ¡Me estoy cagando de los nervios! En un buen tiempo, cómo me gustaba sentirme así, todo ansioso y cojudo, ahora, quiero ir a echarme una escondida y salir cuándo ya te vayas. ¿No te diste cuenta de la tremenda cara de baboso que tengo ahorita que te he llamado?
Estoy tan enamorado de ti, no hagas que te lo diga.
-Sí, dale, Hugo, ¿Qué pasó?
No digas así mi nombre, atrevido. Si me llamas así de sencillo harás que me salte el corazón y se me vuelva la cara roja. ¡Vas a creer que tengo fiebre! Y no te voy a decir que es solo porque me has hablado. Siento que te voy a dar un espantoso susto.
¡Dios, tú que todo lo puedes, ayúdame!
-Bueno, ¿Cómo te la estás pasando?
Me sonríes así de repente y puedo verte ese lindísimo hoyuelo. Eres un descarado, sabes que estás guapísimo y te atreves a enseñarme esa bonita cosilla tuya.
Vamos, Hugo, respira bien y ponte derecho.
-Demasiado bien cómo para ser alguien que no le gusta tanto las reuniones grandes.
Me respondes.
-Ay, voy a matar a Miguel, yo le dije que nomás invitara a algunos y se apresuró a invitar un huevo de gente.
¿Dónde está Miguel? Estoy asadísimo qué en cuánto lo vea le voy a dar una gritada. ¡Es la fiesta de su amigo, no la suya! Le dije que sólo íbamos a ser poquitos, para que se sienta cómodo y bacán.
¡Ah! Ya te vi, estás con Tomás, y te ves bien sonriente. Espera nomás a que llegue, imbécil.
-Ya conoces a Miguel, siempre es de construir fiestas bien grandes.
Me sigues hablando.
-Sí, pero esta es la tuya, que no joda.
-Tranquilo, guapetón, no es para tanto.
A veces olvido que viviste un tiempazo en España y qué todas tus palabras son de por allá, y te odio por eso. Te odio mucho, porque se te ha pegado esas ganas de llamarme así.
No soy Hugo para ti, soy guapetón. ¡Y te atreves a decirlo así nomás! Me vas a dar algo, Samuel, y te voy a culpar por eso.
-Entonces, ¿Qué es lo que quieres decirme?
Qué te quiero. Qué me gustas. Qué estoy enamorado de ti. ¿Cómo te lo digo? Sabes que no soy un chico que dice bonitas palabras, es más, las palabras se me dan del asco.
¿En serio no lo notas? Vamos, mírame bien, me brillan los ojos y hasta me he puesto ropa para conquistarte. Hombre, se nota que contigo hago de todo.
-Verás, hay algo que siempre quise decirte.
¡Bien, Hugo! Ya dijiste un 0.01% de lo que debes decir. Estoy tan orgulloso de ti.
-Bien, ¿y de qué se trata?
-Ay Dios, es que no sé cómo decir esto.
-¿Es algo bueno o malo?
Qué buena pregunta, permíteme decir que yo creo que es algo malo. Porque, verás, somos bien diferentes. Tú tienes tus veintiocho y a mí nomás me faltan unos dos meses para llegar a los veinte. Aparte, tú tienes trabajo, carrera, una casa y un perro. Yo vivo con mi papá y ni siquiera estoy estudiando, todavía ni sé lo que ando queriendo concretar cuándo me vuelva un viejo.
Somos tan distintos, tú tienes todo y yo ni sé que puedo darte. ¿Aceptarías los sentimientos de un chico gracioso? Prometo hacerte reír todos los días sin cobro extra.
-Es que no sé cómo te lo vas a tomar.
De repente, te me acercas más. Pareces tan curioso de lo que te tengo que decir, y mira, estoy inquieto, de verdad que sí, siento que me tiemblan hasta los órganos.
¡Es que estás muy cerca! No me dejan pensar tus ojitos de avellana.
-¡Vamos! Dilo sin miedo, ¿quieres un poco de trago para que bajes tus nervios?
No, gracias, que cuando le doy un sorbo al alcohol ya no me para nadie.
-No, ahí nomás, ya lo diré, sí, te lo voy a decir.
-Vale, te escucho.
Madre santa, ¿y si yo no le gusto? ¿Y si me dice que no es gay? ¡Ay, que me mato! Porque estoy seguro de que a este hombre le gustan también los chicos. Sí. Muy seguro. ¡Sí me he fijado bien!
Se nota que Samuel es de las personas que andan probando de todo, aparte ya le vi esa manía de ser un tremendo coqueto con sus amigos y con sus amigas. ¿Por qué conmigo no? Adelante Samuel, sin miedo, también abrázame y hazme la broma de que me quieres chapar.
¡Soy el primero es darte un buen beso, digno de un gil!
-Cuándo te quedas callado me haces pensar que realmente es algo malo, ¿quieres hablar de eso en alguna otra parte? Podemos subir a la habitación de tu hermano para más privacidad.
¿Y estar solitos? No. Bueno, sí
No, mejor no. Me va a dar ansiedad.
-Bueno, de la nada me estaba preguntando si tú ya tienes enamorada.
Dios, qué pendejo eres Hugo, ¿estás que metes floro?
-Osea, cómo veo que hay muchas mujeres pues pensé que una de ellas era tu flaca y no la quieres presentar, cómo eres bien rochoso y eso, pues, ¿tienes o no?
¿Te estás riendo? Oye, no seas grosero, que me ha costado hablarte, tú nomás responde. ¡Qué roche!
-¿Por qué tanta curiosidad?
Si te ando preguntando por si tienes un ligue es por algo, ¿no? Pucha, eres igual de lenteja que mi hermano, por algo son amigazos. Aparte, ¡ya no te sigas riendo!, ¿sí? Es que tu risa se escucha tan bien, y la verdad es que mi corazón realmente está intranquilo. Cuando te ríes, me siento tan feliz.
¡Dios, qué te quiero mucho, Samuel!
-Ah pues, curiosidad.
-¿Y así de repente?
-Bueno, hombre, yo solo me estoy preocupando, soy tu amigo y mi deber es chequear si hay alguien por ahí camufladita.
Sé que intentas comprenderme, calmado Samuel, ya vas a entender, cambia esa graciosa carita tuya, sube tus cejas y deja que te explico cuándo me hayas dado la respuesta.
-No tengo enamorada, guapetón.
Ay, Diosito, dijiste que no. ¡Putamare, dijiste que no! ¿Qué tenía que hacer? ¡Cierto! Las palabras, las palabras. Vamos Hugo, ponte derecho y dile todo lo que estuviste guardando, despacio y bonito.
-Pero estoy conociendo a alguien últimamente.
Puedes repertirlo, ¿porfavor? Es que no te escuché bien.
No, mejor no, es más, ya no me respondas a nadita. Es que no puede ser cierto, ¿sabes? ¿No me estás jugando una bromita? Porque a ti te gusta mucho hacer esas vainas. Anda, dime que esta vez también es un jueguito para fastidiarme.
Porque me duele como mierda el corazón.
-¿En serio?
Ya no quiero seguir hablando. ¿Dónde está Tomás? Amigo, te invité a la fiesta para que andes mirándome y te fijes en mis señales, no para que estés conversando con mi hermano. ¡Deja a Miguel y ven por mí!
Sácame, porfavor, que voy a llorar.
-Todavía no es nada serio, simplemente estamos saliendo, pero la chica es interesante y bastante divertida, nos llevamos demasiado bien.
Suenas muy heterosexual, ¿me habré equivocado contigo? Dios, qué salado me siento.
-¡Ah! ¿Eso significa que porfin el galán de Samuel Villanueva tendrá su parejita?
Finge que no te duele. Finge y sonriele, Hugo, a ti se te da bien hacer eso.
-Ya te dije que nos estamos conociendo, todavía no te puedo decir exactamente en qué vamos a terminar.
-Pero de seguro hay algo de ella que te guste.
-Bueno, sí, hay algunas cosas que me agradan de ella.
-Listo, te gusta.
Te ríes de nuevo. Te divierte mucho lo que digo, ¿verdad? Bueno, se siente bien servirte para algo.
-¿Y qué hay de ti, Hugo? ¿Alguna chica por allí que te llame la atención?
Solo un hombre de veintiocho que es periodista y que tiene tu nombre.
-Nah, que paja eso, eso de gastar dinero y hacer cartelitos no es lo mío.
Pero por ti, yo encantado.
-Pronto vas a ver que te llegará alguien y vas a cambiar de opinión, además, eres todo lo que una persona quiere, Hugo.
Pero para ti, no lo puedo ser.
Hombre, nunca me he escuchado así de tristón. Qué horrible esto, de verdad que nunca más me atrevo a hacerme el valiente.
-Espero y tengas razón, Samuel.
-Vas a ver que va a ser así, y cuándo ese día llegue espero ser el primero en enterarme para ver lo feliz que eres, bueno, aunque sea uno de los primeros.
Levantas tu mano para que me puedas acariciar rápido el cabello. Me gusta. Me gusta cuándo me muestras un poco de cariño. Me gusta mucho tu manera de decirme que me quieres.
Oh, Samuel, realmente te quiero. Al inicio fue tan difícil aceptar que me andabas gustando, porque yo nomás me fijaba en las chicas. No te miento, me estaba cagando de miedo cuándo me vi pensando en ti, pero te acepté y me acepté. Y me haces feliz.
Déjame hacerte feliz aunque sea por dos horitas, no te pido mucho.
-¿Eso es lo que me querías decir?
No, pero ya no te lo puedo decir. Creo que ya ni tengo que pensar en hacerlo de nuevo.
-Mucho drama para eso, ¿verdad?
-Solo un poco.
Bajas tu mano y me quedo esperando por un poquito más, todavía me duele el corazón. Samuel, sigue llenándome de caricias hasta que te deje de querer, porfavor.
-Entonces me llamas para otro drama, ¿va? Disfruta la fiesta.
Te despides de mí con una sonrisita y te veo andar hacia un grupito que no para de hablar. Con ellos te veo tan contento y tan animado. Te unes bien fácil a la conversación y los haces reír al toque.
Ya me di cuenta de que realmente somos tan diferentes.
-¿Y? ¿Qué pasó?
Tom, gracias por acercarte, ahora dame un abrazo y sácame de aquí que tengo el corazón agonizando.
-Pues quiero llorar.
Me estoy dando la vuelta para que me mires los ojos, no te estoy mintiendo.
-¿Te rechazó?
-No le dije nada, Tomás, él ya está saliendo con alguien.
-Ay, no puede ser, y tú que estabas tan seguro en confesarte.
-Sí, bueno, se intentó, ánimo que la vida sigue.
Te estoy sonriendo, Tom, para que no te preocupes porque sé que no vas a parar de hacerme preguntas. Sólo déjame darle un llanto al hombre y ya verás que me recupero rápido.
Tweet de @emohugo0: Cierro hilo jajaja no hice nada
(Las redes sociales mostradas en los capítulos existen, los lectores son capaces de dialogar con ellos para que la trama y la sensación de la historia sea disfrutable)
Valentina, una mujer hermosa y exitosa, tiene un encuentro amoroso con un hombre misterioso en una noche de pasión y romance. Sin embargo, al amanecer, el hombre desaparece sin dejar rastro, y Valentina se queda con más preguntas que respuestas. Un mes después, Valentina recibe la noticia que cambia su vida para siempre: está embarazada. Sintiéndose avergonzada y confundida, Valentina decide viajar a otra ciudad para empezar de nuevo y evitar el escándalo. Años después, Valentina regresa a la capital para pasar las Navidades con su abuela. Mientras explora la ciudad, se encuentra con la boutique más famosa de la ciudad, propiedad de la esposa de un poderoso magnate. Al entrar en la tienda, Valentina se sorprende al ver la reacción de la señora al ver a su hijo. Martina se queda atónita al ver el parecido entre el niño y su esposo, el magnate Gabriel. Furiosa y celosa, decide enfrentar a su esposo y exigirle una explicación. Gabriel, sin embargo, sigue declarándose inocente y fiel a su esposa. Los hijos de la pareja, Benjamín y Jazmín, tratan de calmar la situación y pedir una explicación a su padre. Sin embargo, Gabriel sigue negando cualquier relación con Valentina o su hijo. Mientras tanto, Valentina se siente confundida y asustada por la reacción de Martina. Aún así, continúa con su vida. Pero todo se complica cuando frente a ella aparece toda la familia Milano, reclamando y acusándola como la amante de Gabriel. Furiosa decide revelar el único recuerdo que tiene de aquel hombre con el cual se acostó y producto de eso nació su hermoso hijo, Valerio. ¿Qué pasó realmente aquella noche? ¿Es Gabriel el padre de su hijo? La verdad es más complicada de lo que parece, y Valentina deberá enfrentar sus miedos y dudas para descubrirla.
Madisyn se quedó de piedra al descubrir que no era hija biológica de sus padres. Luego la verdadera hija de esa familia le tendió una trampa, haciendo que la echaran de casa y se convirtiera en el hazmerreír de todos. Creyendo que era hija de campesinos, Madisyn se sorprendió al descubrir que su verdadero padre era el hombre más rico de la ciudad y que sus hermanos eran figuras de renombre en sus respectivos campos. Todos la colmaron de amor, solo para enterarse de que Madisyn tenía un próspero negocio propio. "¡Deja de molestarme!", dijo su exnovio. "Mi corazón solo pertenece a Jenna". "¿Quién te crees que eres? ¿Mi mujer siente algo por ti?", reclamó un misterioso magnate.
Acusada de asesinato, la madre de Sylvia Todd fue considerada una traidora por toda la manada, condenando a Sylvia a vivir el resto de su vida sola y humillada como una humilde esclava. Lo único que quería la chica era demostrar la inocencia de su madre de alguna manera, pero el destino nunca parecía estar de su lado. A pesar de todo, Sylvia nunca perdió la esperanza. Como el futuro rey licántropo de todos los hombres lobo, Rufus Duncan poseía un gran poder y estatus, pero tenía una inexplicable reputación de ser cruel, sanguinario y despiadado. Sin que todo el mundo lo supiera, había sido maldecido hacía mucho tiempo y se veía obligado a transformarse en un monstruo asesino cada luna llena. Aunque el destino no siempre favorecía a los dos, unió a Sylvia y Rufus como pareja predestinada. ¿Se hará justicia para la madre de Sylvia? ¿Podrán ella y Rufus desafiar todas las normas sociales y permanecer juntos? ¿Tendrán estas dos almas desafortunadas un final feliz?
Durante sus tres años de matrimonio con Colton, Allison ocultó su verdadera identidad y se esforzó de todo corazón para apoyarlo. Sin embargo, fue traicionada y abandonada por su esposo infiel. Desanimada, ella se propuso redescubrir su verdadero yo: una perfumista de talento, el cerebro de una famosa agencia de inteligencia y la heredera de una red secreta de hackers. Al darse cuenta de sus errores, Colton expresó su arrepentimiento: "Sé que metí la pata. Por favor, dame otra oportunidad". Sin embargo, Kellan, un magnate que se suponía que era discapacitado, se levantó de su silla de ruedas, tomó la mano de Allison y se burló desdeñosamente: "¿Quieres que te acepte de nuevo? Sigue soñando".
Ella era su propia persona y sabía exactamente lo que quería. Era dueño de todo el maldito asunto y pensó que podía hacer cualquier cosa. Ella tenía algo que él quería pero no sabía. Él tenía lo que ella siempre había soñado, pero no tenía idea de cómo lograrlo. Ella mintió por amor. No perdonó a nadie. Lo odió desde la primera vez que lo vio. Trató de destruirla de todas las formas posibles. Bárbara Novaes nunca imaginó que su apacible vida daría un vuelco de un momento a otro, cuando una petición en su lecho de muerte haría que su principal objetivo fuera entrar en la vida del CEO más conocido del país. Heitor Casanova nunca ha visto a una mujer tan persecutoria e insistente como Bárbara. Pero no se le pasó por la cabeza que no quería lo mismo que todos los demás: "él". El vínculo que los unía los obligaría a vivir bajo el mismo techo, con un único objetivo común: proteger lo que más amaban. ¿Es posible que la ira mutua se convierta en amor? ¿Admitirían los nuevos sentimientos que estaban surgiendo y que no eran capaces de aceptar? Y superarían juntos todos los obstáculos que se crearían para evitar que esta relación sucediera??? Mis primeros enemigos de amantes y CEO juntos!!! que va a hacer??? No sé. Quieres averiguarlo conmigo???
Isabella Sinclair lleva el apellido de la segunda familia más rica y prestigiosa del país, pero solo eso. Su padre, fue desterrado de la prominente familia, por contraer matrimonio con su madre, una mujer de procedencia humilde. Razón por la cual, Isabella nunca ha tenido ningún contacto con la familia de su padre. Con apenas 22 años, Isabella se ha quedado sola y desamparada, viviendo en la calle, pues sus padres han muerto y el banco le ha quitado todo, debido a las deudas acumuladas. Todo el mundo de Isabella se ha desmoronado, cuando algo increíble sucede. Ella recibe una carta de parte de la familia de su padre, los adinerados Sinclair, invitándola a una singular reunión familiar, la cual se efectuará en un crucero de dos semanas. Al no tener un techo en el cual vivir, Isabella decide ir sin saber el giro que dará su vida durante este corto viaje, ¿Conocer a los Sinclair, significará su salvación o su perdición?