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En un viaje entre amigos un accidente se hace presente y uno de estos se sacrifica por salvar a su mejor amigo del cual a estado enamorado secretamente.
-Vicent ¿crees que podamos conseguir chicas lindas en la playa? .
-No digas tonterias Vicent tiene novia no lo metas en tus cosas Julio.
Dijo Ricardo mientras miraba a sus amigos que estaban en los asientos traseros del auto mientras este se sentaba de copiloto de Vicent.
-Dejalos Ricardo de todas formas vamos a divertirnos.
Respondió Vicent mientras apagaba du movil para que su novia no los molestara, fue entonces que de pronto un fuerte ruido se escucho desde la montaña a su lado y se vieron piedras cayendo de esta, los automóviles que venian cerca del coche de los jovenes se chocaron entre si empujando el auto de los amigos frente a frente a la barrera de contencion pero Ricardo viendo que Vicent venia sin cinturon de seguridad se lanzó sobre este para reducir el impacto del choque.
-¡¡¡Vicent!!!
Vicent no pudo hacer nada viendo a su gran amigo colocarse sobre el mientras sentia el impacto del choque fuertemente, al abrir los ojos Vicent se encontro con el cuerpo de su amigo inerte sin signos vitales sobre el, mientras que este estaba sin ninguna herida de gravedad.
-¿Ricardo? No, Ricardo despierta, ¡Despierta!
Grito Vicent mientras sentia la sangre de su amigo fluir por sus manos, abdomen y piernas.
***dos meses después al otro lado de la ciudad***
-¿Eh? Auch duele.
-¡Hijo, hijo por dios nos diste un gran susto!
-¿Que?
Se pregunto el joven sobre la camilla el cual sentia su cuerpo débil y adolorido "Claro, tuve un accidente mientras viajaba con Vicent y los demás aparte protegi a Vicent con mi cuerpo es lógico estar adolorido" se dijo este mientras miraba a la mujer frente a el, pero algo no concordaba, esa mujer lo llamaba hijo y era una completa desconocida para el.
-Hijo te desmayaste durante el ensayo, no tienes lo preocupada que estaba cuando me llamo tu manager.
-¿Que?
-Señora deje que su hijo se reincorpore primero, puede que se sienta cansado y confundido despues de desmayarse y estar inconsciente por tantos días.
El medico miro a la señora y esta asintió en silencio.
-Bueno doctor salgamos entonces, Seya te vere mas tarde hijito.
Dijo la mujer refiriéndose al joven como Seya "¿Que? ¿Como acaba de decirme esa mujer? Yo me llamo Ricardo ¿Porque me ha llamado Seya?" se pregunto este mientras se sentaba en la cama viendo su reflejo frente a él en el espejo en la pared, Seya se levanto rápidamente y se miro en el espejo viendo un cabello rojizo, piel blanca y ojos azules, era una apariencia extremadamente diferente a la de él, "Este no soy yo, ¿que paso?" se pregunto sintiendo rápidamente como si la respuesta llegara a su cabeza de golpe respondiendo todas sus preguntas "Yo morí igual que el dueño de este cuerpo pero... Pero pude quedarme en este mundo al poseer este, este cuerpo" la respuesta estaba en su cabeza sin siquiera haberla escuchado de alguien mas pero aun así estaba claro para el, fue entonces que busco algun movil y encontrando uno reviso las noticias, alli se hablaba del accidente nombrandolo a él como una de las victimas del accidente, luego de esto Vicent viajo fuera del país para terminar sus estudios ya que estaba en una gran depresión.
Melody se quedó en silencio y luego dando un gran suspiro se paró en seco en medio de la vereda y corto la llamada “Ya es suficiente no aguantare esto” pensó mientras apagaba el móvil para no tener que seguir aguantando a Francisco, fue entonces que al llegar a la plaza cercana y sentarse en esta pudo escuchar un ruido a su lado, Melody observo con cuidado encontrándose con un hombre en traje sentado en el suelo sobre el césped, este tenía su cabeza agachada por lo que Melody no podía ver claramente su rostro, fue por esto que ella preocupada se acercó aún más y hablo con cuidado. -Eh… joven ¿se encuentra bien? ¿Necesita que le llame un taxi? Pregunto Melody preocupada escuchando al hombre maldecir en voz baja, fue entonces que este levanto la mirada y miro a Melody directamente a la cara dejando ver hermosos ojos verdes bajo unas largas y negras pestañas, piel blanca y labios carnosos los cuales provocaban una increíbles ganas de morderlos “Contrólate Melody es un completo desconocido” se dijo a si mismo Melody mientras observaba aturdida al hombre frente a ella, este al verla pareció sorprendido por un minuto y luego sonrió gentilmente antes de hablar.
¡A la horca! Esas palabras resonaron en toda la sala. Adela cayo sobre sus rodillas al escuchar aquella condena tan injusta que se le había impuesto, “yo no lo hice” se repitió en su cabeza. Despues de descubrir quien habia hecho tan miserable a su familia y la habia inculpado fue directo a la horca mirando el rostro satisfecho de su enemiga. Es demasiado calido, Adela abrio los ojos y se encontro con cuatro paredes que ella conocia muy bien. -Esta vez salvare a mi familia.
-Ugh…ahhh. ¿Qué? ¿Ra…Rafael hijo? ¿Hijo estas bien? Ugh. -Los hemos encontrado, trae el equipo vamos a sacar a la conductora. -¿Qué… Ugh quién? ¿Rafael amor…Hijo? -¡Señora! ¡Señora ¿me escucha?!¡No cierre los ojos, mi equipo viene en camino la sacaremos del vehículo de inmediato pero no se mueva, trate de quedarse lo más quieta posible hasta que podamos sacarla! ¡Estamos al borde del barranco así que evite hacer muchos movimientos! La mujer observo a un bombero mirarla por la ventana del vehículo mientras este abría cuidadosamente la puerta para sacar a la mujer del interior del auto. -No…no por favor mi hijo, saquen a mi hijo primero. -¿Hijo? Espere. El bombero colgándose por unas cuerdas para mantenerse en pie y no caer por el barranco observo los asientos traseros del vehículo, quedándose completamente en silencio.
Helen Fonseca, es una chiquilla tierna, dulce e inocente. Tras la enfermedad de su madre se verá obligada a casarse con el CEO de una empresa. Un hombre despiadado, arrogante y mucho mayor que ella, que, además está atado a una silla de ruedas. Podrá Helen cambiar el corazón de ese hombre? ¿O un matrimonio por contrato no permitirá que lleguen a amarse?
Yo solía ser una campesina que residía en una vieja cabaña en Bristol, antes de que aquel hombre me llevara consigo para convertirme en su esposa. No entendía por qué me había elegido, una simple campesina sin conocimientos de lectura o escritura, pero me sentía afortunada, aunque mi mayor error fue confiar en él debido a mi ignorancia, incluso llegué a enamorarme de Benjamín Worsley, lo cual resultó ser mi sentencia de muerte, literalmente. Lo más extraño de todo fue que después de la boda, ese cariño que él me demostraba desapareció. El verdadero Benjamín mostró su lado más frío, ni siquiera me tocó en nuestra primera noche juntos, ni en las siguientes. Poco después, comenzó mi verdadero tormento. Benjamín trajo a una mujer al castillo Worsley, y supe por las sirvientas, que me odiaban, que era su ex prometida. Para empeorar las cosas, ella afirmaba estar embarazada de él, y Benjamín no lo negó. Viví bajo el mismo techo que su amante, pero a diferencia de ella, yo no tenía libertad. El castillo era como una prisión, y casarme con ese monstruo resultó ser un infierno. Cosas extrañas empezaron a suceder; mi esposo y su familia eran personas extrañas, y nunca debí haber descubierto el secreto que guardaba esa familia, ni por qué se casó conmigo en primer lugar. El propósito era espeluznante, al igual que él. Sobre todo: NUNCA DEBÍ CASARME CON EL MONSTRUO.
Durante siete años, Jillian estaba enamorada de Bryan con pasión inquebrantable, pero él permaneció distante, con sus emociones herméticamente selladas. Descorazonada, ella se marchó al extranjero tras graduarse de la universidad. Tres años después, Jillian, ahora una abogada de éxito, se sentó provocativamente en el regazo del hombre. Con una sonrisa juguetona, le espetó: "¿Qué te pasa, Bryan? ¿Eres impotente?". Bryan ya no podía contenerse. Con un rápido movimiento, la tomó en brazos y la arrojó sobre la cama. A la mañana siguiente, cuando él se despertó, Jillian esbozó una sonrisa traviesa. "Solo es una aventura, ¿de acuerdo?".
Se suponía que mi matrimonio con Mathias me haría la mujer más feliz del mundo. Aunque sabía que él no me amaba, pensé que se enamoraría de mí una vez que lo colmara de amor. Ya pasaron cinco años y Mathias me trataba como a una cualquiera. Para colmo, conoció a su verdadero amor y cortó todos los lazos conmigo por culpa de ella. Él la presentó a todo el mundo; algo que nunca hizo por mí. Su infidelidad me llevó a la depresión. Me sentía totalmente destrozada. Tristemente, incluso en mi lecho de muerte, mi supuesto marido nunca apareció. Cuando volví a abrir los ojos, sabía que el destino me había dado una segunda oportunidad. Yo todavía era la esposa de Mathias y pasamos dos meses antes de que conociera a su verdadero amor. En esta vida, me negué a que él volviera a lastimarme. Consciente del gran error de mi antigua yo, le pedí el divorcio. Mathias rompió los papeles del divorcio una y otra vez y al mismo tiempo me encerró. "¡Rylie, deja de hacer estupideces! ¡Hacerte la difícil no me funciona!". Para demostrarle que hablaba muy en serio, seguí adelante y solicité a la justicia. Finalmente entró en pánico. Abandonó a la "mujer de sus sueños" y se arrastró a mi lado. "Por favor, dame una segunda oportunidad, Rylie. Te prometo amarte con todo mi corazón. Serás la única mujer en mi corazón de ahora en adelante. No me dejes, ¿de acuerdo?". Una guerra estalló en mi mente. Por un lado, no quería que me hicieran daño otra vez. Pero, por otro lado, no quería dejar ir al hombre que amaba tanto. ¡¿Qué debo hacer?!
En su borrachera, Miranda se acercó audazmente a Leland, sólo para encontrarse con su mirada fría. La inmovilizó contra la pared y le advirtió: "No me provoques. Dudo que puedas soportarlo". Poco después, su compromiso se canceló, dejándola en la indigencia. Sin otras opciones, Miranda buscó refugio con Leland. Con el tiempo, asumió el papel de madrastra, cuidando a su hijo. Llegó a comprender que la decisión de Leland de casarse con ella no se debía solo a que ella era obediente y fácilmente controlada, sino también porque se parecía a alguien que él apreciaba. Ante la solicitud de divorcio de Miranda, Leland respondió con un abrazo desesperado y una súplica para que reconsiderara su decisión. Miranda, impasible, respondió con una sonrisa de complicidad, insinuando un cambio en su dinámica. El señor Adams, que siempre fue el controlador, ahora parecía ser el atrapado.
Rena se acostó con Waylen una noche cuando estaba borracha. Y como ella necesitaba su ayuda mientras él se sentía atraído por su belleza juvenil, lo que se suponía que sería una aventura de una noche se convirtió en algo más. Todo iba bien hasta que Rena descubrió que el corazón de Waylen pertenecía a otra mujer. Cuando esa mujer regresó, dejó de volver a casa, dejándola sola por muchas noches. Finalmente, un día, la pobre chica recibió un cheque y unas palabras de despedida. Para sorpresa de Waylen, Rena solo sonrió y dijo: "Fue divertido mientras estuvimos juntos, Waylen. Pero espero que no nos volvamos a ver nunca más. Que tengas una buena vida". Sin embargo, por voluntad del destino, los dos se volvieron a encontrar. Al ver que Rena tenía a otro hombre a su lado, los ojos de Waylen ardieron de celos y gritó: "¿Cómo diablos lograste seguir adelante? ¡Pensé que solo me amabas a mí!". "¡Es pasado!", Rena se burló, "hay demasiados hombres en este mundo, Waylen. Además, tú fuiste quien pidió la ruptura. Ahora, si quieres salir conmigo, tendrás que hacer cola". Al día siguiente, Rena recibió un anillo de diamantes y un mensaje del banco de que alguien había transferido miles de millones a su cuenta. Waylen apareció, se arrodilló frente a ella y dijo: "¿Puedo saltarme la fila, Rena? Todavía te quiero".