/0/4540/coverbig.jpg?v=2ddf0241614ab89939c5b4d12b33f096)
Daniel Braun y su esposa sufren un accidente de trafico, justo en ese viaje ella le había entregado el acta de divorcio, algo totalmente inesperado para él, esperaban a su segundo hijo. ¿ Qué llevó a su esposa a tomar esa decisión? ¿ Seguirá en pie el terminar con su matrimonio de siete años?
Samanta Braun recuperó la conciencia, se despertó asustada, había tenido una horrible pesadilla. Le llamó la atención el despertar en una cama de hospital y que su cuerpo doliera tanto.
- Me alegro que sólo fuera una pesadilla..- se dijo para sí, las mascarilla de oxígeno le molestaba así que se la quitó.
- Samanta, no te quites el oxígeno, acabas de volver.-
Le regaño la voz de un hombre que no reconoció, era un chico guapo.
- Soy Samanta York ¿ Usted... quién es y por qué llegué a este lugar?- definitivamente esa no era su casa.
- Soy Daniel Braun, ¿no me recuerdas?- el hombre le miraba confundido.
Ella achicó los ojos como buscando su imagen en la memoria, luego pareció recordarle.- Claro, eres el hijo de la Sra. Braun, con quien madre desea casarme.-
- ¿ Casarnos?- repitió no creyendo sus palabras.
- Pero no te preocupes, pedí verte en esa cafetería para que sepas que admiro el sacrificio que hiciste por tu novia, en verdad me gustaría conocer a alguien en el futuro que hiciera algo parecido por mí, no aceptaré casarnos, debes ir con esa chica a EEUU y acompañarla en su tratamiento, yo hablaré con nuestros padres y les explicaré todo.- le tomaba de las manos de forma cariñosa.
- Samanta...- su voz se extinguió por el pánico- ... ¿De qué hablas?-
- Gracias por acompañarme hasta aquí, aunque todavía no entiendo qué ocurrió conmigo..- se revisaba los brazos asombrada de todos los golpes y vías venosas en sus antebrazos.- ¿ Puedes ubicar a mi madre? Debe estar nerviosa, no fui directamente a casa como lo prometí...-
- "Ella no recuerda... ¿ Su memoria?"- podía ser una secuela del accidente, debía ir por el médico.- Llamaré a tu madre y hermana, también le avisaré al doctor Schneider que despertaste.-
- Sí por favor Sr. Braun, quiero negociar el alta con él, tengo muchas cosas que hacer, la empresa y hablar con tus padres sobre la cancelación del compromiso...-
- Claro... entiendo...- no estaba bromeando, era la forma en que se dirigía a él antes de casarse. – Iré enseguida...
- Es muy amable joven Braun.- le sonreía.
Jesse, la hermana menor de Samanta, entró de forma intempestiva y con los ojos llorosos corrió para abrazarla.-
- Hermana, ¡al fin despertaste! ¡ No sabes lo asustada que estaba!- decía hablando muy rápido.
Samara la separó para observarla, parecía confundida por algo.-
-¿ Qué ocurre Samy?-
- ¿ Desde cuándo mamá te deja usar maquillaje?-
- Me gusta usar maquillaje, soy mayor de edad puedo hacerlo sin su autorización.-
Samanta le tomaba con ambas manos la cara, acariciaba su cabello estudiando sus facciones.- Quizás dormí mucho... pero te veo cambiada...-
- ¿Para mal?-
- No, sólo es que la adolescencia te hizo cambiar mucho.-
- ¿Qué?- su hermana actuaba extraño
- Jesse, tu hermana despertó recién, acompáñame por el doctor.- le pidió su cuñado invitándola a salir.
Salió de la habitación petrificado, necesitaba informarle a su médico cuanto antes.
- ¿ Qué tiene mi hermana mayor?- le preguntó Jesse a su cuñado- ¿ Por qué me pediste salir?-
- Primero quiero que la examine su médico, hay algo raro en su comportamiento.
- Samanta, necesito que sigas la luz- El Dr. Schneider le examinó con una pequeña linterna y conversó con ella por unos 15 minutos a solas. Para ese entonces, Daniel ya le había avisado a su suegra del comportamiento extraño de su esposa al recuperar el conocimiento.
Jesse caminaba para un lado y para el otro nerviosa.
El doctor salió de la unidad y los invitó a una salita para conversar sin distractores.
- Sin duda alguna, la señora Braun tiene amnesia lacunar.-
- ¿ Qué es eso doctor?- preguntó la mamá de Samanta.
- Hay un período de tiempo de la vida de su hija que no recuerda.
- ¿ Eso será permanente?- preguntó afectada la progenitora.
- Debió afectarle algún evento reciente.- explicó el médico.
- Samanta me pidió el divorcio antes del accidente.- apretó el puño con dolor su esposo.
- Un divorcio es una etapa dolorosa para cualquier persona, se sumó el accidente y el parto adelantado, para enfrentarse al futuro, su cerebro decidió suprimir los eventos dolorosos de los últimos años.- les explicó el médico.
Daniel fue informado del divorcio justo antes del accidente, viajaban juntos a una reunión de negocios, todo lo que ocurrió después todavía le era difícil de superar.
- Nos separaremos.-Dijo la mujer sentada a su lado en el auto, el chofer y secretario del Sr. Braun trató de mantenerse concentrado en el camino, pero era algo inesperado, también lo era para su jefe.
- Samanta... no te entiendo...- Daniel dejó su tablet a un lado, creyó que bromeaba.
Su esposa sacó una carpeta de su maletín y se la entregó.- Cuando nazca nuestro bebé, dejaré la familia Braun y el cargo de vicepresidente de la compañía.
- ¿ Te volviste loca?-
- No, estoy cuerda, más que nunca.-
- Nuestros padres no lo permitirán.-
- Sabía que eso sería lo único que te preocuparía.- acariciaba su barriga de 8 meses, perdida en sus pensamientos sobre el futuro de ella y sus hijos.- Hablé con nuestras madres y no se opondrán, cumplimos con sus requerimientos, nos casamos, les dimos dos nietos, intentamos ser una pareja pero no resultó.- "Yo fui la única que lo intento en realidad... para él nunca fui tema"- parecía reprocharle eso con su silencio.
- Siento que sonara así, no es sólo por eso.-
- Cierto, ¿ Crees me quedaré con los niños? Olvídalo, ambos somos sus padres.-
- Lucas puede sufrir mucho por esto.-
- Es pequeño, se adaptará, es peor que siga viendo como nos llevamos.-
- Nunca hemos discutido delante de él...-
- Está decidido, ¿ no era lo qué querías? Ahora que tu novia volvió de la muerte y han vuelto a frecuentarse, no estaré al medio.-
- Yo no estoy...- quería defenderse, pero la mirada de reproche de su esposa era potente.-
- No mientas, no soy tonta, los escuché sin querer, ibas a pedirme el divorcio y quedarte con los niños, ibas a valerte de cualquier truco sucio para quitarme la tuición.-
- ¿ Cómo sabes eso? Yo no te haría eso, fue una idea de Lisbeth, pero no sería capaz de hacerte algo así.-
- ¿ Acaso te importa? Eso es lo de menos, nos separaremos los 12 meses que pide la ley, en esa carpeta está el divorcio firmado, no quiero dinero, sólo que no me quites a los niños, puedes tener hijos con Lisbeth... no me separes de los míos- su voz se quebró por el miedo, el embarazo le volvió más débil, ya no podía ocultar su tristeza.
Nunca vio a Samanta tan vulnerable, si llegó a tomar la iniciativa de preparar el divorcio, era por algo grave.
- No estás en condiciones de tomar esa decisión, el embarazo te tiene más sensible.-
- No me hace una interdicta, al fin harás lo que deseabas, casarte con Lisbeth y hacerla tu señora, yo no voy a molestarlos, sólo deberás cumplir tus deberes como padre.-
- ¿ Qué te hizo tomar esta decisión?-
- Tengo muchos motivos.-
- ¿No merezco saberlo?-
- La verdad... dudo que lo entiendas... nunca te has puesto en mis zapatos.- se cruzó de brazos y le dio la espalda, los ojos le ardían, se juro no llorar frente a él, no valía la pena, necesitaba dejar esa vida atrás, serían una familia de tres, olvidaría esos sentimientos absurdos y sería feliz.
Daniel leía los papeles del divorcio, aún consternado, su esposa, quien creía en el matrimonio para toda la vida y que cumplía las demandas de sus padres sin dudar, le dejaba el camino libre sin restricciones, debería estar feliz, sin embargo, lo que sentía era lo contrario, se parecía más a la angustia.
- "Debe ser mi orgullo herido y lo imprevisto de la noticia, ella ya lo firmó, sólo tengo que hacer lo mismo y podremos vivir la vida que deseábamos, aunque no quiero separarme de mis hijos"- era la primera vez que se enfrentaba a ese posible futuro y no le gustaba.
La luz de unos focos, cegaron a ambos, después sólo sintieron un fuerte golpe y el auto dio vueltas en el aire cayendo a varios metros lejos.
El conductor de una camioneta no respetó la luz roja del semáforo y los chocó a más de 100 kilómetros por hora.
Melissa era una poderosa Hechicera, maldijo a su esposo por celos y fue condenada a muerte. La mujer presa del arrepentimiento intenta suicidarse pero espera al heredero del Imperio. Su vida es perdonada hasta que traiga al pequeño príncipe al mundo, la sentencia no fue necesario ejecutarla, murió en los brazos de su hermano mayor. 14 años después su hijo lleva parte de la maldición con él y su nuevo maestro debe evitar que caiga en el lado oscuro de la magia.
Hace dos años, Ricky se vio obligado a casarse con Emma para proteger a la mujer que amaba. Desde el punto de vista de Ricky, Emma era despreciable y recurría a artimañas turbias para asegurar su matrimonio. Por eso mantenía una actitud distante y fría hacia ella, reservando su calidez para otra. Sin embargo, Emma amaba a Ricky de todo corazón durante más de diez años. Cuando ella se cansó y consideró la posibilidad de renunciar a sus esfuerzos, Ricky empezó a tener miedo de perderla. Solo cuando Emma estaba muriendo, embarazada, él se dio cuenta de que el amor de su vida siempre había sido Emma.
Corinne dedicó tres años de su vida a su novio, pero todo fue en vano. Él no la veía más que como una pueblerina y la dejó sola en la boda para estar con su verdadero amor. Tras ser despechada, Corinne recuperó su identidad como nieta del hombre más rico de la ciudad, heredó una fortuna de mil millones de dólares y acabó llegando a lo más alto. Pero su éxito atrajo la envidia de los demás, y la gente trató constantemente de hundirla. El Sr. Hopkins, famoso por su crueldad, la animaba mientras ella se enfrentaba uno a uno a esos alborotadores. "¡Así se hace, cariño!".
Durante diez años, Daniela colmó a su exesposo de un amor inquebrantable, solo para descubrir que no era más que un chiste para él. Humillada, pero decidida, se divorció de él. Tres meses después, Daniela regresó a lo grande. Ahora era la CEO oculta de una marca líder, una diseñadora codiciada y una rica magnate de la minería, y su éxito se reveló en su triunfal regreso. Toda la familia de su exesposo se abalanzó sobre ella, desesperada por implorar su perdón y suplicar otra oportunidad. Sin embargo, Daniela, ahora querida por el famoso Sr. Phillips, los miraba con gélido desdén y dijo: "Estoy fuera de su alcance".
"Tú necesitas una novia y yo un novio. ¿Por qué no nos casamos?". Abandonados ambos en el altar, Elyse decidió casarse con el desconocido discapacitado del local de al lado. Compadecida de su estado, la chica prometió mimarlo una vez casados, pero no sabía que en realidad era un poderoso magnate. Jayden pensaba que Elyse se había casado con él solo por su dinero, por eso planeaba divorciarse cuando ya no le fuera útil. Sin embargo, tras convertirse en su marido, él se enfrentó a un nuevo dilema: "Ella sigue pidiéndome el divorcio, ¡pero yo no quiero! ¿Qué debo hacer?".
Sabrina tardó tres años enteros en darse cuenta de que su marido, Tyrone, era el hombre más despiadado e indiferente que jamás había conocido. Él nunca le sonrió y mucho menos la trató como a su esposa. Para empeorar las cosas, el regreso del primer amor del hombre no le trajo a Sabrina nada más que los papeles del divorcio. Con la esperanza de que todavía hubiera una posibilidad de salvar su matrimonio, le preguntó: "Tyrone, aún te divorciarías de mí si te dijera que estoy embarazada?". "¡Sí!", él respondió. Al comprender que ella no significaba nada para él, Sabrina finalmente se rindió. Firmó el acuerdo de divorcio mientras yacía en su lecho de enferma con el corazón hecho pedazos. Sorprendentemente, ese no fue el final para la pareja. Fue como si Tyrone despejara la mente después de firmar el acuerdo de divorcio. El hombre que alguna vez fue tan desalmado se arrastró junto a su cama y le suplicó: "Sabrina, cometí un gran error. Por favor, no te divorcies de mí. Te prometo que voy a cambiar". Sabrina sonrió débilmente, sin saber qué hacer…
El marido de Vivianna se casó con ella por su herencia, y después de quitarle todo lo que tenía, la mandó a la cama de un acompañante y le tomó fotos. La amenazó con divorciarse con esas fotos y la obligó a salir de su casa sin un centavo. Dejó su país de origen en desgracia. Cuatro años más tarde, regresó a casa como Jefa de Diseño de Joyas y tuvo un hijo de tres años. Su niño genio le dijo después de bajarse del avión: "¡Conseguiré que el hombre más rico del mundo sea mi papá y te respalde!" Ella lo tomó como una broma, pero dos días después, su asistente le dijo que el hombre más poderoso del mundo se había robado a su hijo y la invitó a cenar. Al encontrarse, ese hombre sostuvo a su hijito y le dijo dominantemente: "Es mi hijo!".