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Una variedad de cuentos de Ciencia Ficción, Romance, Terror, Misterio y Suspenso e incluso Inspiracional. ¡Todo en un solo libro!
He escuchado miles de historias sobre el pasado, cuentos que parecen una fantasía. Un mundo donde la paz existía, al menos en ciertos aspectos. La violencia en aquellos tiempos eran penalizados y tenías que cumplir con tus condenas, sin importar si eran a través de una ley o una cuestión moral y religiosa.
Aún existen historias, como a los que solían llamar cuentos de hadas, donde el escritor o escritora creaba a través de su imaginación un mundo al que le gustaría que fuese real. Si tan solo tuviera la posibilidad de tener un manuscrito de tal semejanza, podría entender el mundo que ellos deseaban a su merced.
La humanidad dejó su huella a través de libros, imágenes, y peor aún, guerras. Fue en el año 2047 en donde comenzó la erradicación. Hace un siglo existió una pandemia clase B, donde los animales salvajes comenzaron a extinguirse entre sí, se cazaban, masacraban un rebaño tras otro.
Los humanos tenían la tendencia de proclamarse inteligentes sobre toda raza, y en cuanto surgió esta anomalía, sobre una infección cerebral hacia los animales, quisieron aprovecharla. Utilizaron esta enfermedad para construir un arma que podría acabar con cualquier huésped que fuera inteligente.
En el año 2050 se dio por hecho la extinción de toda raza animal, exceptuando a los seres humanos, creando de esta forma una guerra apocalíptica por cuestiones de hambre. Miles de personas sobreviviendo a merced de su propio retoño, creando un ganado de insurgentes que luchaban por sus vidas.
Las políticas de sus antepasados dejaron de tener el poder, el control universal desbordaba en cualquier región. No existían leyes, ni condiciones, aquellos que buscaban la reencarnación eran devorados por la aglomeración.
2101 e. c. Año en el que la humanidad estaba a punto de entrar en la extinción, pero su necesidad de vivir y la sed de sangre que tenían, para seguir proclamándose raza superior ante todos. Implementaron una única Ley propia de su nación, procrear para vivir.
Consistía en tener encuentros y procrearse en masa, una cantidad masiva de bebés denominados «pan vivos». La humanidad optó por retomar sus costumbres de crianza, maternidad obligatoria en pos de la existencia. Los bebés eran enviados al matadero, para obtener sus carnes frescas y puras. Creyendo que aún existía un Dios que perdonara sus pecados, utilizaban a estos niños en ofrendas de alimentos, para aquellos humanos que conseguían un alto rendimiento corporal.
Creían que de esta manera podrían llegar a la aclamada evolución, con el objetivo de coexistir en un planeta libre de recursos vitales. Sin agua, sin comida, incluso esperaban vivir en un mundo sin oxígeno.
Sin embargo, toda aquella predisposición en vivir, crear y alardear, fue arrebatada por mis manos. Estaba cansada de ver cómo criaban niños con tal de tener algo de comer, los criaban como ovejas, les hacían comer a sus propios hermanos. Estaba cansada de recordar la misma historia una y otra vez, ya no quería formar parte de la humanidad.
El día que nací, mi hermana me llevó a lo más profundo de la tierra, con la esperanza de que sobreviviera. En consecuencia mi madre fue degollada en un pilar, frente a miles de niños, cuyo deseo era solo alimentarse para sobrevivir. Criados como animales salvajes con el objetivo de convertirse en alimento para los de alto rango.
Luego de milenios, la raza humana evolucionó a una cuarta parte de lo estimado, lo cual les brindaba la posibilidad de coexistir en un mundo como este, y yo, soy una de ellas. Cinco niños de cada familia nacían con la posibilidad de vivir en un mundo devastado, sin necesidad de depender de todo aquello a lo que hace algún tiempo estaban acostumbrados.
A pesar de tal descubrimiento, la humanidad decidió extinguir a esta nueva raza humana, alimentarse de ellos, con tal de que sus cuerpos decrépitos siguieran en funcionamiento, y que el mismísimo egoísmo evolucionara a su par.
En cuanto a mi hermana, dejó de existir hace tiempo, debido a un descubrimiento misógino. Una última especie viviendo en lo más profundo de la tierra, llamados en la antigüedad como «Cuervos». Devoraron hasta las últimas de sus entrañas, como un regalo de Dios, debido a su convicción en vivir en paz.
Soy la única entre todas, soy la raza superior, soy la evolución, y no permitiré que continúe vida alguna en este planeta. Mi nombre es Amaia, responsable de la extinción de toda raza humana, incluso de la mía, no me importa morir, con tal de acabar con todo el sufrimiento, acabaría incluso con la Tierra misma.
En el año 2145, intenté acabar con todo ser vivo que se me cruzaba. Niños y adultos de cualquier género, no había nadie que pudiese verme a los ojos y no fallecer. Aun siendo inocentes, debía acabar con esta plaga, aunque eso me costase la vida.
Cuanto más tiempo ocupaba en aquel planeta, más poderosa me volvía, incluso me alimentaba de sus miedos. Mi Evolución no solo me permitió vivir aquí, planeta cuya tierra estaba cubierta de oscuridad, sin vegetación ni vida animal, todo se convirtió en una leyenda.
La humanidad que aún seguía en pie, tomaron represalias contra mi y los de mi tipo. Quemaron a los niños que nacían, sacrificaron a las mujeres para evitar la repoblación, olvidaron su procedencia. Una sola mujer en todo el mundo, tenía el derecho de procrear, violada una y otra vez, para continuar con la creación de más seres humanos.
Crearon máquinas para ir al cielo y vivir dentro de una urbanización ordenada, separada por tipos y géneros. Los seres humanos que cumplían con cierta funcionalidad corporal, eran enviados al cielo, para que puedan evolucionar como una raza diferente. Se los solía llamar Homoterrarios.
Sin embargo, la misma humanidad envuelta en egoísmo y envidia, decidieron acabar con sus futuras generaciones del cielo. Todo ser humano merece una libertad de vida, y eso, los de la tierra lo tenían muy claro. Por esa razón, enviaron a todos los del cielo al Sol, acabando con toda vida, incluso extinguieron una estrella vital para su existencia.
Cansada de tantas muertes, tantas víctimas, decidí poner fin a todo esto. A si que viajé al lugar donde se encontraban los Cuervos, la parvada salía de las cuevas, revoloteaban por todo el cielo, como si fuesen conscientes de que no hay refugio alguno.
Soy la evolución de miles de razas, buscando la venganza de toda muerte. Vine a este mundo como una niña, y al crecer, me convertí en una Diosa. Pero eso ya no será lo mismo, el corazón de la Tierra ya fue arrebatada junto al mío, por lo tanto, ya no habrá planeta alguno que albergue vidas.
En este mundo no existe Dios, ni tampoco una raza superior, en este mundo solo existen las Guerras, el Hambre, las Enfermedades, y el Egoísmo. Por lo tanto, soy responsable de concluir con este planeta, para evitar que esta enfermedad se propague más allá del universo.
Mi nombre es Amaia... Y soy el fin del mundo.
La realidad de los miedos, es que a veces son un invento para buscarle una explicación a algo que desconocemos. Temer a la soledad, a la oscuridad e incluso al mismo monstruo que llevamos dentro, nos lleva a cometer delitos que nos torturaran hasta el último día de nuestras existencias. La mente de uno cree e idealiza que todo es producto de alguien más, con el simple hecho de no culparnos a nosotros mismos. ¿Razón? ¡Simple! Algunos no son completamente fuertes como para hacerse responsables de sus actos… Pero tranquilos, porque un monstruo se encargará de hacernos entender la realidad.
Ella cayó en la trampa que la tendieron su prometido y su mejor amiga. Lo perdió todo y murió en la calle. Sin embargo, ella renació. En el momento en que abrió los ojos, su esposo estaba tratando de estrangularla. Afortunadamente, ella sobrevivió a eso. Firmó el acuerdo de divorcio sin vacilación. La joven estaba lista para su miserable vida. Para su sorpresa, su madre en esta vida le dejó una gran cantidad de dinero. Ella dio la vuelta a las tornas y se vengó. Todo le salió bien cuando su ex marido apareció en su vida.
Amar y ser amada es lo que toda mujer sueña. Sin embargo, lo único que Debbie quería era el divorcio. Llevaba tres años casada con Carlos, un joven multimillonario a quien ni siquiera había visto la cara. Cuando por fin decidió poner fin a su irónico matrimonio e ir en busca de la felicidad verdadera, apareció su supuesto marido y le pidió que lo intentaran de nuevo. A partir de entonces, Carlos se sentía increíblemente atraído por el espíritu libre y salvaje de Debbie y se enamoró de ella. Él comenzaba a mimarla. Poco a poco, lo que había entre ellos se iba a convirtiéndose en una atracción irrefrenable. Esto es una extraordinaria historia de amor donde descubrirá que, a veces, el amor no está muy lejos de cada uno de nosotros.
Rena se acostó con Waylen una noche cuando estaba borracha. Y como ella necesitaba su ayuda mientras él se sentía atraído por su belleza juvenil, lo que se suponía que sería una aventura de una noche se convirtió en algo más. Todo iba bien hasta que Rena descubrió que el corazón de Waylen pertenecía a otra mujer. Cuando esa mujer regresó, dejó de volver a casa, dejándola sola por muchas noches. Finalmente, un día, la pobre chica recibió un cheque y unas palabras de despedida. Para sorpresa de Waylen, Rena solo sonrió y dijo: "Fue divertido mientras estuvimos juntos, Waylen. Pero espero que no nos volvamos a ver nunca más. Que tengas una buena vida". Sin embargo, por voluntad del destino, los dos se volvieron a encontrar. Al ver que Rena tenía a otro hombre a su lado, los ojos de Waylen ardieron de celos y gritó: "¿Cómo diablos lograste seguir adelante? ¡Pensé que solo me amabas a mí!". "¡Es pasado!", Rena se burló, "hay demasiados hombres en este mundo, Waylen. Además, tú fuiste quien pidió la ruptura. Ahora, si quieres salir conmigo, tendrás que hacer cola". Al día siguiente, Rena recibió un anillo de diamantes y un mensaje del banco de que alguien había transferido miles de millones a su cuenta. Waylen apareció, se arrodilló frente a ella y dijo: "¿Puedo saltarme la fila, Rena? Todavía te quiero".
Hace tres años, Avery quedó maltratada y sola por el hombre que más amaba, Dylan, pero ella completó valientemente la ceremonia de la boda mientras estaba embarazada. Tres años después, aunque estaban casados, con el tiempo se distanciaron. Avery se centró en su carrera y ya no creía tontamente en el amor. Pero su transformación instantáneamente hizo que Dylan entrara en pánico... ¿Y cuál es el secreto de hace 11 años que Avery siempre se ha mostrado reacia a revelar? *** "Fue a un bufete de abogados, se reunió con un abogado..." ¿Un abogado? ¿Avery está demandando a alguien? ¿OMS? ¿Existe algún litigio reciente contra la empresa? De repente, Dylan se rió entre dientes con frialdad: "¿A quién podría demandar? Soy el director ejecutivo de esta empresa. ¿Cómo es que ese asunto no me llega a mí primero?" La asistente tragó nerviosamente y habló en voz baja: "Señor, no hay ningún litigio contra la empresa. Se reunió con... un abogado de divorcios".
Dos años después de su boda, Ximena perdió el conocimiento en un charco de sangre durante un parto difícil, olvidando que su exmarido se iba a casar con otra persona ese día. "Nos vamos a divorciar, pero el bebé se queda conmigo". Estas palabras resonaron en su mente. Sabía que él no estaba allí para ayudarla, sino para quitarle a su hijo. Ximena preferiría morir antes que ver a su hijo llamar madre a otra mujer. Posteriormente perdió la vida en la mesa de operaciones con dos bebés en su vientre. Pero ese no fue el final para ella... Años más tarde volvió a encontrarse con Ramon, que ha cambiado mucho. Quería quedársela para él a pesar de que ya era madre de dos hijos. Y cuando supo que ella se iba a casar de nuevo, irrumpió como un loco. "Ramon, ya morí una vez antes, así que no me importa volver a morir. Pero esta vez, quiero que muramos juntos", gritó ella, mirándolo con angustia en sus ojos. Ximena pensó que él no la amaba y estaba feliz de estar fuera de su vida. Pero lo que ella no sabía era que la noticia de su inesperada muerte le había roto el corazón. Durante mucho tiempo lloró de dolor y agonía. Siempre deseó poder retroceder en el tiempo o ver su hermoso rostro una vez más. Todo esto fue demasiado para Ximena, cuya vida estuvo llena de idas y venidas. No sabía si debía volver al lado de su exmarido o seguir adelante con su vida. ¿Cuál elegiría ella?
El marido de Vivianna se casó con ella por su herencia, y después de quitarle todo lo que tenía, la mandó a la cama de un acompañante y le tomó fotos. La amenazó con divorciarse con esas fotos y la obligó a salir de su casa sin un centavo. Dejó su país de origen en desgracia. Cuatro años más tarde, regresó a casa como Jefa de Diseño de Joyas y tuvo un hijo de tres años. Su niño genio le dijo después de bajarse del avión: "¡Conseguiré que el hombre más rico del mundo sea mi papá y te respalde!" Ella lo tomó como una broma, pero dos días después, su asistente le dijo que el hombre más poderoso del mundo se había robado a su hijo y la invitó a cenar. Al encontrarse, ese hombre sostuvo a su hijito y le dijo dominantemente: "Es mi hijo!".