/0/3799/coverbig.jpg?v=f4f4fa0bdf663940ff41a3a0d8fd2be0)
ADVERTENCIA: Puede contener escenas sexuales, escenas de acoso, palabras inadecuadas, violencia y aspectos psicológicos. - Qué lástima. Me aseguraré de que te compadezcan más en la Universidad de Hunsberg, ¿no crees? - Pronto serás tan lamentable que todas y cada una de las personas de allí se sentirán apenadas y disgustadas por tu patética vida. Desearás no haber nacido nunca. Jennie Wilson era una chica pobre e inocente. Ingresó a una de las universidades más prestigiosas del mundo, la Universidad de Arcadia, y siempre trabajó duro por sus sueños. Una universidad donde hijos de diplomáticos y los ricos se encuentran. Famosa por su reputación y el camino más rápido hacia el éxito en la vida. ¿Podrá Jennie Wilson sobrevivir en esa prestigiosa universidad? Vincent Ainsworth Hijo único de uno de los mejores empresarios del mundo. Su carácter era como el fuego. Sin embargo, estaba herido y deprimido. Amaba tanto a su ex novia Eva Smith. Su mundo colapsó cuando esta cortó con el. Ella nunca volvió a mirarlo. Como Vincent estaba pasando por una depresión, sus amigos le pidieron a Jennie que lo ayudara, porque ella era la única que podía sacarlo de su pozo. ¿Podrá ella curarlo? ¿Él permitirá que se acerque?
Punto de vista de Jennie Wilson:
"Jennie, Jennie".
"¡Hay que tomarle el pedido a la mesa cuatro! Los cafés de la mesa siete ya están listos", gritó Lisa.
"Ya voy", le respondí.
Lisa era mi mejor amiga y su mamá, quien era la dueña de la pequeña cafetería donde yo trabajaba, siempre había sido como mi segunda madre. Hacía casi un año que estaba trabajando allí a tiempo parcial.
Ella me ayudaba de vez en cuando. Yo estaba ahorrando dinero para pagar la matrícula de la universidad en la que quería estudiar, la Universidad de Hunsberg.
Siempre soñé con ir allí, pues se decía que era una de los mejores centros de su tipo en el mundo. Sin embargo, mi familia no podía sufragar los gastos.
Nuestra situación financiera era muy precaria. Por supuesto, yo no me quejaba... pero mamá y yo dependíamos mucho de mi padre, quien nos mantenía económicamente.
Mi papá trabajaba en una fábrica de acero y se esforzaba mucho a diario para que yo pudiera tener un buen futuro, pero yo detestaba ser una carga para él.
Su salario no era suficiente para llevar una vida fastuosa, pero éramos una familia feliz sin importar nuestra condición. Siempre le dimos gracias a Dios y nunca nos quejamos de nuestra suerte.
Yo amaba mucho a mi padre. Él era un buen hombre, sin vicios, temeroso de Dios, una persona alegre, un esposo muy amoroso y un padre cariñoso. Sin dudas, mi familia era mi mayor tesoro.
Cuando mi madre se enfermó del corazón y los médicos dijeron que debía someterse a una operación, todos luchamos por su vida. Gastamos todos nuestros ahorros y hasta perdimos nuestra casa para poder cubrir los gastos de medicamentos y la cirugía, por supuesto.
Por la gracia de Dios, ella sobrevivió. Un dolor leve la aquejaba, aún después de la intervención quirúrgica. Entonces, su médico le aconsejó que evitara realizar actividades extenuantes. Por ello, nunca la dejamos trabajar afuera, así que tuve que buscar un trabajo de medio tiempo para ayudar a mi familia.
La madre de Lisa me pagaba bien, no era mucho dinero, pero me alcanzaba para cubrir mis gastos diarios y ahorrar algo para pagar las cuotas de inscripción de la universidad.
Lisa y yo asistimos a la misma escuela y terminamos la secundaria juntas. Cumplimos dieciocho este año, lo que significaba que ya estábamos listas para ir a la universidad. ¡Hurra!
Mi amiga y yo hicimos el examen de ingreso juntas con la esperanza de ganar una beca.
En honor a la verdad... yo era un poco empollona. Bueno, no podía evitarlo, tuve que estudiar mucho para lograr mi sueño. Debía trabajar muy duro ya que muchos aspiraban a ingresar en la famosa Universidad de Hunsberg.
Una vez que obtuviera mi diploma, la situación de mi familia mejoraría y podría cuidar mejor de mis padres si conseguía un trabajo decente. Esa era la razón principal por la que quería estudiar en ese prestigioso centro.
Estaba recogiendo algunos platos y las propinas que dejó un cliente cuando, de repente, Lisa se paró delante de mí. Se veía hermosa con su atavío.
"Espera, ¿por qué llevas puesto ese vestido?", pregunté con las cejas levantadas.
"Oh... Lo siento, no te lo dije, bueno, es tu culpa. Estabas tan ocupada aquí que me ignoraste por completo", contestó haciendo un puchero.
"Bien, dímelo ahora".
"Mamá y yo vamos a un baile, el hermano de mi mamá nos ha invitado así que...".
"Ya veo... ¿Entonces...?".
"Así que saldremos más temprano... lo siento, lo siento, tienes tanto trabajo que hacer...", dijo con un suspiro y cerró los ojos.
"Oh, vamos, yo me encargo de todo, niña. Ve a disfrutar de la fiesta", la tranquilicé y esbocé una sonrisa.
"¿Estás segu...?".
"Sí, Lisa, vete. Mañana tenemos el día libre", la interrumpí.
"Está bien, solo ten cuidado cuando vayas de regreso a casa", me advirtió y luego me abrazó con fuerza.
"Adiós, Jennie, ten cuidado", la escuché gritar desde afuera.
Acto seguido, mi amiga entró en su coche y se marchó. Yo agarré los platos, los llevé al fregadero y me dispuse a lavar la vajilla. Eran ya las once de la noche. De repente, escuché el tintineo de la campanilla que estaba en la entrada, anunciando la llegada de más clientes.
El café se quedó en silencio.
¿Qué detuvo de súbito el ajetreo y el bullicio que había en el lugar?
¡Espera! ¿Los clientes llegan o se van?
Me volví de repente y di un grito ahogado al ver que había un hombre frente a mí. No era tan mayor sino que parecía un estudiante universitario.
Me estaba mirando fijamente como si me estuviera desnudando con los ojos. Cuando yo retrocedí, él dio un paso adelante.
En ese momento, sentí que mi corazón martilleaba en mi pecho.
"¿Puedo... ayudarlo... en algo, señor?", musité con la voz entrecortada pues estaba muy nerviosa.
Entré en pánico cuando sentí sus grandes manos en mis brazos y me acercó a su cuerpo.
"¿Cómo pudiste hacerme esto, Eva?", preguntó en un tono peligroso.
Me estremecí al escuchar su voz áspera y ronca. Mi cerebro dejó de funcionar en ese mismo instante.
"Yo... no soy... Eva", susurré. Su mirada me dio escalofríos. El hombre tenía los ojos hinchados y rojos, como si hubiera llorado mucho.
¿Sería un sicópata?
"¿Por qué siempre me mientes...? ¿Acaso me odias tanto? ¿Ya olvidaste todo lo que teníamos?", gritó mientras me inmovilizaba aún contra su pecho.
"¡Lo siento señor, no sé quién es usted! Por favor, suélteme", traté de liberarme pero fue en vano.
"Maldita sea, me engañaste. ¿Acaso él es mejor que yo? Contéstame, Eva", ahora estaba más que enojado.
"Nunca engañé a nadie, de hecho, he estado soltera toda mi vida... ¡Ni siquiera he tenido novio!", exclamé aterrorizada.
"Estás mintiendo de nuevo", me empujó lejos de él y con una fuerza inhumana me golpeó en la mejilla, tan fuerte que tropecé y caí al suelo. Ahora me sentía mareada.
Nadie me había abofeteado así antes. Lo miré totalmente horrorizada por sus actos. Yo tenía deseos de llorar.... pero no quería mostrarle mi debilidad. Él no debía saber que yo estaba indefensa.
Pude ver la ira en sus ojos... la frialdad que había en su rostro... el odio que sentía... ¿hacia mí? Pero, ¿de qué me culpaba? ¡Yo ni siquiera lo conocía!
Mis lágrimas amenazaban con caer al suelo, pero respiré hondo y controlé mi llanto. Con enormes pasos, el joven se acercó a mí. Parecía un maníaco.
Entonces, empecé a retroceder, ya que todavía estaba en el suelo y con ayuda de mis manos, me alejé de él.
"Por favor... ¡No se acerque... a mí! ¿Quién es usted?", balbuceé.
De repente, me agarró y me inmovilizó contra la pared con violencia.
Su comportamiento me causó horror...
"Déjeme... tranquila, por favor, no lo conozco, señor". Estaba tan asustada que grité de dolor.
"¿Dónde estuviste todo este tiempo? ¿Acaso no me extrañas...?". El cruel hombre estaba muy cerca de mí. Su respiración abanicaba mi cuello, y traté de empujarlo pero no se movió ni siquiera un poco.
"No es de su incumbencia. Y es la última vez que se lo advierto, si no me deja en paz, me veré obligada a hacer una denuncia en su contra".
"¿Qué?", dijo en un tono de sorpresa.
¡Sí! Supongo que les tiene miedo a los agentes.
"Sí, por favor, déjeme tranquila, no me haga llamar a la policía", dije mordiéndome los labios.
¿Por qué este hombre estaba enojado? ¿Por qué apretaba los dientes? Y si lo hacía, ¿por qué yo sentía dolor... en mis brazos?
Cuando miré por debajo de mi hombro, vi que este maníaco me estaba apretando y sostenía mi mano con todas sus fuerzas.
"No puedes escapar de mí, niña, no importa cuántas veces... o de qué manera lo intentes", susurró en mis oídos mordiéndome el lóbulo de la oreja, lo que me provocó escalofríos por toda la columna vertebral. Mis ojos se abrieron como platos por el miedo.
"Ahhhh... por favor... Me duele", grité cuando él apretó mi mandíbula con su mano.
"No te preocupes... No te lastimaré, cariño", sonaba como un psicópata.
'¡Este es el final de mi vida! ¡Por favor, auxilio! ¡Que alguien me ayude!...'.
Yo quería gritar, pero mi voz no llegaba a mi boca. Todo mi cuerpo se congeló y mi cerebro estaba dando vueltas como un tiovivo.
Entonces, el perturbado chico inclinó la cabeza para besarme...
No... no... mi primer beso... ¡Estaba a punto de suceder!
Debido a la presión, yo estaba empezando a sentirme débil, mas, de repente, alguien agarró al agresor por detrás y tiró de él. Entonces, sentí que me liberaba de las toscas manos que me apretaban. Ahora yo respiraba con dificultad.
"Qué carajo, déjame en paz", gritó el maníaco mientras dos chicos casi tan jóvenes como él lo sujetaban.
"Amigo, ella no es Eva... por el amor de Dios, estás haciendo un drama", dijo uno de los chicos con una mirada de preocupación en su rostro.
Mi cabeza empezó a dar vueltas. Estaba sufriendo un ataque de pánico. Luego, vi a una chica acercándose a mí...
"No... no me toques".
"Por favor, vete... no me toques... ¡Vete de aquí!", grité sosteniendo mi cabeza. Mientras tanto, los jóvenes sujetaban a ese maníaco con ambas manos.
Él gritaba y trataba de soltarse.
"¡Eres mía! Y te tendré muy pronto", vociferó.
Una chica me estaba mirando preocupada, pero le indiqué que me dejara en paz. Los chicos sacaron a aquel loco del café, lo hicieron subir a la camioneta y se marcharon.
En ese instante, sentí que mis piernas ya no podían sostenerme. Me caí al suelo y me eché a llorar desconsoladamente. Estaba destrozada, lastimada.
Decidí que no debía quedarme allí por más tiempo. ¡Pero y si él volvía!
Tomé mis pertenencias del casillero y me dirigí hacia la puerta, con todo mi cuerpo temblando como una hoja. De alguna manera me las arreglé para cerrar la cafetería y corrí calle abajo.
Cuando su novio la traicionó, toda la luz y la alegría desaparecieron de la vida de Marina. Abandonada, sin esperanza, se casó con un hombre que apenas había conocido, pero nunca había esperado que él fuera el tío de su ex novio. Marina creía que finalmente había encontrado su felicidad, pero no tenía idea de los oscuros secretos que estaban destinados a revelarse y perseguirla por siempre. Con la ayuda del enemigo de su marido, ella se escapó de su matrimonio, pero a un costo que nunca había imaginado que tendría que pagar. Cinco años más tarde, volvió a cruzarse accidentalmente con las mismas personas de las que había huido.
Helen Fonseca, es una chiquilla tierna, dulce e inocente. Tras la enfermedad de su madre se verá obligada a casarse con el CEO de una empresa. Un hombre despiadado, arrogante y mucho mayor que ella, que, además está atado a una silla de ruedas. Podrá Helen cambiar el corazón de ese hombre? ¿O un matrimonio por contrato no permitirá que lleguen a amarse?
Mi familia era pobre y tenía que trabajar medio tiempo todos los días solo para pagar las cuentas y estudiar en la universidad. Fue entonces cuando la conocí, la chica bonita de mi clase con la que todos los chicos soñaban salir. Era muy consciente de que ella era demasiado buena para mí. De todos modos, reuniendo todo mi coraje, le dije que me había enamorado de ella. Para mi sorpresa, accedió a ser mi novia. Me dijo, con la sonrisa más bonita que he visto en mi vida, que quería que el primer regalo que le diera fuera el último iPhone de gama alta. Un mes después, mi arduo trabajo finalmente valió la pena. Pude comprar lo que ella quisiera. Sin embargo, la pillé en el vestuario besando al capitán del equipo de baloncesto. Incluso se burló despiadadamente de mis defectos. Para colmo, el tipo con el que me engañó me dio un puñetazo en la cara. La desesperación se apoderó de mí, pero no pude hacer nada más que tirarme en el suelo y dejar que pisotearan mi orgullo. Cuando nadie lo esperaba, mi padre me llamó de repente y mi vida cambió. Resulta que soy el hijo de un multimillonario.
Dos años después de su boda, Ximena perdió el conocimiento en un charco de sangre durante un parto difícil, olvidando que su exmarido se iba a casar con otra persona ese día. "Nos vamos a divorciar, pero el bebé se queda conmigo". Estas palabras resonaron en su mente. Sabía que él no estaba allí para ayudarla, sino para quitarle a su hijo. Ximena preferiría morir antes que ver a su hijo llamar madre a otra mujer. Posteriormente perdió la vida en la mesa de operaciones con dos bebés en su vientre. Pero ese no fue el final para ella... Años más tarde volvió a encontrarse con Ramon, que ha cambiado mucho. Quería quedársela para él a pesar de que ya era madre de dos hijos. Y cuando supo que ella se iba a casar de nuevo, irrumpió como un loco. "Ramon, ya morí una vez antes, así que no me importa volver a morir. Pero esta vez, quiero que muramos juntos", gritó ella, mirándolo con angustia en sus ojos. Ximena pensó que él no la amaba y estaba feliz de estar fuera de su vida. Pero lo que ella no sabía era que la noticia de su inesperada muerte le había roto el corazón. Durante mucho tiempo lloró de dolor y agonía. Siempre deseó poder retroceder en el tiempo o ver su hermoso rostro una vez más. Todo esto fue demasiado para Ximena, cuya vida estuvo llena de idas y venidas. No sabía si debía volver al lado de su exmarido o seguir adelante con su vida. ¿Cuál elegiría ella?
Zack miraba a Danna caminar por el jardín. Se veía realmente hermosa, pero ella no era una chica común. Su esposo se había divorciado de ella y había intentado asesinarla para evitar pagarle una suma millonaria en el proceso. Zack sabía que ella estaba en problemas, pero también que difícilmente aceptaría su propuesta. La vio entrar por la puerta con total tranquilidad. -Cásate conmigo. Esa es la única opción que tienes para salir de este problema. -Eres tan descarado... ¿Cómo puedes pedirme que me case contigo sabiendo que tienes una prometida? -Tú me conoces y sabes que no amo a mi novia. Ella es consciente de la realidad. Respondió el chico con tranquilidad. Así era Zack Vryzas, un hombre frío, sin sentimientos. Pero, a pesar de su fachada de chico malo, solo existía una mujer capaz de hacerlo sentir miles de cosas con tan solo una mirada. 🌼 Nota de la autora Espero que les guste esta historia, cargada de amor, drama, humor y suspenso. ¡Gracias de antemano por leer mis libros! No olviden dejar sus comentarios, para mí es muy importante conocer sus opiniones.
Janice, la heredera legítima olvidada hace tiempo, se abrió camino de vuelta a su familia, volcándose en ganarse sus corazones. Sin embargo, tuvo que renunciar a su propia identidad, sus credenciales académicas y sus obras creativas en favor de su hermana adoptiva. A cambio de sus sacrificios, no encontró calor, sino un mayor abandono. Decidida, Janice juró cortar todo vínculo emocional con ellos. Tras quitarse la máscara, ahora era conocida como maestra en artes marciales, experta médica y célebre diseñadora que sabe ocho idiomas. Con una nueva determinación, declaró: "A partir de hoy, nadie de esta familia se cruzará conmigo".