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Todo el mundo esperaba con impaciencia que Rhett se divorciara de Jillian para poder estar con su amor de la infancia. Pero cuando él por fin convocó una rueda de prensa, no fue para anunciar su divorcio, sino para presentar con orgullo al público a su hijo recién nacido. "Ha habido rumores de que mi mujer y yo nos estamos separando. Estoy aquí para aclarar las cosas de una vez por todas. Estamos felices y enamorados, y recientemente hemos sido bendecidos con nuestro angelito".
Completamente exhausta, Jillian Matthews se recostó sobre las almohadas. Su pecho subía y bajaba mientras intentaba recuperar el aliento después de tantas rondas de pasión. Cuando se giró para mirar al hombre que le había ocasionado tanto cansancio, vio que él ya se había apartado.
Rhett Wilson se estaba vistiendo, con la espalda hacia ella. Había retomado su actitud distante, tan diferente del animal apasionado que había sido hacía solo unos minutos.
Era un patán que la ignoraba después de satisfacer sus necesidades. En ese momento, eso era lo único en lo que ella podía pensar.
"Rhett, hoy cumplimos cinco años de casados. ¿Estarás en casa esta noche?". La mujer se levantó lentamente de la cama, caminó hacia él y abrazó su cintura desde atrás.
Pero entonces Rhett apartó sus manos y se dio la vuelta para enfrentarla. Su figura alta de anchos hombros se alzaba sobre ella.
El corazón de Jillian dio un vuelco. A pesar de lo que acababan de compartir, él todavía la hacía sentir intimidada.
Rhett volvió a mirar su ropa y sacudió su camisa. "Estoy ocupado con unos asuntos del trabajo", respondió con indiferencia.
"Entiendo... En ese caso, ¿no vendrás a casa? Puedo esperarte aunque llegues tarde". Jillian apretó los dientes e intentó tragar el dolor que se acumulaba en su pecho.
Siempre había sabido que Rhett no la amaba, por lo que en un inicio se resignó a estar en un matrimonio sin amor. Pero ya llevaban cinco años juntos. Incluso el hombre más distante habría cedido a estas alturas, sobre todo con lo frecuentes e intensos que eran sus encuentros sexuales. "¿Se te olvidó nuestro acuerdo, Jillian?", preguntó Rhett con desgana, mientras agarraba un lujoso reloj del velador y lo abrochaba en su muñeca. Luego, se detuvo para mirarla a los ojos. "Puedo darte el título de señora Wilson, pero nuestra relación llega hasta ahí", finalizó.
Tras esas palabras impacientes, se dirigió hacia la puerta.
Jillian esbozó una sonrisa irónica.
Sin previo aviso, corrió tras él y lo agarró del brazo. "No lo he olvidado, pero ya han pasado cinco años. ¿Puedes decirme con honestidad que no sientes nada por mí?".
En lugar de mirarla, Rhett solo observó su mano en su brazo y frunció el ceño. No podía creer que su esposa, tan dócil y obediente, tuviera el coraje de detenerlo. ¡Qué atrevida!
"Es inútil que me hagas esa pregunta", respondió en un tono monótono mientras se zafaba. "Tengo una reunión esta mañana, así que tienes diez minutos para decir lo que quieras. Ahora, habla".
"¿De verdad vas a la empresa?", preguntó Jillian con voz temblorosa. "¿O vas a ver a Emalee?".
Emalee Carter iba a regresar a la ciudad.
Jillian se enteró de esa noticia por los periódicos, ya que Rhett nunca pensó en mencionárselo.
Emalee era una estrella en ascenso en el mundo del diseño de joyas y se había hecho un nombre con su distinguida pieza "Corazón de la Noche". Hacía mucho que Jillian no prestaba atención a lo que sucedía en la industria de la joyería, pero aun así se enteraba de los logros de la supuesta genio.
El nombre de Emalee siempre llamaba su atención porque sabía lo importante que era para Rhett. Después de todo, era ella quien había conquistado su corazón.
Esa idea le produjo un mal sabor de boca. Respirando hondo, tomó una decisión en ese momento.
De regreso a la cama, abrió el cajón del velador y sacó el documento que había preparado de antemano. Se aseguró de que su voz sonara tranquila y firme cuando dijo: "Hay que divorciarnos, Rhett".
Kimberly Holden volvió a su vida anterior. Antes, ella fue defraudada por su esposo infiel, acusada falsamente por una mujer vil y acosada por su familia política, ¡lo que llevó a su familia a la bancarrota y ella misma se volvió loca! Al final, embarazada de nueve meses, murió en un accidente de auto, mientras que los culpables se hicieron ricos y llevaban una vida feliz. Ante la segunda oportunidad que le regaló el destino, Kimberly estaba decidida a vengarse. ¡Que todos sus enemigos se vayan al infierno! Ella se deshizo del hombre infiel y su amante, reconstruyó la gloria de su propia familia sin ayuda de nadie, llevando a la familia Holden a la cima del mundo de negocios. Sin embargo, no esperaba que el hombre frío e inalcanzable de su vida anterior tomó la iniciativa para cortejarla: "Kimberly , no tuve la oportunidad en tu primer matrimonio, el segundo siempre será mi turno, ¿verdad?".
Hace dos años, Ricky se vio obligado a casarse con Emma para proteger a la mujer que amaba. Desde el punto de vista de Ricky, Emma era despreciable y recurría a artimañas turbias para asegurar su matrimonio. Por eso mantenía una actitud distante y fría hacia ella, reservando su calidez para otra. Sin embargo, Emma amaba a Ricky de todo corazón durante más de diez años. Cuando ella se cansó y consideró la posibilidad de renunciar a sus esfuerzos, Ricky empezó a tener miedo de perderla. Solo cuando Emma estaba muriendo, embarazada, él se dio cuenta de que el amor de su vida siempre había sido Emma.
Durante dos años, Bryan solo vio a Eileen como asistente. Ella necesitaba dinero para el tratamiento de su madre, y él pensó que ella nunca se iría por eso. A él le pareció justo ofrecerle ayuda económica a cambio de sexo. Sin embargo, Bryan no esperaba enamorarse de ella. Eileen se enfrentó a él: "¿Amas a otra persona y siempre te acuestas conmigo? Eres despreciable". En cuanto ella firmó los papeles del divorcio, él se dio cuenta de que era la misteriosa esposa con la que se había casado seis años atrás. Decidido a recuperarla, Bryan la colmó de afecto. Cuando otros se burlaban de sus orígenes, él le dio toda su riqueza, feliz de ser el marido que la apoyaba. Eileen, que ahora era una célebre CEO, lo tenía todo, pero Bryan se encontró perdido en otro torbellino...
Lascivia. Lujuria y Deseo Las vacaciones acabaron y Rachel debe volver a su puesto como teniente en el ejército de la FEMF, encontrándose con que la central de Londres no es lo mismo. Llegó un nuevo coronel, soberbio y con una belleza que no parece humana. Hombre que no tiene ojos sino dagas de acero que la ponen entre la espada y la pared al sentirse tentada por su superior. Ella sabe que no es sano, bueno, ni correcto sencillamente porque quien incita deseos impuros es el mejor amigo de su novio; Bratt Lewis. Christopher Morgan no es solo el coronel, verdugo y dictador del ejército más importante del mundo, tambien es el terror de la mafia italiana y a futuro el arma que dañara al que predica ser su hermano. Él tenía claro a lo que iba, pero Rachel despertó tentaciones sexuales regidas por aquel pecado desconocido llamado lascivia, demostrando que en cuestiones de pasión no hay amigos, alianzas ni compromisos. Él esta casado y ella sueña con lo mismo, pero la tentación desencadenará entre ellos un torbellino de pasiones, lujurias y deseos que solo viven aquellos que se hacen llamar amantes. "Sus actitudes son las de un desalmado sin sentimientos, pero su físico... Joder, su físico me humedece las bragas." Mafias, ejércitos secretos, infieles, adicciones y engaños. ¿Complicado? No, complicado es convivir con la tentación hecha hombre.
El prometido de Lindsey era el diablo encarnado. Él la engañó con su madrastra, y no solo eso, era tan desvergonzado que quería quitarle los bienes de su familia. Incluso la drogó, con la intención de entregársela a otro hombre. Incapaz de soportarlo más, Lindsey decidió buscar un hombre para colarse en su fiesta de compromiso y humillar a este tramposo. Sin embargo, nunca imaginó que pronto conocería a un extraño increíblemente atractivo que cumplía con sus requisitos. En la fiesta de compromiso, declaró audazmente que ella era su chica. Al principio, Lindsey pensó que él era simplemente un tipo pobre que quería aprovecharse de ella. Pero desde que conoció a este hombre, se dio cuenta de que la suerte siempre estuvo de su lado. Ella pensó que terminarían después de la fiesta de compromiso, pero el hombre le dijo con seriedad. "Tenemos que estar juntos, Lindsey. Recuerda, ahora soy tu prometido". "Domenic, ¿estás conmigo por mi dinero?", preguntó Lindsey, entrecerrando los ojos. Domenic se sorprendió por lo que escuchó. Como heredero de la familia Walsh y CEO de Grupo Vigor, ¿por qué codiciaba su dinero? ¡Lo que menos necesitaba era dinero, ya que controlaba la economía de la ciudad! Con el paso del tiempo, la relación entre ambos se hizo cada vez más estrecha. Un día, Lindsey finalmente descubrió que Domenic era en realidad el extraño con el que tuvo una aventura hace unos meses. ¿Este descubrimiento cambiaría su relación? ¿Sería mejor o peor?
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