/0/14158/coverbig.jpg?v=b0fcd34a0c67c7e8fa0d6b7a98fbe844)
Sapphira Valmont, Es una chica que corriendo tras el amor de su vida, llega a otro país, descubriendo que este le es infiel. Con el corazón roto, y sin tener como regresar, decide iniciar desde cero, conociendo en el proceso a un millonario bastante arrogante, el cual no soporta. Por azares del destino, este es nada más y nada menos que el jefe de su hermano mayor, el cual casualmente necesita una novia falsa para reclamar la dirección de la cadena hotelera familiar por petición de su abuelo.Sumergiéndose en una fascinante farsa de noviazgo por contrato, inician una relación, y pasando del odio al amor en cuestión de días, descubren que fingir no ha sido tan malo después de todo.
Capítulo 1 - Descubriendo el engaño.
Narrador.
Reteniendo un poco de aire, Sapphira solo observó a los lados, y pensando que era una verdadera locura lo que estaba por hacer, elevó su mano temblorosa, para tocar la puerta frente a ella, de la cual salió su hermano Julián unos segundos después.
-¡Sapphira! ¿Qué haces aquí?
Preguntó el chico, apenas la vio, con una mezcla de preocupación, pero también de alegría, al ser tomado por sorpresa; ya que esperaba que ella se hallara a más de dos mil millas de distancia, y no allí frente a él.
-¡Sorpresa!
Alcanzó a decir Sapphira sonriendo nerviosa sin nada más que agregar; mientras abría sus brazos esperando un abrazo que no llegó, todo lo contrario por la cara de Julián, presentía que le esperaba un gran regaño.
-¿En serio te has vuelto loca? ¿Cómo se te ocurre venir sin siquiera avisar?
Abriendo su puerta, él le dio a entender que no la echaría, y haciéndose a un lado, le señaló seguir para entrar al pequeño lugar.
-No me regañes, hermanito, quise venir a verte.
Ingresando, Sapphira contempló el hogar de su hermano mayor, el cual solo era un pequeño departamento, con una cocina, una habitación, y una pequeña estancia en donde se hallaban.
-¿Cómo será que no te creo? Será porque sé que tu llegada repentina se debe a Patricio.
Y ciertamente así era, por causa de su novio, quien llevaba semanas sin responder sus mensajes, es que ella, en un ataque de desesperación, agarró sus pocas pertenencias y emprendió el viaje a otro país.
-Bueno, tienes razón, pero es que... Julián, entiende, Patricio, y yo somos novios; lo menos que podía hacer era venir a apoyarlo.
Sapphira solo trató de convencerlo, y ganándose una mirada de muerte, supo que él no estaba de acuerdo con ella.
-¡Mira, Sapphira! Patricio es un imbécil que no piensa más que en él mismo. ¿Cómo se te ocurre venir así? ¿Si te hubiese sucedido algo en el camino?
El reproche de Julián, salió cargado de ira, pero también de preocupación, y escuchando cómo se expresa de Patricio, Sapphira supo que él no lo quería en lo absoluto.
-Pero no me pasó nada, y aquí estoy. Bien, y a salvo. Yo creo que ya estoy grande como para saber qué me conviene o no, y Patricio, Julián es el amor de mi vida.
Esto lo dijo llena de ira al no ser comprendida, y empuñando sus manos tratando de contenerse, permaneció en silencio a la espera de una respuesta que llegó enseguida.
-¿Bueno, entonces por qué no lo buscas a él? Porque si él es el amor de tu vida, no estás a su lado, sino aquí frente a tu hermano, el amargado.
Sapphira sintió que un nudo en su garganta se formaba, y bajando su rostro, sintiendo vergüenza, tragó, esté un instante después para musitar.
-Porque no tengo ni la mínima idea de dónde vive.
Cuando Patricio dejó de responder, era poco lo que ella sabía de su nueva residencia, y arriesgándose, pensando que el amor era mutuo, ella se aventuró sin saber que fracasaría en su búsqueda.
-¡Queee! ¿Cómo se te ocurre venirte así? ¿Si no me encontrabas, Sapphira, qué ibas a hacer?
Julián, lleno de ira, empezó a caminar por la pequeña estancia, y deteniendo su andar justo frente a ella, permaneció en silencio, en espera de una respuesta.
-Pensaba buscarte en tu trabajo. Sabía que no me dejarías en la calle.
Su voz salió en un hilo casi inaudible, y pasando las manos un par de veces por su rostro, Julián pensó que su hermana estaba mal de la cabeza como para hacer algo como eso, arriesgando su vida.
-¿A mi trabajo? De verdad, cada día me sorprendes más. Sapphira tienes 21 años, no 12, deja lo cabeza hueca y piensa un poco. Te amo, eres mi hermana, pero creo que no estás pensando con el cerebro. Patricio es un imbécil, él no te quiere, y tú eres la única que no lo nota.
En ese momento, cegada por su amor, Sapphira le hizo frente a su hermano, y mostrando la ira que recorría su cuerpo, respondió sin pensarlo.
-¡No voy a permitir que hables así de él, Julián! Lo amo, y debes aceptarlo.
Sapphira creía que su hermano solo juzgaba a Patricio sin conocerlo, sin tomarse el tiempo para saber más de él, y deseando demostrarle lo equivocada que estaba, él espetó.
-¿No? Bueno, vamos y te muestro.
Julián, con desespero, solo tomó la mano de su hermana, y sacándola a rastras del lugar, la guio a la calle, en donde se hallaba el auto que conducía, dentro del cual la empujó para mostrarle la cruel realidad.
-Te mostraré quién es en realidad Patricio.
Murmuró colocando este en marcha, y conduciendo en completo silencio por las abarrotadas calles de la ciudad, un par de minutos después llegaron a su destino. Un edificio de 4 plantas, de fachada desgastada, en uno de los peores lugares de la ciudad.
-¡Baja, Sapphira!
Espetando entre dientes, Julián ordenó a punto de perder la paciencia, y viendo que si se oponía todo sería peor, Sapphira, no tuvo otra opción que salir, con su rostro bajo, producto del temor.
Entrando el pequeño edificio tras de él, ella notó las paredes desgastadas, y la situación precaria del lugar, y deteniendo sus pasos frente a una puerta con el número 5, él le ordenó.
-¡Toca! ¡Toca fuerte!
Sapphira presentía que lo que hallaría allí, le rompería el corazón, y elevando su mano temblorosa, sin nada más que hacer, impactó la madera con sus delicados nudillos.
-¿En qué puedo ayudarla?
Un par de segundos después, luciendo una camisa de Patricio, la cual conocía ella a la perfección, ya que fue su obsequio de cumpleaños la última vez juntos, salió una chica de piel blanca, y ojos azules, y sintiendo sus ojos cristalizarse, Sapphira supo que él la había engañado.
Damiano Zorzi, necesita un heredero de manera imperiosa, pero no confia en ninguna mujer, pues su corazón ha sido roto en mil pedazos. Por lo que buscará obtener lo que necesita de una manera poco ortodoxa, pero no por ello menos efectiva, y muy discreta. Alexandra Valente, pensaba tener la vida perfecta junto al hombre que amaba, hasta que descubre que él le es infiel; sumergida en el dolor, ella decide huir sufriendo un accidente en el proceso, quedando así en coma. Sin más salida al ver que la vida de Alexandra se le escapa de las manos; Bruno, decide alquilarla a un hombre poderoso que posee los medios para mantenerla con vida, con la condición de que sea el recipiente perfecto para cumplir su tan anhelado sueño. La situación se complica, cuando Alexandra despierta, y descubre que solo fue usada, y que es madre del hijo de este hombre, Damiano Zorzi, con quien después de negociar, fingirá un matrimonio solo para no abandonar a su pequeño. ¿Podrá Alexandra sobrevivir a esta difícil situación, habiéndose casado sin amor? ¿O este hombre arrogante, frío, y con traumas de su pasado, termina amándola?
Abril Granfort fue obligada a casarse muy joven, solo para que su esposo pudiese reclamar su herencia, ella lo hizo por amor, el por ambición. El problema radica en que luego de ser abandonada por el durante 3 años, en lugar de morir de amor, surge de las cenizas, y se vuelve toda una mujer que al regreso de Dante, captura su corazón, lo que él no sabe es que para este entonces, ella ya lo ha olvidado, y en su corazón hacia a él, solo existe rencor ¿Podrá Dante vivir con el desprecio de su esposa después de amarlo tanto? ¿O Abril caera ante el como años atrás?
Belinda pensó que, tras el divorcio, separarían sus caminos para siempre: él podría vivir su vida como quiera, mientras ella podría dedicarse a disfrutar el resto de la suya. Sin embargo, el destino tenía otros planes. "Cariño mío, estaba equivocado. ¿Podrías volver conmigo?". El hombre arrogante, al que una vez ella amó profundamente, bajó humildemente la cabeza. "Te ruego". Belinda apartó con frialdad el ramo de flores que él le había regalado y respondió fríamente: "Es demasiado tarde".
Durante tres arduos años, Emily se esforzó por ser la esposa perfecta de Braiden, pero él todavía se mantenía distante con ella. Cuando él le pidió el divorcio por otra mujer, Emily desapareció. Sin embargo, cuando reapareció más tarde, se convirtió en su última fantasía. Despidiendo a su ex con una sonrisa burlona, ella le desafió: "¿Te interesa una colaboración? ¿Quién te crees que eres?". Los hombres no le servían para nada; Emily prefería la independencia. Mientras Braiden la cortejaba sin descanso, descubrió las identidades secretas de Emily: hacker de alto nivel, chef, médica, talladora de jade, corredora clandestina... Cada descubrimiento aumentaba el desconcierto de Braiden. ¿Por qué los conocimientos de Emily parecían ilimitados? El mensaje de Emily era claro: destacaba en todos los aspectos.
Cuando eran niños, Derek le salvó la vida a Norah. Años más tarde, Derek quedó en estado vegetativo tras un accidente automovilístico y Norah se casó con él sin pensarlo dos veces. Con sus conocimientos médicos, incluso lo curó. Durante dos años, Norah amó a su marido con todo su corazón, esperando poder devolverle su bondad. Pero cuando volvió su primer amor, él pidió el divorcio. Sin dudarlo, ella estuvo de acuerdo. Lo que pocas personas sabían es que ella, etiquetada como "abandonada", era en realidad una piloto de carreras, una famosa diseñadora, una genio hacker y una reconocida doctora. Lamentando su decisión, Derek le pidió perdón a Norah. De repente, apareció un encantador CEO, abrazó a Norah y le dijo: "¡Aléjate de mi esposa!". Sorprendida, Norah soltó: "¿Qué?".
Antes del divorcio, todos pensaban que Belinda era solo una ama de casa que no servía para nada. Incluso su esposo en ese momento, Russell, lo creyó. Sin embargo, después del divorcio, se reveló rápidamente que ella era la heredera de la familia Lindfield. No solo era competente en diseño, sino que también era una mujer de negocios astuta que sabía cómo obtener ganancias. Tenía varios hermanos que la adoraban. Al enterarse de que estaba soltera de nuevo, varios hombres guapos la persiguieron, decididos a ganarse su corazón. Cuando volvió a cruzarse en el camino de Russell, levantó con orgullo la barbilla y le preguntó: "¿Te arrepientes de divorciarte de mí?". El hombre respondió: "Sí. ¿Y si nos volvemos a casar?".
A veces el amor aparece de la manera más inesperada y en la forma de la persona menos pensada. Para Daniel, la vida a sus 40 años es una rutina entre sus tres hijos y su cargo de CEO de la empresa familiar. El fallecimiento de su esposa lo deja inmerso en la tristeza; creando, con el correr de los años, una coraza fría a su alrededor. Deanna tiene una vida normal, trabaja medio tiempo y estudia en la Universidad de Artes porque quiere lograr su sueño: cantar en la ópera. Solo le falta un año para terminar su carrera cuando su amigo Harry le pide ayuda desesperado. Una antigua regla familiar le impide casarse con su novia, la cual está embarazada. Para hacerlo, Daniel, su hermano, debe casarse primero. Para ayudarlo con su problema Daniel y Deanna acceden a fingir una relación y un matrimonio. Son tan opuestos que la atracción es inevitable. Él encuentra en ella la calidez que faltaba en su vida y Deanna el amor luego de una ruptura desastrosa. Finalmente, Daniel puede volver a tener una familia. Pero hay muchos intereses ocultos que buscan separarlos y alejarlos. El viaje es difícil, deben enfrentarse no solo a terceros que les complicaran las cosas, sino también a sus propios miedos e inseguridades. No es sencillo equilibrar 15 años de diferencia. Pero el corazón tiene razones que la misma razón nunca entenderá.
Sabrina tardó tres años enteros en darse cuenta de que su marido, Tyrone, era el hombre más despiadado e indiferente que jamás había conocido. Él nunca le sonrió y mucho menos la trató como a su esposa. Para empeorar las cosas, el regreso del primer amor del hombre no le trajo a Sabrina nada más que los papeles del divorcio. Con la esperanza de que todavía hubiera una posibilidad de salvar su matrimonio, le preguntó: "Tyrone, aún te divorciarías de mí si te dijera que estoy embarazada?". "¡Sí!", él respondió. Al comprender que ella no significaba nada para él, Sabrina finalmente se rindió. Firmó el acuerdo de divorcio mientras yacía en su lecho de enferma con el corazón hecho pedazos. Sorprendentemente, ese no fue el final para la pareja. Fue como si Tyrone despejara la mente después de firmar el acuerdo de divorcio. El hombre que alguna vez fue tan desalmado se arrastró junto a su cama y le suplicó: "Sabrina, cometí un gran error. Por favor, no te divorcies de mí. Te prometo que voy a cambiar". Sabrina sonrió débilmente, sin saber qué hacer…