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Cuando Hannah acepta conocer al nuevo esposo de su madre, descubre que es Mark, el hombre con quien tuvo una noche secreta y apasionada en el pasado. El deseo prohibido entre ellos renace, pero todo se complica cuando Ethan, el hijo mayor de Mark, aparece, despertando en Hannah nuevas emociones. Atrapada en un triángulo de deseos peligrosos y oscuros secretos, Hannah deberá enfrentar una red de manipulación y obsesión que amenaza con destruirla. En un juego mortal de pasiones prohibidas, deberá elegir entre escapar o rendirse al amor que podrÃa ser su perdición.
Decidà que era el momento de dar un giro radical a mi vida tras romper con Liam, el idiota de mi exnovio. Me cansé de ser la ingenua que siempre da todo sin recibir nada. Ahora, más que nunca, quiero abrazar mi libertad, dejar de pensar en lo que los demás esperan de mà y empezar a hacer lo que realmente me plazca. Con mi amiga Vera, celebramos mi nueva solterÃa en un bar de moda cerca de la playa, disfrutando de la brisa marina en esta ciudad costera que he llegado a amar. Ha sido una larga y amarga etapa de mi vida, y esta es la despedida que merezco.
-Hoy es tu noche, Hanna -dice Vera con una sonrisa cómplice mientras pide otra ronda de tragos-. Hoy celebramos que dejaste atrás lo que no te hacÃa feliz, y que el futuro es todo tuyo.
Levanto mi copa y sonrÃo. Es una sonrisa ligera, un poco despreocupada, porque por primera vez en semanas me siento libre, libre de verdad. No es una libertad que depende de la compañÃa de otros, ni siquiera de la aprobación de nadie. Es mi libertad, la de elegir lo que quiero, cómo quiero, sin excusas ni remordimientos.
-Brindemos por eso -digo, y nuestras copas chocan con un sonido cristalino.
El bar está lleno, y la mezcla de risas, conversaciones y luces me envuelve como un abrazo cálido. Siento la arena en mis pies desde nuestra caminata por la playa al atardecer, y me doy cuenta de que no quiero dejar de sentir esta sensación de alivio, de que todo es posible. Respiro hondo, saboreando cada segundo de esta noche.
-No sé si es por estos tragos o qué, pero me siento viva, feliz -digo, con una risa que sale desde lo más profundo.
Vera se rÃe, sincera, disfrutando el momento conmigo.
-Eso es porque estás dejando atrás la carga, Hanna. Estás siendo tú misma. Y hablando de dejar atrás, hay muchos hombres interesantes esta noche, ¿no crees? -dice, con una sonrisa pÃcara.
-No necesito de un hombre para disfrutar esta noche, pero... -miro alrededor, como tanteando el terreno-, no estarÃa mal un poco de diversión.
Vera levanta una ceja, divertida.
-Mira, te entiendo. Pero hazlo porque tú lo quieres, no porque él te hizo algo, ¿vale? -me dice con seriedad.
-Por supuesto. No se trata de Liam. Es sobre mÃ. Y, sÃ, podrÃa hablar con alguien, ¿por qué no? Como ese hombre de la esquina. Parece interesante.
-Ese tipo parece mayor -comenta Vera, tratando de disimular una sonrisa.
-¿Y qué si lo es? Las canas no siempre significan vejez, a veces significan sabidurÃa -respondo, retadora.
Vera suelta una carcajada.
-Tú y tus metáforas... Pero sÃ, es atractivo.
-Exacto. Y hoy no voy a desperdiciar ni una sola oportunidad -le digo con firmeza.
Me levanto y camino hacia él, segura, sin titubeos. Sé lo que quiero. Cuando llego a su mesa, levanta la vista sorprendido, pero rápidamente sonrÃe. Nos presentamos y, en poco tiempo, estamos conversando animadamente. Hay una chispa de interés en sus ojos que me intriga, algo diferente de las conversaciones vacÃas que he tenido antes.
Mientras la noche avanza y las bebidas fluyen, la conversación se torna más Ãntima. Me siento atraÃda por su misterio, por su forma de mirarme directamente a los ojos, sin miedo. Mi mano roza la suya, y una corriente de excitación recorre mi piel.
-¿Siempre eres asà de directa? -pregunta con una sonrisa divertida.
-Solo cuando sé lo que quiero -respondo, mirándolo con desafÃo.
-Y, ¿qué es lo que quieres esta noche, Hanna? -susurra, acercándose un poco más.
-Vivir sin remordimientos. Sentir que estoy tomando las riendas de mi vida -le digo, con una convicción que no admite dudas.
-Me gusta esa actitud -responde él, y hay algo en su voz, algo genuino que me hace sentir curiosidad por saber más de él.
Sé que esta noche podrÃa ser solo eso, una noche. Pero también sé que no me arrepentiré. No porque busque una venganza, ni porque quiera llenar un vacÃo, sino porque he decidido que quiero vivir cada experiencia plenamente, con la conciencia de que cada decisión que tomo es mÃa, y solo mÃa.
-¿Qué te parece el destino? -pregunto, con una sonrisa ligera.
-Creo en las decisiones -responde, tomando mi mano con delicadeza-. Y creo que ambas hemos tomado la correcta esta noche.
Nos miramos, sabiendo que, pase lo que pase, hemos decidido vivir en el presente, sin miedo al mañana. Esta es mi vida, mi elección, y no hay nada más poderoso que eso.
-Eres un hombre muy atractivo y, para nada, aburrido. Estoy segura de que no estás solo, ¿verdad? -le digo con una sonrisa traviesa, jugando a ser despreocupada mientras mi mente analiza cada uno de sus gestos.
Mark se queda un momento en silencio, como midiendo sus palabras antes de responderme. Finalmente, me mira fijamente, con una mezcla de sinceridad y cierta provocación en sus ojos.
-No te equivocas. Estoy saliendo con alguien después del divorcio de mi esposa. -Sus palabras son directas, pero el tono de su voz lleva una carga de algo más, algo que me hace sentir curiosa.
Me rÃo suavemente, con una mezcla de incredulidad y diversión.
-Eres el primer hombre que no niega estar con alguien para ligarse a otra mujer. O eres un caballero... o un idiota que se cree con suerte. -Me muerdo el labio con una chispa de travesura en los ojos, esperando ver cómo reacciona.
Mark sonrÃe, relajado pero serio al mismo tiempo.
-Soy un hombre que desea hacer las cosas bien. Me he equivocado antes, varias veces, y creo que he encontrado a la mujer indicada para convertirse en mi esposa. Sin embargo, en este momento, hay algo que me llena de dudas. Mi corazón grita descontrolado por tenerte a mi lado toda la vida y mi cabeza está luchando por no ceder al deseo carnal del momento. -Su voz baja, casi un susurro, se mezcla con la música de fondo.
-¿Te pongo muy nervioso? -le susurro, acercándome lo suficiente para que mi aliento roce su piel, sintiendo la electricidad en el aire entre los dos.
Mark respira profundo, con los ojos fijos en los mÃos.
-Más que eso, Hanna. Desde el instante en que cruzamos las miradas, sentà como una chispa que atravesó mi pecho y está creciendo a cada segundo... Y solo cesará un instante cuando te bese por primera vez. -Sus palabras son tan intensas que hacen que mi piel se erice.
Él toma la iniciativa y acerca sus labios a los mÃos, dejándome un beso tÃmido, pero lleno de promesas. No esperaba que fuera tan tierno, tan cuidadoso.
-¡Maldición! ¿Por qué tienes que ser tan perfecto? -susurro, apartándome ligeramente, sorprendida por mis propias palabras. Lo miro, sintiendo una mezcla de emociones contradictorias, pero luego decido seguir mis impulsos y me acerco de nuevo, esta vez tomando yo la iniciativa. Nuestros labios se encuentran en un beso largo y apasionado, único y especial.
Mark responde al beso con una intensidad que hace que mi corazón lata con fuerza descontrolada.
-Hace mucho que no siento esto por nadie -confiesa, con una sinceridad que parece tan real que hace que mi corazón se acelere aún más.
Me aparto un poco, aún sonriente, pero también cautelosa.
-Eres un mentiroso. Todos los hombres dicen lo mismo para llevarse a una mujer a la cama -le digo con una sonrisa burlona, pero hay una chispa de incertidumbre en mis ojos.
Mark se rÃe suavemente, y su risa es cálida, genuina.
-No soy como todos -dice, acercándose más, rozando sus labios con los mÃos de nuevo, como si no pudiera evitarlo.
-¡Por favor! Confiesa. Quieres llevarme a la cama -le reto, divertida, disfrutando de este juego.
-No voy a negarlo, pero solo sucederá si tú lo deseas -me responde, mirándome con una mezcla de deseo y sinceridad que no puedo ignorar.
Levanto una ceja, retadora.
-¿Y si digo que no? -pregunto, disfrutando del poder que siento en esta situación.
Mark sonrÃe, con una mirada que refleja determinación.
-No haré nada... pero lucharé incansablemente para que suceda algún dÃa.
No puedo evitar sonreÃr, impresionada por su honestidad. Me doy cuenta de que hay algo más en él, algo que no esperaba encontrar esta noche.
-¿Y qué pasará con la mujer que está contigo ahora? -pregunto, con una chispa de curiosidad y quizás algo de celos.
Mark suspira, como si estuviera considerando cada palabra antes de hablar.
-Estamos saliendo, pero no es nada formal. Los caminos suelen tener desvÃos sin retorno -dice, con una voz calmada, pero hay un matiz de duda.
-Entonces, parece que tenemos un desvÃo esta noche -digo, acercándome un poco más, sintiendo la urgencia de la situación.
-¿Eso es un s� -pregunta, mirándome con intensidad.
SonrÃo, bajando la voz en un susurro.
-Es un sÃ, pero solo porque quiero que esta noche sea inolvidable -le respondo antes de besarlo de nuevo, más intensamente, dejándome llevar por el deseo que ambos compartimos en ese momento.
Nuestros cuerpos se acercan, y por un momento todo lo demás desaparece. Pero entonces, miro de reojo hacia donde deberÃa estar Vera, y al ver el lugar vacÃo, entiendo que la noche aún guarda más sorpresas. Tomo una decisión en mi mente y me pongo de pie.
-Ya no quiero estar aquà -declaro, sintiendo una mezcla de emoción y expectativa.
Mark me sonrÃe, como si entendiera exactamente lo que estoy pensando.
-Conozco un lugar especial -responde, y hay algo en su voz que me invita a confiar.
-¿Tu cama? -pregunto, riendo un poco.
-PodrÃa ser -me responde, con una sonrisa que me hace sentir una cálida oleada de emoción.
Salimos del bar y nos adentramos en la serenidad nocturna, caminando por la playa. El murmullo del mar nos acoge con su suave arrullo, y siento el brazo de Mark rodear mi cintura con firmeza y delicadeza.
Luego de dieciséis años, Leonardo recibe una visita inesperada, su ex novia llega para convertir su vida en una pesadilla, pero hace que se cuestione seriamente lo que realmente desea. Tiene el trabajo soñado, una novia hermosa con la que pronto va a casarse. Sin embargo, descubre que nunca ha logrado sacarla del todo, de su corazón y que ella guarda sentimientos intensos por él, a pesar de que lo único que hace es alentarlo a ser feliz con su actual pareja. El vacÃo que siente, se agiganta y el pasado trae de golpe tantos recuerdos que sacuden los cimientos de su alma. Nunca antes ha sido tan feliz, como cuando ella le sonrÃe. ¿Podrá recuperar el tiempo perdido y llenar el vacÃo que siente en su corazón?
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Una cita inusual pondrá a Jenny en serios aprietos, cuando un beso inesperado con la persona equivocada, sacuda los cimientos de su realidad y la transporte a un mundo oscuro de pasión y deseo.
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AbigaÃl siempre ha llevado una vida de princesa, pero cuando su verdadero padre intente secuestrarla, dejara de lado el glamour para defenderse con uñas y dientes, demostrando que no necesita de nadie para ser liberada. Sin embargo, en su lucha vana por escapar, conocerá a John; un necio agente de la DEA, que tiene la misión más importante en su carrera; rescatarla y poner tras las rejas a su padre. "¿Qué tan difÃcil puede ser?", es lo que se dice, antes que el destino cambie sus planes con un amor inesperado, que pondrá en peligro sus vidas. Ella no lo soporta. Él necesita de ella para resolver su caso. Explosiones, persecuciones, complot interno y un gran amor que se negaran a ver morir.
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Durante tres arduos años, Emily se esforzó por ser la esposa perfecta de Braiden, pero él todavÃa se mantenÃa distante con ella. Cuando él le pidió el divorcio por otra mujer, Emily desapareció. Sin embargo, cuando reapareció más tarde, se convirtió en su última fantasÃa. Despidiendo a su ex con una sonrisa burlona, ella le desafió: "¿Te interesa una colaboración? ¿Quién te crees que eres?". Los hombres no le servÃan para nada; Emily preferÃa la independencia. Mientras Braiden la cortejaba sin descanso, descubrió las identidades secretas de Emily: hacker de alto nivel, chef, médica, talladora de jade, corredora clandestina... Cada descubrimiento aumentaba el desconcierto de Braiden. ¿Por qué los conocimientos de Emily parecÃan ilimitados? El mensaje de Emily era claro: destacaba en todos los aspectos.
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