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Alejo, un joven abogado y ceo de un imperio, herido en su amor propio, se emborracha para olvidar su mal de amores, esa noche termina teniendo relaciones en su camioneta, con una adolescente que lo ama desde siempre, sin embargo, Florencia recibe solo desprecio por parte de su amado, algo que la marca para siempre. No obstante, esa noche tuvo consecuencias por las cuáles ella tuvo que huir del pueblo, para salvar la vida de su bebé neonato, haciéndose cargo de la situación. De esa noche él tiene vagos recuerdos, sólo sabe que la chica era virgen y que su perfume era el más exquisito aroma que él olió en su vida. Años después, al encontrarse por casualidad, él cae rendido a los pies de Florencia, pero ella huye todo el tiempo, entre tanta persecución, descubre que ella es la adolescente de aquella noche y que tienen una hija.
Por Florencia
Mis padres no me permitían salir demasiado, pensaban que vivían en el siglo pasado, pero yo siempre me las arreglaba para salir, es que moría por ir a bailar, es verdad que la gente de los lugares a donde me gustaba ir, era un poco mayor que yo, pero varias de mis compañeras de colegio tenían más libertad e iban.
Hace muchos años atrás, el lugar en donde vivo con mis padres y mis dos hermanos, era un pueblo, pero en este momento es una ciudad pequeña, en donde todo el mundo se conoce entre sí, al menos dentro de un mismo barrio, pero por eso no deja de ser una ciudad.
El tema es que mi alma es más libre que la de mis padres o al menos somos de otra generación.
Pretendo seguir una carrera universitaria, para eso me falta un año y medio.
Entonces, al tener más herramientas para progresar en la vida, me voy a ganar el respeto de mis progenitores, sobre todo de mi padre.
Él alienta a mis hermanos, solo por ser varones, Gabriel tiene 14 años y ya le está enseñando a manejar, claro que yo hice tal escándalo que terminó por enseñarme a mí también, aunque tengo vedado manejar, y que como soy menor de edad no tengo registro, salvo que mi padre haga un permiso especial y por supuesto, no lo piensa hacer, creo que en cuanto mi hermano cumpla 16 años, lo primero que él haría, es ese maldito permiso para que Gabriel maneje sin problema.
No le tengo celos a mis hermanos, eso jamás, los adoro, sólo que exijo la igualdad entre el hombre y la mujer, al menos en algunos temas.
Ya pasó la época en que la mujer solo se dedicaba a los quehaceres domésticos.
Pretendo formarme como profesional y trabajar en la carrera que elija.
Tengo sueños, como cualquier chica de mi edad.
Estaba ayudando a mi hermano a lavar el auto de mi padre, aunque lo lavaba yo, mientras que Gabriel sólo abre la canilla para que corra el agua, para mi progenitor, soy la que lo ayuda.
Estaba enjuagando la espuma, cuando pasa un auto con la música bastante alta, al mirar de quién se trataba, mi corazón latió confuerza.
Era Alejo.
Mi crush, o más bien, mi amor desde que tengo uso de razón.
Tiene 22 años, es un vecino, más bien era un vecino, sus padres viven al final de la cuadra, pero él, desde hace unos años que ya no vive acá, aunque viene bastante seguido, al menos una vez por mes y en las vacaciones, aunque no pasa las vacaciones acá, solo viene por unos días y para pasar las fiestas de fin de año, luego parten con su familia.
Dicen algunas lenguas que tienen una mansión de veraneo en Punta de Este, en el país vecino del Uruguay.
Puede ser, la casa de sus padres es la más hermosa y grande del barrio.
Es gente sencilla, al menos sus padres lo son, Alejo no lo es, siempre mira a todos por encima del hombro, pero es tan lindo...
No quiero mirarlo más, siento que mi amor por él se escapa y que todos se van a dar cuenta de lo que siento.
Alejo no sabe que existo, jamás me miró, mucho menos me saludó.
Por la diferencia de edad, no tenemos ni un amigo en común.
Alejo tiene algunos amigos por acá, que son tan engreídos como él.
Suspiro y giro la cabeza, mi hermano me está mirando.
-¿Qué?
Le pregunto, tratando de disimular, mientras sigo con mi tarea.
-¿Estabas mirando a Alejo?
Me pregunta directamente.
Ok, no disimulé tanto.
-¿Estás loco?
Digo con indiferencia.
-Parecía eso.
-¿Sos tonto? Estaba pensando en lo lindo que es manejar.
-Papá no te deja hacerlo.
-Lo sé, es un machista.
-Le voy a contar lo que decís.
Lo que faltaba, que mi tonto hermano me acuse y mis problemas se van a acrecentar.
Tengo que ser menos transparente y disimular todo lo que Alejo me provoca.
Muchas de mis compañeras tienen novio o chicos con los que salen y la mayoría ya no es virgen.
Yo nunca salí con alguien...estoy enamorada de Alejo, a él sí le entregaría mi virginidad, me provoca muchas sensaciones, ungo intenso nace en mis entrañas cuando lo recuerdo.
Solo mi amiga Karla sabe lo que siento y confío en ella, como ella confía en mí.
Sin saber que existo, Alejo llega a su casa.
Sale su madre a recibirlo y se escuchan unas risas a lo lejos, también aplausos.
Cuando mi vista recae en un pasacalle, de esos que se suelen usar para felicitar alguién.
¨Bienvenido abogado Alejo, estamos orgullosos de vos¨
Decía el cartel.
Sonrío a mi pesar.
Al parecer se recibió de abogado.
Supongo que ahora vendrá menos por el pueblo, que no es un pueblo.
Debe trabajar en la empresa de su familia.
Son tan discretos, que no sé de qué es la empresa, una vez escuché que también importaban algo, pero nadie sabe bien qué importan o a qué se dedican.
Dicen que tienen fábricas, otros dicen que importan...en realidad nadie sabe y los que saben son sus amigos, que también tienen cierto nivel económico, más elevado del resto y no hablan del tema.
Parece que para esa gente, el resto de los mortales somos insectos y que las clases sociales se diferencian tanto que no se deberían mezclar.
Yo vivo bien sin ellos...salvo por Alejo.
Es que verdaderamente lo amo.
Otros dicen que Alejo vuelve siempre para ver a Marina, su novia.
A mí no me parece que sean novios, ella tiene 24 años o 25 años, le lleva dos o tres años a él y es verdad que algunas veces los vi juntos y besándose, pero también la vi a ella besándose con otros muchachos y no tan jóvenes, del barrio.
Marina es la típica chica popular.
Es hermosa, lo admito, aunque no me guste reconocerlo.
Es alta, debe medir algo más de 1,70, con un cabello negro, largo y sedoso, tiene ojos azules que llaman la atención de todo el mundo.
Su cuerpo parece perfecto, como el de una modelo, un busto imponente, que siempre lo luce mostrando más de lo debido, pero todos los hombres se vuelven locos por eso.
Su cintura es pequeña y su cola también se ve perfecta.
Cuando terminó el colegio secundario decían que aprobó por hacerle favores a un preceptor.
Yo no sabía qué quería decir eso, aunque ahora me lo imagino.
Tampoco puedo aseverar que sea así.
Supongo que ahora sí se van a comprometer y luego se van a casar y van a tener hijos preciosos, ya que los dos son hermosos.
Trato de retener las lágrimas al pensar en eso.
Me gustaría lograr el amor de Alejo, yo no me besaría con otros en su ausencia.
Me brindaría entera a él.
Lo llenaría de besos y...
Mejor termino de enjuagar las ruedas del auto de mi padre, sino voy a estar en problemas.
Cómo me gustaría tenerlo de frente...retenerlo poco a poco...amarlo...
Comienzo a secar el auto y veo otro auto, nuevo, que estaciona en la puerta de la casa de los padres de Alejo.
Baja del auto Luciana, la hermana de Alejo, creo que tiene 30 años, llegó con su marido y su pequeña hija, que es una bebé de meses, tan bonita como la madre.
Luciana es una bella mujer, también es abogada, aunque no estoy tan segura, pero sé que tiene un título universitario.
Parece ser la versión femenina de su hermano, en cuánto a belleza se refiere.
Es bastante más agradable que Alejo, pero tampoco es que derrocha simpatía, pero al menos no mira a todo el mundo por arriba del hombro, como si los demásfuesemos cucarachas.
Siendo así, no entiendo como puedo amar a Alejo, lo cierto es que él ocupa todos mis pensamientos.
Quisiera gritarle a su corazón y qué él se abra para mí.
Quisiera que él se olvide del mundo y me saque de la soledad que siempre me envuelve, que me tome de las manos y que no me suelte jamás.
Me siento tonta por aspirar a su amor, pero no lo puedo evitar.
Sí sólo lo pudiera olvidar, pero sé que eso no es una opción, lo tengo impregnado en mi alma.
Hasta que él se case, que supongo que va a ser pronto, ya que se recibió.
Lo va a hacer con ella, yo no creo que Marina lo ame como yo.
No puedo competir con ella, es adulta y hermosa, a mí todos me ven como una criatura, aunque me siento mujer y le entregaría mi vida.
Cierro los ojos y me imagino sus besos y sus caricias, lo prefiero a él entre todos los hombres del mundo.
Karla me dice que me olvide de él, que Alejo nunca me va a dar bolilla, posiblemente tengan razón, pero no sé de qué manera puedo olvidarlo.
Sueño con él.
Cenamos en casa y le recuerdo a mi madre que esta noche me iba a quedar a dormir en la casa de mi amiga.
Mi padre me mira desconfiado y me dice que no puedo ir.
Estoy cansada, es sábado a la noche y todos van a bailar y posiblemente Alejo también vaya, sus amigos suelen ir a cierta discoteca, que con mi amiga logramos entrar a pesar de nuestra edad, es que vistiéndonos llamativamente, no nos piden documentos.
Le mando un mensaje a mi amiga, diciéndole que pensaba escapar, ya lo había hecho un par de veces.
La ventana de mi dormitorio da al patio y por suerte no comparto la habitación con mis hermanos.
Por eso es fácil, mis padres se duermen temprano y mis hermanos no me molestan de noche.
Me quejé ante mi padre para que no desconfíe, pero no logré su permiso.
Ayudé a mi madre a lavar los platos mientras que mi padre miraba televisión, un aburridísimo programa que solo le interesaba a él.
Mis hermanos estaban en silencio, pero cada uno estaba pendiente de su celular.
Es que cuándo mi padre miraba su programa no podía volar ni una mosca, pero tampoco nos podíamos levantar de la mesa hasta que él lo dispusiera, salvo mi madre y yo para lavar los platos.
Definitivamente piensa que está en el siglo pasado.
El silencio solo era interrumpido por el ruido del agua al correr.
Tampoco le insistí a mi madre, ya que ella en casa tampoco tenía voz ni voto.
Yo veo la vida de otra manera, en un matrimonio tiene que haber camaradería, se tienen que acompañar...el amor es otra cosa.
Tampoco imagino que ellos disfruten del sexo, no creo que mi madre haya tenido un orgasmo alguna vez en su vida, imagino que mi padre decide cuando y en que circunstancias tienen relaciones y que solo vale lo que él quiere.
El sexo entre ellos debe ser tradicional, nada de sexo oral, mucho menos anal.
Ni sé porque pienso esas tonterías sobre mis padres.
No me interesan.
No vivimos aislados del mundo, apenas estamos a tres horas, en auto, de la capital y sin embargo creo que sólo fuimos una sola vez hasta allá y no recuerdo bien, ya que yo era chica.
Sólo recuerdo que mi hermano más pequeño, aún era bebé y que mi padre estaba enojado, le recriminaba a mi madre que deje de nombrar a Diana.
Diana es mi tía, la única hermana de mi padre.
Mis abuelos la echaron de casa y mi padre estaba de acuerdo con la decisión de sus padres.
Por lo que pude entender, ella estaba embarazada y era soltera, en ese momento tenía 20 años.
Me pareció una locura lo que estaba escuchando.
Creo que en ese momento dejé de ser cariñosa con mis abuelos y con mi padre.
Nunca más supe algo de mi tía y recuerdo que yo la adoraba, aunque en casa la criticaban por su espíritu libre.
Muchas veces me pregunto qué habrá sido de su vida y si tengo un primo o una prima que no conozco.
Me angustio al pensar en lo que debe haber pasado, sola y con su familia dándole la espalda.
Creo que el padre de la criatura era casado y no se hizo cargo de la situación, no me pude enterar de quién se trataba, es que de ese tema, en casa, no se hablaba.
Mi madre nunca más insistió con el tema, a lo mejor se comunica con ella a escondidas de mi padre, pero no creo, porque es bastante cobarde y sobre todo, está dominada por él.
Edith no podía entender por qué su marido, su gran amor, se había suicidado, ella nunca creyó que él podría tomar semejante decisión. Se encontró sola, teniendo que hacer frente a gastos que no tenía cómo cubrir y no quería despojar a su hijo de la casa en donde había crecido, venderla no era una opción. Cuando una amiga le propuso bailar en el club de strippers de más categoría de la ciudad, luego de dudarlo, aceptó, saldría al escenario camuflada y nadie sabría quién era ella. Lejos quedó la dama de alta sociedad que un día había sido, aunque su belleza y elegancia resaltaba entre miles de mujeres. Ella sólo quería que su hijo ingrese a la facultad y tenga una vida digna. Todo se complicó, cuando el jefe de su hijo, uno de los hombres más importantes de la ciudad, descubrió su verdadera identidad.
El amor entre ellos surgió como por arte de magia, ambos eran médicos y la mejor amiga de la bella doctora era cuñada de Ramiro, ellos estaban compartiendo sus vacaciones. Era tan profundo lo que ellos sentían, que pensaban que al volver a su país, estaban en una pequeña ciudad cerca de la frontera, pronto se casarían y estarían unidos para siempre. De pronto el mundo cambió, tuvo lugar la pandemia del COVID, se cerraron las fronteras y ambos quedaron atrapados en el país vecino, decidieron colaborar en la clínica de la pequeña ciudad. Rocío terminó por contagiarse de ese cruel virus, que arrasó con media ciudad. La tuvieron que intubar, y aunque Ramiro quería quedarse a su lado todo el tiempo, los casos se multiplicaban y tenía que atenderlos. Una enfermera, que siempre estuvo celosa de la bella médica, dejó de suministrarle los medicamentos, en lugar de empeorar, Rocío recuperaba de a ratos la conciencia, en un momento Rocío tuvo una pequeña arritmia, un pequeño preinfarto, Charo, la enfermera, se apresuró a desconectarla, diciendo que había fallecido, amenazando a los médicos residentes, inventando que tenía un romance con Ramiro, que era el médico más importante, logró que metieran el cuerpo de Rocío en una bolso mortuoria, sin avisarle a él. Rocío logró recuperarse y con ayuda del destino, pudo salir de la bolsa mortuoria y de la ambulancia llena de cadáveres. Luego de esconderse en la que fuera la casa de sus padres, volvió a Argentina, el médico de la clínica en donde ella trabajaba, la acogió, protegió y le propuso matrimonio, ya que siempre estuvo enamorada de ella. Por agradecimiento, aceptó la propuesta, ya que sólo confiaba en él, un año después su esposo, fallece de cáncer, dejándole como herencia sus clínicas y una cuantiosa fortuna.
Tenía 6 años cuando en la puerta de mi casa apareció una mujer con una niña de mi edad, diciendo que esa pequeña también era hija de mi padre. Recuerdo a mi madre llorar y subirnos a su auto, luego de viajar un rato, el auto comenzó a hacer trompos y volcamos, mi mamá falleció en ese accidente, aún siento las lágrimas de mi papá al rescatarme de entre los fierros retorcidos. Esa mujer se instaló en mi casa, haciendo de mi vida un infierno inimaginable, luego de unos años, ellos se casaron y Rosie, mi media hermana, pasó a llevar mi mismo apellido, si su madre me torturaba ella fue la alumna que superó a la maestra. Intentó ahogarme cuando tenía 15 años, y a mis 19, organizó un plan para que me violaran. Mi padre falleció de una enfermedad terminal, casi en la ruina. Yo me quedé sola, sintiéndome culpable de su muerte, prácticamente en la calle, con un ser en mis entrañas y sin saber quién era su padre, pero… mi progenitor siempre estuvo mil pasos adelante, nada es lo que parece y cada cuál tiene su merecido.
Cuando Gonzalo, un importante ceo, tan atractivo como egoísta, abandona a Elizabeth, su bella, sensual y fina esposa, sin importarle que ella tenga un embarazo de 8 meses y que su hijo de 5 años, vaya a sufrir por su ausencia, no se imagina jamás lo caro que le va a costar su capricho, porque sí, él se había encaprichado con una mujer que se cruzó en su camino en el momento en que Elizabeth tenía que hacer reposo absoluto por su embarazo. No tarda en darse cuenta de su equivocación, pero su orgullo, sumado a su estupidez, le impiden acercarse a su familia y pedir perdón, más tarde todo se vuelve en su contra y tiene la sensación que nunca va a remendar el desastre que provocó con sus acciones.
Todo se complica cuando la competencia de dos mujeres va más allá de lo estipulado y pasan ciertos límites cruzando las fronteras permitidas, sin embargo ellas no son las únicas que compiten, también lo hacen los dos primos, que terminan exponiendo situaciones y exponiendolas a ellas, quienes son señaladas por la sociedad, sin embargo, ellos pretenden luchar hasta las últimas consecuencias para lograr limpiar el nombre de las dos bellas muchachas, no obstante, los celos y la venganza, separan a las dos parejas que finalmente se formaron.
Me enamoré profundamente de Agustín, sin embargo él ponía una distancia enorme entre nosotros, su excusa era que soy menor de edad y que me lleva 12 años, pero yo no bajé los brazos, lo iba a conquistar a cualquier precio. Sabía que me deseaba, eso lo veía en sus ojos, por lo que decidí acorralarlo cada vez que tuve la oportunidad. Cuando cumplí 18 años, todo cambió, tuve su amor incondicional, sin embargo nunca pensé que tendría que ser yo, la que con mucho dolor, lo abandonaría. * En Argentina se llama pendeja/jo a Mujer/hombre muy joven o adolescente, puede ser despectiva o cariñosamente. *La historia de Any comienza en Mi primer amor, Ivana y Willy.
Cuando Julianne Smith decidió vengarse de su ex esposo infiel, no pensó que acabaría destrozando el coche de William Covington, un guapo y rudo desconocido de aspecto peligroso y tatuajes por doquier que le promete hacer su vida de cuadritos producto de su error. Esperando no volver a encontrarse, su pequeño hijo llega a casa con su nueva amiga de escuela, sin imaginar ni esperar que aquella niña fuese hija del mismo hombre que le había vuelto la vida un completo caos. Enfrascados en la amistad desbordante de sus hijos, William y Julianne se ven obligados a pasar más tiempo juntos, sin esperar que hubiesen más hilos conectados entre ellos de los que imaginaban, y que los llevarían poco a poco a desarrollar una intensa atracción imposible de evitar, aun cuando eran completamente diferentes.
Sabrina tardó tres años enteros en darse cuenta de que su marido, Tyrone, era el hombre más despiadado e indiferente que jamás había conocido. Él nunca le sonrió y mucho menos la trató como a su esposa. Para empeorar las cosas, el regreso del primer amor del hombre no le trajo a Sabrina nada más que los papeles del divorcio. Con la esperanza de que todavía hubiera una posibilidad de salvar su matrimonio, le preguntó: "Tyrone, aún te divorciarías de mí si te dijera que estoy embarazada?". "¡Sí!", él respondió. Al comprender que ella no significaba nada para él, Sabrina finalmente se rindió. Firmó el acuerdo de divorcio mientras yacía en su lecho de enferma con el corazón hecho pedazos. Sorprendentemente, ese no fue el final para la pareja. Fue como si Tyrone despejara la mente después de firmar el acuerdo de divorcio. El hombre que alguna vez fue tan desalmado se arrastró junto a su cama y le suplicó: "Sabrina, cometí un gran error. Por favor, no te divorcies de mí. Te prometo que voy a cambiar". Sabrina sonrió débilmente, sin saber qué hacer…
Kallie era una muda. Su marido la ignoró durante cinco años desde su boda, no solo esto, ella hasta sufrió un aborto por culpa de su cruel suegra. Tras el divorcio, Kallie se enteró de que su exmarido se había prometido rápidamente con la mujer que realmente amaba. Sujetando su vientre ligeramente redondeado, se dio cuenta de que él nunca se había preocupado realmente por ella. Decidida, ella lo dejó atrás, tratándolo como a un extraño. Sin embargo, tras su marcha, ese hombre recorrió el mundo para buscarla. Cuando sus caminos volvieron a cruzarse, Kallie ya había encontrado una nueva felicidad. Por primera vez, él se humilló ante ella y le suplicó: "Por favor, no me dejes...". Pero la respuesta de Kallie fue firme y despectiva, cortando cualquier vínculo entre ellos: "¡Lárgate!".
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