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Una estudiante de doctorado obstinada y libre. Un asesor enigmático. Vera, se había obsesionado con una cosa, que su maestro caiga rendido ante su seducción, y él cedió. Aunque no esperaba que se convirtiera en el más grande e interesante de sus misterios, y ella, que siempre había estado encantada con lo nuevo y lo desconocido, invierte en todos los sentidos para provocarlo, para tenerlo, sin importarle las consecuencias y los secretos que los rodean.
Ya me había mirado en el espejo, cinco veces. Incluso me había fijado en los diseños plateados que había en el marco. Le había pedido la opinión a Lara un millón de veces. Ya había mirado mi teléfono móvil unas setecientas veces y repasaba en mi cabeza cada letra del correo electrónico que había recibido de mi nuevo asesor. Ya había revisado todos mis trabajos y revisado las cartas de recomendación de todos mis antiguos profesores. Estaba nerviosa, no me podían despedir una vez más. Perdería todo lo que había construido hasta ese momento.
- Vera, es solo tu director de doctorado. No vas a tener una cita. Vas a ir a una universidad. Está bien que tu nuevo profesor sea bastante guapo, pero no hay necesidad de estresarse por eso -dijo Lara apareciendo detrás de mí en el espejo. -Además, conozco a Alejandro Osores, es exigente, pero es buena persona.
- Lara, necesito causar una buena primera impresión, sabes que no tengo buena reputación como estudiante después de haber sido despedida por mi asesora.
- Ex asesora -dijo con seriedad la pelirroja.
Había tenido una desagradable pelea con mi asesora debido al proyecto y ella me abandonó cuando solo quedaban seis meses para completar el curso. Una catástrofe.
Acaba de enviarme un correo electrónico, diciendo que nuestra "relación" ya no era aceptable, e incluso se había despedido con un "Atentamente, saludos, buena suerte, no me busques más, Marilina".
Caí en la desesperación.
El mundo prácticamente se había acabado allí.
Allí mi mundo se había desmoronado, vi cómo se tiraban por la borda cuatro años de estudio.
El máster ya había sido difícil, mi asesor era un anciano insufrible que no quería que yo tomara decisiones sobre mi propio proyecto. Fueron dos años de sufrimiento y brotes que no sirvieron de mucho, solo dieron como resultado un certificado de maestría en el que era necesario un doctorado para trabajar en el área de investigación que me interesaba.
Después de todo eso, tuve que dedicarme a una vacante de doctorado que durante unas décimas casi no pude conseguir y tras ser abandonada por mi cobarde asesor, tuve que rehacer todo el proceso de nuevo. Esto incluyó una prueba oral, una prueba de opción múltiple, un ensayo, una prueba de fluidez en al menos dos lenguas extranjeras y una prueba específica para ingresar al programa de doctorado del mejor profesor de literatura de la UBA, Alejandro Osores. Era tan famoso que había ganado premios incluso en el extrangero por su genial investigación, era literalmente un genio. Conseguir un lugar para estudiar con ese hombre fue un sueño hecho realidad.
- Vamos a llegar tarde -Lara refunfuñó. - Mis alumnos me están esperando -dijo y se cruzó de brazos.
- Como si llamaras a tus alumnos, Lara. Te conocen como la «maestra de la demora», precisamente porque nunca llegas a tiempo.
La pelirroja puso los ojos en blanco. Era profesora de derecho en la universidad, impartía solo cinco clases a la semana y aún llegaba tarde.
* * *
-¿Quieres que te acompañe? -me preguntó Lara. Claramente se estaba burlando de mis nervios.
-Claro que no. No soy un bebé de primaria ni un estudiante de primer año -puse los ojos en blanco y ella imitó mi gesto. -Me temo que la mayoría de la clase a la que voy a ir hoy tiene diecisiete años -sonreí y ella asintió.
- Es una posibilidad -puse los ojos en blanco. - ¿Cuántas asignaturas pagarás con él? -preguntó y me encogí de hombros.
- Cinco de siete -Lara abrió la boca con incredulidad. - Además de la orientación a proyectos -aclaré.
- Digamos que estarás prácticamente viviendo con él a partir de ahora. Convivirán día, noche, amanecer... Dentro de tres días, incluso mientras duermes, lo estarás viendo.
- Realmente espero que sea una buena persona, porque no soporto a otra Marilina en mi vida.
- Lo es, pero también tiene el Complejo de Dios. Cree altamente en su profesionalismo, más nunca se te ocurra marcarle algún error que a ti te parezca. No lo soportaría -sonrió.
Detestaba ese tipo de personas, pero él tenía un algo diferente.
- ¿Qué? -pregunté; no la estaba escuchando.
-Si quieres ir primero a la sala de profesores conmigo.
-¿No llegaste tarde? -pregunté con la mirada seria. Casi me había sacado a rastras de la casa por el horario y ahora quería dar un paseo por la sala de profesores.
- Vamos a tomar un café, estás tensa.
* * *
- Esa no es la forma en que se da la bienvenida a los novatos. - Un hombre alto, de pelo gris y barba incipiente, muy guapo... vino a mí. - Soy Fabio. Me tendió la mano y se la estreché. - ¿Eres una profesora nuevo? -negué con la cabeza, la forma en que sonreía me hacía sentir avergonzada.
- No, soy estudiante de doctorado en literatura -le dije y él asintió. - Mi nombre es Vera -le respondí con confianza y él seguía mirándome de la misma manera.
-Bienvenida -dijo al soltar mi mano-. Te presentaré al resto -dijo sonriendo. - Esa es Mónica, de medicina, es novata, terminó el doctorado hace dos meses -, señaló a la rubia clara que me sonrió con simpatía. prosiguió-: Ese es Fabio, de ingeniería. Esa es Macarena, también estudiante como tú, es estudiante de maestría en historia. -Señaló a otra rubia que era rubia como Mónica, solo que diferente a la primera, esta tenía el pelo liso. Ella también me sonrió y yo le correspondí. - ¡Demonios! ¿dónde está Osores?
-Probablemente ya estés en la habitación fichando. -dijo Andrés con desdén.
-Creo que será mejor que corras. No tiene mucha paciencia con los retrasos -me murmuró Lara y agarré mi maletín con fuerza, mirándola molesta, después de todo ella había sido la que me había arrastrado hasta allí.
-Buenas noches -dije y salí de la habitación prácticamente corriendo. Entré en el ascensor y presioné para subir al piso dieciocho, donde estaba el ala de literatura y literatura. Caminé por un pasillo gigante con varias puertas cerradas y abrí una que tenía el nombre de «Alejandro Osores» en un letrero plateado. Giré la perilla y la clase ya estaba llena.
. Era mi primer día de escuela y llegaba tarde.
-Tenga cuidado con el tiempo, señorita. -dijo Alejandro, echándose las gafas hacia atrás-. Era mucho más guapo que en las fotos de mi investigación. Tenía un cuerpo fuerte y, aunque llevaba traje, se podían ver sus músculos debajo de las telas. Tenía una pose autoritaria, pero al mismo tiempo no era del tipo «malo»
- No se repetirá -dije y me miró con seriedad.
-Eso espero. - Dijo sin emitir ni siquiera una sonrisa comprensiva. Me senté en una de las primeras sillas de la sala, cerca de un enorme ventanal, porque cualquier cosa que pudiera arrojarme desde allí arriba. Las cortinas estaban cerradas, por lo que solo tardaría unos segundos en abrirlas, tirar de la plancha que las mantenía cerradas, arrastrar el cristal, y ese sería el final de Vera Galeano.
Lo que debía hacer era sencillo, pero nunca imaginó que una simple reunión de negocios le cambiaría la vida. Él se quedó obnubilado con la manera en la que ella balanceaba su cuerpo pegado al tubo. Sus miradas se encontraron y el deseo no tardó en encender una llama que amenazó con quemarlo todo desde el primer momento. Afrodita era la bailarina más codiciada del The Clíamax. No había hombre en el club que no quisiera meterse entre sus piernas, pero ella es un alma libre que no se amarra a ninguno. Ella solo esta allí para hacer lo que más disfruta: bailar, pero aquella noche iría a ser diferente porque nadie le dijo, que allí, entre tantas miradas de lobos hambrientos, encontraría el amor.
Tras el homicidio de su esposa, se había convertido en un hombre cruel y despiadado al que solo le importaba cumplir con su única misión en la vida: acabar con la existencia del hombre que la asesinó, pero como en todo acto de venganza, a veces puede haber daños colaterales y ella fue uno de ellos. Ella solo quería estudiar y ayudar a su familia a salir de la miserable vida que tenían, pero la repentina muerte de su hermano mayor la obligó a dejarlo todo y hacerse cargo de una hermana en plena adolescencia, y una madre discapacitada con una dependencia al ciento por ciento. Cuando consigue un trabajo con una muy buena paga, ella cree que las cosas mejorarán, pero el destino es una mierda y lo que hace es servirla en bandeja de plata a su verdugo, porque su jefe no era nadie más que el esposo de la mujer que su propio hermano había asesinado en un asalto. Tan pronto él se entera de que su nueva empleada llevaba la sangre del asesino, idea un plan para destruir su vida, y aunque enamorarla era lo más fácil, no contaba con que su hermano se enamoraría de ella y que sería un obstáculo para el terrible infierno al que, de todos modos, la condenará. Ella, ¿será capaz de escapar de las garras del psicópata de su jefe o él será más inteligente y logrará su cometido?
Tras descubrir la infidelidad de su prometido, Clara decide regresar a su ciudad y a refugiarse en el amor de sus amigos y en especial de Aria, su mejor amiga, quién además de tener gustos sexuales pocos convencionales, tiene un hermano mayor, conocido como un El maestro de las Artes de la dominación, quien está enamorado de la joven desde antes de su matrimonio. En un acto de amor para con las dos personas que más quería, Aria, decide contactarlos y los dos se vuelven cercanos. Ni Clara ni León imaginan que se trata del otro, por lo que, luego de entrar en confianza, deciden aceptan cumplir sus más perversas fantasías y participar juntos en una sesión. Ella se entrega a él como sumisa, abnegada a sus deseos. Él toma su entrega para enseñarle que hay mil formas de disfrutar de la sexualidad. Desde el primer encuentro se sintieron diferentes. Nunca antes se habían sentido tan conectados en cuerpo y alma. Ni tampoco, habían sentido la necesidad de estar juntos. No podían entender por qué se habían metido uno el la mente del otro, solo sabían que el resto no importaba cuando estaban piel con piel. Él la completaba como ningún otro lo había hecho. Ella iba ganando más espacio en su pecho como no existió ninguna antes. Ella era su sumisa perfecta. Él era su señor, su maestro. Su mundo y todo iba a bien, hasta que se enteran de que fueron parte del plan de Aria. ¿Qué pasará cuando descubran sus verdaderas identidades? ¿Podrán ser capaces de olvidarse de todo y vivir en ese frenesí de deseo y pasión o preferirán alejarse por el miedo a los sentimientos que comienzan a manifestarse con más fuerza?
SOY LA PERVERSIÓN DEL JEFE *PARTE 2* Él creía que ella siempre estaría a sus pies, que toleraría su crueldad con tal de no perder lo que tenían. Después de todo, estaba seguro de que nadie podría darle lo que conseguía con él. Sin embargo, ella se cansó y aquella noche desapareció de su vida. Sebastián no imaginó que aquella inexperta en el sexo podría ser capaz de mover el mundo bajo sus pies y, aunque hizo de todo por negar sus sentimientos y destruirla por completo, terminó siendo quien se arrodillara ante ella y suplique el perdón, pero para cuando él la localizó, ya había alguien que tenía puesto sus ojos en ella. Ariana estaba dispuesta a ponerle fin al capítulo más doloroso de su vida. Y es que su enfermiza obsesión por el Licenciado Vega terminó con sus sueños de ser una gran abogada y con una amistad de años. O era así como ella consideraba la relación que tenía con Ana, porque tan pronto abandonó la ciudad, ninguna de las dos se interesó en saber de la otra. Un año había pasado y en ese tiempo sus vidas habían dado un giro de 180°. Por un lado, él no había perdido sus manías y ya tenía a otra mujer que cumplía a la perfección con sus exigencias. Por el otro estaba ella, que llevaba meses en una relación con un hombre casado que, además de ser un excelente amante, era su jefe. Cuando Ariana debe regresar a Buenos Aires, se entera de que Sebastián tiene una favorita y descubre que no es otra que Ana, su ex mejor amiga. El resentimiento resurge y lejos de escapar por segunda vez, decide hacer hasta lo imposible para cobrarse lo que le hicieron, aunque eso signifique introducirse en ese mundo perverso del que se juró, no regresar jamás. ¿Será capaz de destruir la vida de las dos personas que más ama o dejará que una vez más Sebastián la manipule y la arrodille a sus pies? Una traición, muchas mentiras y un deseo de venganza que crece.
Él, con una actitud arrogante que cree que ha nacido para que complazcan todas sus exigencias. Que no le importa pisotear la dignidad de ninguna otra persona con tal de obtener lo que desea y pretende que lo traten como un Dios, se encuentra con la horma de su zapato. Ella, estudiante de abogacía y que odia a los hombres con una personalidad como la de él, tiene la mala suerte de caer en su estudio para realizar sus pasantías y desde el primer minuto se odiaron. Pero dicen que del odio al amor hay un solo paso y estos dos, dieron mucho más que uno. Ana, sin saberlo, se convertirá en su objeto de deseo y se verá envuelta en su apariencia depredadora que logrará obnubilarla y poner a disposición su voluntad logrando arrodillarse a sus pies. "Deseo, pido y obtengo" una frase que define a este hombre.
Ellos se desearon desde el primer día en el que se vieron, solo que su vida personal no les permitió poder vivir un romance como el que deseaban. Durante varios años estuvieron separados, él se casó y tuvo un hijo sin que ella se enterará, y en ella nació una obsesión que se alimentó de envídia la que la llevó a hacer lo que sea para quedarse con él, sin imaginar que nada sería tan fácil. Maia, Sebastián y un amor imposible que pondrá en riesgos sus vidas privadas y profesionales.
Lascivia. Lujuria y Deseo Las vacaciones acabaron y Rachel debe volver a su puesto como teniente en el ejército de la FEMF, encontrándose con que la central de Londres no es lo mismo. Llegó un nuevo coronel, soberbio y con una belleza que no parece humana. Hombre que no tiene ojos sino dagas de acero que la ponen entre la espada y la pared al sentirse tentada por su superior. Ella sabe que no es sano, bueno, ni correcto sencillamente porque quien incita deseos impuros es el mejor amigo de su novio; Bratt Lewis. Christopher Morgan no es solo el coronel, verdugo y dictador del ejército más importante del mundo, tambien es el terror de la mafia italiana y a futuro el arma que dañara al que predica ser su hermano. Él tenía claro a lo que iba, pero Rachel despertó tentaciones sexuales regidas por aquel pecado desconocido llamado lascivia, demostrando que en cuestiones de pasión no hay amigos, alianzas ni compromisos. Él esta casado y ella sueña con lo mismo, pero la tentación desencadenará entre ellos un torbellino de pasiones, lujurias y deseos que solo viven aquellos que se hacen llamar amantes. "Sus actitudes son las de un desalmado sin sentimientos, pero su físico... Joder, su físico me humedece las bragas." Mafias, ejércitos secretos, infieles, adicciones y engaños. ¿Complicado? No, complicado es convivir con la tentación hecha hombre.
Corinne dedicó tres años de su vida a su novio, pero todo fue en vano. Él no la veía más que como una pueblerina y la dejó sola en la boda para estar con su verdadero amor. Tras ser despechada, Corinne recuperó su identidad como nieta del hombre más rico de la ciudad, heredó una fortuna de mil millones de dólares y acabó llegando a lo más alto. Pero su éxito atrajo la envidia de los demás, y la gente trató constantemente de hundirla. El Sr. Hopkins, famoso por su crueldad, la animaba mientras ella se enfrentaba uno a uno a esos alborotadores. "¡Así se hace, cariño!".
La felicidad era como un espejismo para Rocío Ouyang, cuando más se acercaba a la felicidad, más se alejaba. Ella acababa de casarse con Edward Mu, pero en su noche de boda todo se derrumbó. Dejando a Rocío embarazada, Edward la abandonó en su noche de boda. Pasados unos años, Rocío renació por completo, cambiando totalmente su personalidad, convertiéndose en la única coronel del ejército. En este momento Rocío comenzó a reflexionar varias preguntas que eran misterios para ella: ¿Por qué los padres de Edward estaban actuando de manera tan extraña? ¿Por qué su padre la odiaba? ¿Y quién estaba tratando de dañar su reputación en el ejército que ella había trabajado tan duro para construir? ¿Y por qué sigues leyendo la sinopsis? ¿Por qué no abres el libro y descúbrelo tú mismo?
Después de que su amado esposo la engañó con su hermana, Lily pensó que nada podría ser peor que su traición... hasta que descubrió la verdad sobre su matrimonio, el cual, desde el principio, no había sido más que una conspiración. La fatal confrontación con su esposo hizo que Lily cayera por las escaleras. Perdió el conocimiento lentamente, mientras yacía en el charco de su propia sangre. Cuando la muerte la tomó lentamente, los últimos momentos de Lily estuvieron llenos de resentimiento e ira hacia todos aquellos que le habían fallado. Pero como el destino no se puede evitar, ella renació para volver a la época de la secundaria.Era el lugar donde habían comenzado sus pesadillas en su vida anterior, pero esta vez, iba a cambiar las tornas.Planeaba recuperar todo lo que le debían, poco a poco. Por fin tendría su dulce venganza.
Ella cayó en la trampa que la tendieron su prometido y su mejor amiga. Lo perdió todo y murió en la calle. Sin embargo, ella renació. En el momento en que abrió los ojos, su esposo estaba tratando de estrangularla. Afortunadamente, ella sobrevivió a eso. Firmó el acuerdo de divorcio sin vacilación. La joven estaba lista para su miserable vida. Para su sorpresa, su madre en esta vida le dejó una gran cantidad de dinero. Ella dio la vuelta a las tornas y se vengó. Todo le salió bien cuando su ex marido apareció en su vida.
Mi jefe Gerard y yo no estamos acuerdo en nada. Siempre discutimos y es un hombre desesperante. Hasta que un día nos dejamos llevar y acabamos en la cama. Desde entonces mi vida ha cambiado. Lo deseo y lo detesto, me dejo llevar y me arrepiento, mientras noto como empiezo a enamorarme de él. Pero Gerard no tiene corazón. Solo secretos y escándalos que una persona como yo no sabría afrontar. ¿Qué pasará cuando esos secretos me afecten? Y Peor aún, ¿cuándo toda la oficina se entere de lo nuestro?