Nuestra segunda oportunidad

Mi nombre es Jeysi Larez, tengo 35 años, mido 1,68cm, cabello largo color castaño, no soy delgada ni tampoco gorda, digamos que soy normal. soy madre de dos niños.

Mi hijo mayor se llama Derek Méndez Larez de 10 años de edad y mi segundo hijo se llama Josué Méndez Larez de 8 años de edad.

Yo trabajaba hace años, como secretaria en una compañía inmobiliaria, claro eso fue antes de tener a mi primer hijo.

En esa inmobiliaria conocí a mi actual esposo José Méndez, él era el abogado de la compañía.

El es alto, mide 1,80 CM, de cabello negro, ojos verdes, y un buen físico,

Lo conocí apenas empecé en la inmobiliaria, fuimos buenos amigos por un año, luego empezamos a salir y nos volvimos novios, nuestro noviazgo fue corto solo 13 meses.

José era un hombre muy cariñoso, él me cuidaba mucho, a veces era un poco celoso pero yo asumí que era por el amor que me tenía, me casé a los 22 años y los primeros años de mi matrimonio fue todo color de rosa.

Pero todo cambió cuando quedé embarazada, mi esposo me exigió que renunciará a mi trabajo, que eligiera entre el trabajo o el, y por lo enamorada que estaba le hice caso y me dediqué al hogar.

<< Que estúpida fui >>

Perdí contacto con mi familia y amigos. Vivía para atenderlo, pero cuando estaba embarazada de mi segundo hijo me enteré que mi esposo tenía una amante, sufrí, lloré, pero él me juró que no volvería a pasar y yo como una estúpida le creí.

Dos años después lo descubrí otra vez en las andanzas.

Él me trataba mal, no físicamente sino psicológicamente.

La amante de mi esposo era más joven y sin hijos, mi cuerpo tiene las marcas por dar la vida y he engordado un poco, aunque aún me veo bien, bueno eso creo yo. Pero ella es una Barbie a mi lado.

Para ese entonces a mi hijo mayor fue diagnosticado como Asperger y yo tuve que callar, aguantar la humillación y malos tratos de mi esposo, ya que para que el niño avanzará, necesitaba seguir una dieta sin gluten, ni azúcares, aparte de las terapias y la vitaminoterapia, todo era costoso y yo no trabajaba, no podía trabajar porque su cuidado amerita tiempo y a nadie le gusta cuidar a un niño de condición y si lo cuidan lo pueden tratar mal yo no tenía familiares que me ayudaran, ni amigos ya que por él dejé todo de lado.

Si, sé que soy estúpida por no quererme a mi misma y aguantar sus infidelidades, pero la condición de mi hijo es primero, las terapias del lenguaje, psicopedagoga, terapias conductual, las dietas y el cuidado que Derek ameritaba por completo mi tiempo, sin contar que también había tenido a Josué y él también necesita de mis cuidados.

El amor por esos niños me hizo seguir adelante y olvidar las infidelidades de mi esposo.

Cada día el amor hacia mis hijos crecía, pero el amor a mi esposo se extinguía.

Ya mi hijo mayor cumplió 10 años, él avanzado mucho, va a una escuela regular, tiene buenas notas, su hiperactividad a disminuido mucho y ya se relaciona muy bien con sus compañeros, al ver su mejora me animé en buscar trabajo, pero mi esposo se opuso, discutimos mucho pero luego de insistir a la final accedió.

La verdad quisiera conseguir un buen trabajo para poder separarme de él, para poder pedirle el divorcio, hace años que no siento nada por él, y sé que él tampoco siente nada por mí, yo solo le tengo cariño porque a pesar de todo lo que a hecho, es un buen padre y eso para mí vale mucho.

Después de entregar mi resumen curricular en varias empresas todavía no tengo respuesta, estoy fuera de la escuela esperando que los niños salgan cuando suena mi teléfono celular.

Llamada.

-Buenas tardes - respondo.

-Buenas tardes, por favor con la señora Jeysi Larez - me dice una voz de mujer al otro lado de la línea.

-Si, ella habla.

- Como está señora, le llamamos de arquitectura Gutiérrez Compañía Anónima. Una vez estudiado su resumen curricular creemos que usted cumple con todas las expectativas para el puesto de asistente personal de gerencia.

Mañana la esperamos para una entrevista a las 9:00 de la mañana - escuchó con atención a la voz femenina que me habla y no puedo con la alegría, en mi rostro se forma una enorme sonrisa.

- Si..., Si hay estaré mañana, sin falta.

-Muy bien, nos vemos mañana, cuando llegue a recepción diga que va a recursos humanos, buenas tardes - me dice la voz femenina.

- Buenas tardes - cuelgo la llamada y me quedo mirando a la nada por unos segundos.

Busco a los niños y me voy a mi casa, al llegar dejo mi cartera en la mesa y me voy a hablar con mi vecina, ella es una señora muy alegre, de unos 50 años, ella vive sola, es muy buena con los niños y conmigo, la consideró como una madre, ella se ofreció a cuidar a los niños cuando yo empiece a trabajar, a decir verdad Carmen es la que me ha animado a salir a buscar trabajo, ella sabe todo lo que he pasado y dice que lo mejor que puedo hacer es independizarme.

- Carmen cómo estás, ¡ a que no adivinas! - le digo en cuanto la veo, ella está agachada en el jardín de su casa limpiando las flores de la maleza.

- Por la alegría que traes tiene que ser algo bueno umm... A ver, ¡José se fue para no venir más!, ¡Oh no, mejor ya te animaste a pedir el divorcio y José aceptó! - Si a Carmen no le agrada José, ella lo odia.

- Carmen sabes que para poder alejarme y pedir el divorcio primero tengo que trabajar para no depender de José - le contestó mientras la veo y achino los ojos.

- Pero ya di el primer paso - le digo con alegría.

- Pues dime, dime - me dice mientras me jala del brazo para sentarnos en la escalera de la entrada

- Mañana tengo una entrevista de trabajo y lo mejor es que es en una de las compañías de arquitectura más grande y prestigiosa del país - no puedo dejar de sonreír estoy muy emocionada.

- ¡Sí! - grita Carmen - que buena noticia mi niña, ya verás pronto serás libré - me dice mientras toma mis manos entre las suyas.

- Carmen mañana tengo la reunión y no sé a qué hora salga de ahí, ¿cuento contigo para buscar a los niños si se me hace tarde?- le pregunto con algo de pena, no me gusta incomodar a las personas y menos ceder mis responsabilidades a otros.

- Claro mi niña, siempre contarás conmigo, sabes que adoro pasar tiempo con mis nietos- abrazo a Carmen muy contenta y agradecida a Dios por ponerla en mi camino.

Luego de platicar un rato más con Carmen me voy a la casa a preparar la cena y ayudar con la tarea a los niños.