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Maritza Ferrer ha perdido al gran amor de su vida Maximiliano Duncan, alias el Diablo, el hombre con quien firmo un acuerdo matrimonial para salvar a su familia. Ahora deberá salir adelante sola, con el apoyo de los pocos que quedan a su lado. Por mala suerte del destino el abogado que da lectura al testamento, se une a su suegra y cuñado dejándola sin un centavo. Es allí cuando su ingenio y astucia lograran que renazca de las cenizas, para dos años más tarde convertirse en un verdugo empresarial. ¿Pero qué pasara cuando una nota de prensa vuelque su mundo de cabeza? ¿Acaso todo lo que había creído era una mentira? ¿Podría el Diablo estar vivo? ¿O simplemente alguien le estaba jugando Una broma?a
Dos Años Atrás.
Narra Max
Después de firmar el maldito divorcio, discuto con Derek, quien al parecer me cree estupido, lo creía un poco más inteligente, ni siquiera se dio cuenta de mi trampa, así que dejaba mucho que desear, debería estudiar unos años más.
Cuando estoy en el apartamento que rentamos a nombre de Jack, mi teléfono suena es el número de Maritza, al principio dudo en contestarle, debía acostumbrarse a mi ausencia, por lo menos mientras arreglo todo este rollo, pero después me pongo a pensar Maritza no es una mujer de rogarle a nadie, tiene su carácter y la vi decidida, aunque dolida, pero más decidida que nunca a vivir sin mí, así que para que me estuviese llamando algo debía estar ocurriendo, contesto rápidamente, haciéndole señas a Jack para que escuche
-MAX-escucho que grita asustada, lo que automáticamente nos pone a todos en alerta, empiezo a temblar
- ¿Qué pasa? ¿Porque gritas? -pregunto alarmado, al borde de un colapso, cuando se trataba de ella y mi hijo, todo podía suceder
-MAX, EL EDIFICIO ESTABA FULL DE HOMBRES ARMADOS ME DI CUENTA GRACIAS A ROSALÍA-dice al borde del llanto, volteo a ver a Jack que me hace señas para que le pregunte donde está.
- ¡MALDITASEA! -grito, desesperado
-Max ¿Qué está pasando?-pregunta asustada, odiaba escuchar ese tono de voz en ella, tenía miedo.
- ¿Dónde estás?, dime la dirección iré por ti, trata de estar en un lugar con muchas personas-pregunto, mientras Jack me indica que vamos bajando, rastrearemos la llamada, me entrega un arma
-Estoy en la quinta avenida, busca mi GPS-dice llorando desconsolada, mi chica era inteligente
-Ya voy en camino-Digo colgando.
Salimos del edificio montándonos en la camioneta, Jack me habla con ese tono de voz pausado y relajado, este hombre no tenía sangre en las venas
-Señor mantenga la calma, si no perderá la vida, active el GPS y vayamos por su esposa, si tiene que matar a alguien no lo dude, porque ellos no dudarían en hacerle un hueco en la cabeza
-Está en una heladería, en la quinta avenida, dobla por aquí, llegaremos más rápido-digo dándole instrucciones, cuando llegamos al sitio notamos muchas camionetas y hombres más armados que nosotros, así que esto era en serio, matar o morir, preferiría matar, escucho cuando un hombre con un inglés muy malo pregunta por mi mujer, la distingo entre la multitud, estaba apunto de entregarse.
-Maritza Ferrer, debes venir con nosotros, evita la muerte de muchas personas-dice el hombre de cara horrible.
-Debemos movernos, se va a entregar-digo saliendo de la camioneta, y es allí cuando comienza una balacera, por suerte estoy rodeado de expertos, que en un segundo ya han eliminado parte del personal enemigo, así que deciden irse.
La veo correr con la niñera y mi hijo, quien llora asustado, hacia una tienda, así que la sigo con la mirada, cuando todo termina voy en busca de ella.
-Señor tiene diez minutos, antes de que lleguen más-dice Jack
-Voy por ella-digo caminando
Entro a la tienda, directo al mostrador, pero cuando abro ella se abalanza sobre mi asustada.
-Amor soy yo-digo preocupado
-MAX- llora del susto mientras me abraza
-Tranquila estoy aquí, por favor debemos irnos-digo apurado y en tono serio
-¿Qué está ocurriendo?, algo pasa, ¿es por eso que me has dejado? - pregunta triste, odiaba hacerla sufrir
-Te explicaré todo, pero debemos irnos, muchas gracias por cuidar de mi familia Rosalía, pero debes de venir con nosotros el problema es serio-le digo a la niñera, que por el expediente que me ofreció el investigador sé que ha estado en el ejército y en muchos problemas, puedo dejar a mi esposa en buenas manos
-Lo sabía señor, estoy entrenada para estas cosas, aunque hace muchísimos años que no estoy en batalla-dice seria
-Pues este es el momento-digo mirándola
Salimos de la tienda y las llevo a la camioneta, arrancamos como locos, le doy la dirección de la mansión Duncan, debía darle seguridad y comodidad, teníamos un niño que proteger, no selo era nuestra integridad, al entrar ella se tensa, el personal de servicio nos recibe de buena manera, como siempre.
-Sé que esta casa te trae recuerdos, pero es lo único que tengo más cerca para resguardarnos, te prometo que después que esto acabe, te llevaré a un mejor lugar o vivirás alejada de mí, ya será tu elección-digo sacándola de sus pensamientos, daría mi vida por saber que piensa
-¿Qué está pasando Max? -pregunta nerviosa, no podía ocultárselo más.
-Por favor Rosalía siéntete como en tu casa, gracias por salvar a mi esposa e hijos, si quieres mirar el lugar puedes hacerlo-digo mirándola con agradecimiento, no tendría como pagarle nunca lo que había hecho por mi familia
-Muchas gracias, señor-dice alejándose de nosotros acercándose al personal de servicio
-Cariño vamos a la habitación para que puedas descansar y acostar al bebe, acá no tenemos una cuna, pero supongo que puede dormir contigo, te extrañe tanto-digo mientras me acerco a ella para abrazarla, la había extrañado
-¿Qué está pasando Max no volveré a preguntar? - dice mirándome serio, no podía evitarlo, esta era a hora de la verdad
-Marcelino hizo negocios con unos mafiosos, al parecer son unos rusos, pero el problema es que a la hora de la negociación uso mi nombre-digo bajando la cabeza, me siento avergonzado de lo que ha hecho mi hermano.
-¡ESPERA! ¿Qué?
-Sé que a lo mejor, odiaras, pero es mi hermano no podía dejarlo solo necesitaba salir de este problema, pero antes debía protegerte, es por eso que te pedí el divorcio e hicimos circular la historia, pero por lo visto no funciono, estas son personas muy malas, cariño, te prometo que te protegeré con mi vida si es necesario-digo abrazándola fuerte, jamás dejaría que le pasara nada, por eso estaba haciendo todo esto
No dice ni una sola palabra, entendía que estuviera molesta conmigo y mi familia, pero debía confiar en mí, tomo al bebe entre mis brazos y lo duermo, mientras ella toma una ducha, esta era una oportunidad para sentirla nuevamente, así que arreglo a Nicolás en medio de la cama y lo rodeo de cojines, camino directo al cuarto de baño y la veo desnuda, ese cuerpo que tanto me encanta, me acerco a ella.
-¿Y el bebe? -pregunta fría
-Está dormido, lo deje seguro, tranquila, déjame tocarte hace mucho que no siento tu piel, sé que debes estar enojada por no explicarte la situación desde un principio, pero debía protegerte-digo, pero no sé en que momento estampa su mano sobre mi mejilla dejándome sorprendido, eso, activo algo en mí porqué la agarro y la beso con pasión, haciéndole el amor como lo que era una diosa.
Cuando terminamos de darnos esa ducha, salimos del baño, me visto rápido mientras ella está en el closet, debía ir a resolver esto, quería estar siempre al lado de mi familia, salgo del cuarto directo al despacho, llamando a Jack, quien no duda y viene inmediatamente.
-Diga señor-preguntas serio
-Viajaremos a enfrentar a esta gente, primero negociaremos, así que arma un plan con tu equipo, nos marchamos en dos horas-digo mirando serio
-Como usted diga señor-dice sonriendo, este hombre le gustaba el peligro, agradecía a mi amigo Alex, por ayudarme.
Salgo al comedor y me encuentro con Rosalía, decido hablar con ella.
-Sé quién eres, tu pasado y presente, pero eso debes de saberlo, así que necesito de tu ayuda, quiero que cuides de mi esposa e hijo, a cambio te pagaré y sacaré a tu hijo de la cárcel-digo sin rodeos
-No es necesario que me pague con que saque a mi hijo es suficiente-dice dándome la mano
-Tenemos un trato, dile a Maritza que la espero en el comedor-digo mientras ella asiente y se va
Espero diez minutos, pero le notificó al personal que si la ven legar le digan que estoy en el despacho, luego de diez minutos ella llega, estoy hablando con Alex por teléfono, necesitaba otro favor, le hago señas para que se espere, la veo tomar un libro esa era su fascinación, cuando termino la llamo.
-Cariño-digo de forma cariñosa
-Dime-pregunta dejando el libro en su lugar
-Necesito que te quedes aquí con un grupo es por tu seguridad, iré a enfrentar al encargado de esto, intentaré persuadirlo para que Marcelino pueda pagarles el dinero que le debe y listo, sabes que soy muy bueno en los negocios-digo serio, eso no era un juego
-Lo sé Max, pero esto no es un juego no quiero que vayas, tengo miedo de perderte, sé que no estamos casados, pero por favor no vayas-su tono suplicante me destroza, qué más quisiera yo que quedarme con ella y mi pequeño
-Eres mi esposa, con o sin divorcio, te amo desde siempre, es por eso que debo resolver este asunto cuanto antes, entiéndeme, pero quiero que me prometas algo-digo serio para darle fuerzas
-Max no me digas esas cosas, siento que te despides de mí-llora desconsolada, le estaba partiendo el corazón cada día odiaba más a Marcelino
-Si algo me pasa, quiero que continúes mi legado en las empresas, mi abuelo te ayudara, quiero que seas feliz y cuides bien de nuestro pequeño, jamás olvides que te amo-digo acercándome para besarla
-Max por favor ¿Por qué tienes que ir? Todos estos matones podrían representarte, sabes que no soportaría perderte, por favor Max te lo ruego no me dejes-dice nuevamente en tono de súplica
-Maritza Ferrer eres el amor de mi vida, jamás lo dudes, tengo que ir primero porque Marcelino uso mi nombre y segundo porque el muy cobarde se niega arreglar el problema, así que tu vida y la de mi hijo están en peligro pudiste comprobarlo hoy en el centro comercial, no podemos andar escondiéndonos como si fuéramos criminales, quiero que tú y mi pequeño tengan una buena vida. Digo marchándome del despacho.
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